Dos siglos de 'The Times'
`THE TiMES', de Londres, celebr¨® ayer el 200? aniversario de su fundaci¨®n; despu¨¦s de atravesar todas las tormentas pol¨ªticas, sindicales y tecnol¨®gicas de estos dos siglos, mantiene un vigor de madurez en el que se puede simbolizar toda la gran fuerza que resta al periodismo escrito. La misma tecnolog¨ªa no le ha sido ajena: desde la incorporaci¨®n, casi humor¨ªstica, de una clase de papel especialmente fabricado para que pudieran encenderse con ¨¦l las chimeneas hasta la adquisici¨®n de las primeras linotipias que emple¨® la Prensa diaria en Europa, para llegar a las instalaciones actuales, The Times no ha dejado escapar ninguna ocasi¨®n de modernidad para dejar discurrir por ella un conservadurismo estable.En este tr¨¢nsito ha perdido probablemente la consideraci¨®n de biblia universal, de portavoz de la verdad -siempre comprobable- y de lectura forzosa en todas las canciller¨ªas y todos los contadores del dinero del mundo, a lo cual no es ajena la transibrinaci¨®n y decadencia del imperio al que sirvi¨®. Naci¨® con ¨¦l, a veces con la sospecha de los gobernantes y creadores de imperio, que siempre han sido celosos de la Prensa, y ha seguido algunos de sus avatares. Pero nunca ha perdido su condici¨®n de imperturbable, su serenidad de observador, su calidad de informador y una apertura considerable a las opiniones de los dem¨¢s. Las cartas al director de 7he Times han acogido las opiniones m¨¢s discordantes, las firmas m¨¢s rebeldes, los textos menos veros¨ªmiles de cohonestar con su l¨ªnea de conducta. Pero la grandeza de The Times no ha estado en su coherencia permanente como peri¨®dico conservador, sino en su independencia probada dentro de ese conservadurismo. Bas¨® su prestigio en unas afirmaciones propias y en la posibilidad de que las afirmaciones contrarias mantenidas por los dem¨¢s- deb¨ªan ser transmitidas, consideradas, respetadas y no por ello no ser rebatidas. Una lecci¨®n que no ha cesado y que sigue siendo lo m¨¢s notable que puede desprenderse hoy de su lectura.
Llegar a los 200 a?os con la dignidad y la credibilidad con que lo ha hecho The Times, venciendo los momentos de angustia y luchando contra el aventurerismo de algunos de sus empresarios, es, en cualquier caso, algo notable. Ni siquiera un cori¨¢ceo tibur¨®n de los mass media como es su actual propietario, Rupert Murdoch, ha podido con el esp¨ªritu de la casa, es decir, el aliento del per¨ª¨®dico. El cumplesiglos de The Times representa hoy la validez de unas normas y de un estilo, que siguen manteniendo sus valores donde se ejercen con libertad, con honestidad y con el convencimiento de que aquello que se hace tiene una responsabilidad directa en la organizaci¨®n de la sociedad a la que sirve.
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