Maurizio Scaparro: "Quiero que la gente se reconozca en la nariz de mi Cyrano"
Dotado de una desbordante expresividad latina y de un contagioso entusiasmo por el universo de la escena, el italiano Maurizio Scaparro, director del Teatro de Roma y autor de una trilog¨ªa sobre el Quijote -teatro, cine y televisi¨®n-, se encuentra actualmente en Barcelona para dar los ¨²ltimos retoques a su Cyrano de Bergerac, que presentar¨¢ en versi¨®n catalana la compa?¨ªa de Josep Maria Flotats. Scaparro, considera que una de las claves del ¨¦xito de su montaje sobre la obra de Rostand estriba en la nariz del protagonista.
No es una boutade, sino una reflexi¨®n sobre el significado de ese desmesurado ap¨¦ndice facial que condiciona toda la existencia del fanfarr¨®n y r¨®mantico soldadopoeta y sin el cual no se concibe el drama de Rostand. Como la deformidad de Ricardo III o la gordura de Falstaff, la nariz de Cyrano, y por tanto su representacion pl¨¢stica, es un elemento esencial de todo montaje de la obra. "La tradici¨®n teatral francesa ha representado siempre a Cyrano con una nariz delgada y rematada por una bola, una caracterizaci¨®n clownesca; mi Cyrano, contrariamente, tiene una nariz posible, tr¨¢gicamente humana. La gente puede reconocerse en esa nariz y aproximarse al mal de vivre del personaje sentirlo y reconocerlo como el suyo propio. ?se es uno de los secretos del ¨¦xito de mi Cyrano".Scaparro se apasiona al hablar, realiza gestos amplios, se levanta, representa. De ¨¦l emana una fascinaci¨®n que no es sino el eco de la que el propio director parece sentir por el teatro. As¨ª, cuando en un momento determinado se refiere a su montaje de Ricardo II, Scaparro, en pie, simula ser el propio rey tr¨¢gicamente despose¨ªdo e inter preta una escena del acto primero de ese drama "de poder y locura", en que el monarca se asombra de que su rival por la corona se quite el sombrero ante una vendedora de ostras.
El Cyrano de Bergerac de Scaparro, estrenado en 1978 en Italia con Pino Micol -protagonista de las tres versiones de Don Quijote- en el principal papel y presentado posteriormente en Par¨ªs, entroniza al personaje como "h¨¦roe de la utop¨ªa" y se basa no s¨®lo en la criatura literaria de Rostand sino en el Cyrano hist¨®rico, el autor de Voyage dans la lune, el comedi¨®grafo fusilado por Moli¨¦re y antecesor del corrosivo Swift. El montaje de Barcelona se realiza a instancias de Flotats, que interpretar¨¢ el personaje central de la obra. "Flotats vino a verme a Roma, en principio ¨ªbamos a hacer el Cyrano en franc¨¦s, en Par¨ªs. Luego, me pidi¨® que lo hicieramos en Barcelona y en catal¨¢n. Yo acept¨¦, pese a que, indudablemente, no es lo mismo, porque pienso que ¨¦l puede ser un magn¨ªfico Cyrano y porque considero que el teatro se hace fundamentalmente para el p¨²blico y no por razones de prestigio".
El director italiano no cesa de alabar la iniciativa del actor catal¨¢n y su labor en el montaje, sobre todo en lo referente a la dicci¨®n y a la recitaci¨®n del verso. Los numerosos compromisos profesionales a los que debe hacer frente Scaparro -su proyecto inminente consiste en montar en Los ?ngeles y con actores norteamericanos su ¨²ltimo trabajo, La venexiana, una pieza del Cinquecento- han motivado que ¨¦ste haya llevado a cabo una direcci¨®n casi invisible.
Campeones de la utop¨ªa
La pasi¨®n del director se desborda a veces, como cuando habla sobre el personaje de Cyrano y considera que "su mezcla de sentimiento y anarquismo, su deseo de alcanzar la Luna, lo aproximan a los catalanes, esos campeones de la utop¨ªa" -aunque luego a?ade que los italianos "tambi¨¦n somos un poco as¨ª"-, o cuando teoriza sobre la mediterraneidad.
Para Maurizio Scaparro, "los mediterr¨¢neos tenemos una forma propia de entender el teatro, tenemos grandes actores, pero tambi¨¦n una vitalidad creativa que emana del pueblo y que se materializa en la plaza. Esos dos elementos, teatro tradicional y plaza, son complementarios". No en balde Scaparro dirigi¨® la secci¨®n teatral de la Bienal de Venecia durante el per¨ªodo 1979-83 y llev¨® a cabo en la seren¨ªsima ciudad los Carnavales del Teatro, una experiencia festiva en la que contact¨® con el grupo catal¨¢n Els Comediants, que aparecen en su Don Quijote f¨ªlmico.
Sobre esa magna obra habl¨® Scaparro echando mano de su bagaje te¨®rico, en el que se mezclan, entre otros, Foucault, Bachtin y Barthes. "A trav¨¦s de medios distintos he querido aproximarme a ese yacimiento cultural inagotable que es el texto de Cervantes. S¨¦ que no constituir¨¢ una visi¨®n completa sino una serie de fragmentos, pero me gusta trabajar as¨ª", dijo Scaparro. TVE ha comprado el Don Quijote televisivo.
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