Argelia y el Frente Polisario presionan sobre Nuakchot
Los nuevos dirigentes surgidos del golpe palaciego del pasado 12 de diciembre en Mauritania buscan un dif¨ªcil equilibrio entre los pa¨ªses vecinos y una problem¨¢tica neutralidad en el conflicto del S¨¢hara occidental. Aunque justifican el derrocamiento del presidente Juna Uld Haidalla en razones puramente internas, los factores externos parecen haber desempe?ado un papel significativo. Mientras, Argelia y el Frente Polisario presionan a Nuakchot para que mantenga los compromisos contra¨ªdos con ellos. Un enviado especial de EL PAIS ha visitado recientemente Nuakchot y ha elaborado el siguiente informe sobre la situaci¨®n en el pa¨ªs africano.
El nuevo r¨¦gimen mauritano que, desde el pasado 13 de diciembre, encabeza oficialmente el coronel Mauiya Sid Ahmed Uld Taya, se esfuerza, desde su primer comunicado, por convencer de que el golpe de Estado estuvo motivado por razones estrictamente internas.El 13 de diciembre el Comit¨¦ Militar de Salvaci¨®n Nacional (CMSN) reestructurado -como se dice en Nuakchot- reafirmaba todas las anteriores opciones de pol¨ªtica exterior mantenidas bajo el mandato del derrocado Juna Uld Haidalla.
Una semana m¨¢s tarde, el propio jefe del Estado, Uld Taya, confirmaba en entrevista a EL PAIS pr¨¢cticamente todas las orientaciones econ¨®micas y pol¨ªticas internas del r¨¦gimen anterior, incluidas las Estructuras de Masas, especie de partido ¨²nico que en los primeros d¨ªas que siguieron al golpe fueron descritas a este enviado especial por algunos altos funcionarios mauritanos como creadas por Haidalla para afianzar su poder personal y estimular el culto a su persona.
?Se trata, pues, de un golpe para casi nada, motivado exclusivamente por el deseo de moralizar la vida p¨²blica y acabar con el personalismo del presidente derrocado? Desde luego que s¨ª, pero no s¨®lo por ello. Para muchos mauritanos el destino inmediato del golpe se jug¨® el d¨ªa 13 de diciembre cuando el general argelino Rashid Benyeles lleg¨® a toda prisa a Nuakchot y logr¨® un comunicado mauritano que confirmaba todos los anteriores compromisos de Haidalla en pol¨ªtica exterior.
Ese triunfo inicial argelino fue percibido por los mauritanos como una imposici¨®n y, en Nuakchot, estos hombres del desierto, frugales y hasta hace poco n¨®madas, toleran muy mal las imposiciones, como sabe muy bien, por ejemplo, Marruecos. En cualquier caso la mayor¨ªa del CMSN se opuso a incluir en el citado comunicado del d¨ªa 13 el p¨¢rrafo que reafirmaba el reconocimiento de la Rep¨²blica ?rabe Saharaui Democr¨¢tica (RASD) por Mauritania, por considerar que no era necesario.
Por qu¨¦ fue incluido finalmente no est¨¢ a¨²n claro. Pero es un hecho que argelinos y polisarios son quienes mantienen una presi¨®n m¨¢s continuada en estos primeros d¨ªas del nuevo r¨¦gimen. El primer embajador recibido por el nuevo ministro de Asuntos Exteriores comandante Cheij Sid Ahmed Uld Babamin, uno de los principales instigadores del golpe contra Haidalla, fue el argelino. El primer visitante extranjero recibido por el presidente Uld Taya, despu¨¦s del general Benyelles, fue el ministro de Informaci¨®n de la Rep¨²blica ?rabe Saharaui Democr¨¢tica Mohamed Uld Saleck.
Papel de Francia
Los diplom¨¢ticos argelinos en Nuakchot rechazan, obviamente, esta interpretaci¨®n de la visita de Benyelles. Por el contrario, Argelia sugiere que algunas circunstancias que han rodeado al golpe son dignas de resaltar: primero, la visita del general Jeannou Lacaze, jefe del Estado Mayor de los Ej¨¦rcitos franceses, a Nuakchot una semana antes del golpe, tras una escala en Madrid. Segundo, la ausencia de Haidalla de la capital mauritana y su presencia en Bujumbura (Burundi)para asistir a una cumbre franco-africana auspiciada por el presidente franc¨¦s, Fran?ois Mitterrand. Tercero, la ausencia de Nuakchot de los dos miembros del CMSN m¨¢s fieles al presidente derrocado, el comandante Uld Zein jefe del Estado Mayor de la Gendarmer¨ªa, y el teniente coronel Uld Bujreis, el hombre del Polisario en el CMSN, y prolibio. Ambos se encontraban de visita en Par¨ªs.
Varios importantes militares mauritanos parecen estar detr¨¢s de este golpe, que, seg¨²n los observadores en Nuakchot, se gestaba desde que Haidalla, con la oposici¨®n un¨¢nime del CMSN, reconoci¨® en marzo pasado a la RASD. En los ¨²ltimos meses Haidalla no dorm¨ªa m¨¢s de dos noches seguidas en el mismo lugar, casi nunca en el palacio presidencial.
Adem¨¢s del presidente Uld Taya, el coronel Ahmedu Uld Abdallahi, jefe del Estado Mayor del Ej¨¦rcito; el teniente coronel Sidna Uld Sidiya, ex secretario permanente del CMSN, a quien Haidalla desposey¨® de todos sus cargos importantes; el comandante Cheij Sid Ahmed Uld Babamin, actual ministro de Asuntos Exteriores, y el coronel Uld Boide, ministro de Justicia y el ¨²nico militar disponible despu¨¦s del sangriento intento de golpe de Estado promarroqu¨ª de marzo de 1981 para firmar la sentencia de muerte contra los detenidos entonces, parecen los principales instigadores del golpe que derroc¨® a Haidalla.
Hablar de prolibios, promarroqu¨ªes y propolisarios (en Nuakchot no parecen existir proargelinos) en el seno del CMSN no tiene hoy m¨¢s que el valor de una referencia ideol¨®gica. La mayor¨ªa de los miembros del CMSN han acumulado agravios de parte de casi todos los pa¨ªses que pugnan por llevar a Mauritania a su redil.
No cabe duda de que la amnist¨ªa general decretada por el nuevo r¨¦gimen de Uld Taya, que ha puesto en libertad a pol¨ªticos mauritanos de todas las tendencias, fundamentalmente prolibios y proiraqu¨ªes, que fueron los m¨¢s castigados durante el r¨¦gimen de Haidalla, favorece a estos pa¨ªses, que contar¨¢n de nuevo con un grupo de presi¨®n en Nuakchot. El exilio mauritano, tambi¨¦n amnistiado, lo integran esencialmente promarroqu¨ªes, entre ellos algunos pol¨ªticos influyentes, que pueden ahora regresar a su pa¨ªs. Esto, que en Mauritania se llama ya reconciliaci¨®n nacional, abre al pa¨ªs otra vez a todas las influencias exteriores.
Aspiraciones de Marruecos
Aunque Mauritania no tiene actualmente relaciones diplom¨¢ticas con Marruecos desde el golpe promarroqu¨ª fallido de marzo de 1981, ahora podr¨ªa restablecerlas. La base de ese reconocimiento podr¨ªa ser el compromiso mutuo, siempre solicitado por Marruecos, de no permitir que los territorios respectivos sean utilizados como base de agresi¨®n contra el otro pa¨ªs.
Mauritania suscribe esta aspiraci¨®n desde siempre, pero hoy, como en el pasado, se encuentra en la pr¨¢ctica imposibilidad de obligar al Polisario a respetar sus cerca de 2.000 kil¨®metros de frontera con el S¨¢hara occidental.
No es posible, sin embargo, concluir que se trata de un golpe promarroqu¨ª. La interpretaci¨®n m¨¢s plausible es, efectivamente, el deseo mauritano de neutralidad, fundamentalmente ahora en que el ruido de tambores de guerra entre Marruecos y Argelia se hace m¨¢s perceptible.
Mauritania, que se debate en medio de una situaci¨®n econ¨®mica catastr¨®fica, quisiera permanecer al margen de una guerra que puede acabar con ella como Estado independiente.
Hoy, como siempre, resulta dif¨ªcil identificar los medios con que cuenta Mauritania para imponer su neutralidad. La ayuda de Francia parece lograda de antemano, pero la importante presencia argelina y la cooperaci¨®n militar con Argelia son hoy un inconveniente casi tan grande como lo eran en 1979 los 6.000 soldados marroqu¨ªes estacionados entonces en Mauritania.
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