Los 50 a?os de Elvis Presley
Las viejas admiradoras del ¨ªdolo rockero le rendir¨¢n culto en su casa de Tennessee
Elvis Presley, el rey del rock and roll, cumplir¨ªa hoy 50 a?os si no hubiera muerto el 16 de agosto de 1977, lleno hasta los ojos de pastillas, alcohol o contradicciones. Sus admiradores se acercar¨¢n a decenas de miles hasta su casa de Memphis (Tennessee) para dejar una solitaria l¨¢grima de dolor sobre la mesa del sal¨®n o para ver durante hora y media, en la habitaci¨®n cuyas ventanas se abren sobre el peque?o cementerio privado, viejas pel¨ªculas del ¨ªdolo.
Previamente habr¨¢n pagado una sustanciosa entrada, como si el destino se empe?ara en seguir cumpliendo el mandato de acumular dinero alrededor del cantante que, bien escandalizando a las puritanas amas de casa americanas con su imp¨²dico golpe de caderas o acun¨¢ndolas en noches de insomnio con alguna de sus arrulladoras baladas, supo atraer los millones hacia ¨¦l como un im¨¢n de d¨®lares.Varios Estados y ciudades americanas han declarado hoy d¨ªa de homenaje a Elvis Presley. Los soci¨®logos aprovechan para escribir tesis sobre su vida. Diversas cadenas de televisi¨®n de Estados Unidos emitir¨¢n programas dedicados al ¨ªdolo, viejas pel¨ªculas, entrevistas con su ex productor Sam Philips y algunos viejos compa?eros de escenario, como Carl Perkins, autor de Blue suede shoes, o programas especiales con la participaci¨®n de su ex esposa Priscila dedicados a fomentar lo que es ya un mito de Am¨¦rica, "no s¨®lo por su contribuci¨®n a la herencia musical, sino tambi¨¦n por sus actos de caridad y filantr¨®picos", como ha declarado el Estado de Nueva York. Un nuevo y s¨¦xtuple ¨¢lbum con grabaciones in¨¦ditas de actuaciones en directo y reediciones de ¨¦xitos se ha agotado nada m¨¢s salir a la venta.
Naci¨® el 8 de enero de 1935 en Tupelo, un pueblo de Misisip¨ª, en el coraz¨®n del Sur, aunque a los 14 a?os emigr¨® a Memphis con su familia. Eran tiempos de depresi¨®n econ¨®mica. Sus primeros a?os fueron dif¨ªciles, viv¨ªan en una habitaci¨®n alquilada y el joven Presley se interesaba tanto por las canciones country como por los viejos espirituales. Al tiempo que comenzaba a actuar con canciones vaqueras, se convirti¨®, a los 16 a?os, en un experto segador de c¨¦sped, hasta que encontr¨® trabajo de camionero y comenz¨® a llevar a casa 35 d¨®lares semanales. Su madre era su gran amor. Para uno de sus cumplea?os se en cerr¨® en una cabina de grabaciones para aficionados y, despu¨¦s de echar una moneda, toc¨® con su guitarra una primitiva versi¨®n de My happines. La hora del ¨¦xito ha b¨ªa llegado. Una veterana compa?¨ªa sure?a, Sun Records, que ya produc¨ªa a otros incipientes artistas de rock and roll, se interes¨® por ¨¦l y le hizo grabar Thats all right, una antigua canci¨®n de la que exist¨ªan varias grabaciones pero que s¨®lo Elvis convirti¨® en el primero de sus ¨¦xitos. Ese mismo a?o de 1955, Tom Parker, un coronel honorario cuyas ¨²nicas armas las hab¨ªa velado en espect¨¢culos porno gr¨¢ficos, cabar¨¦s y el Gran Circo de Ponys Parker, le lanz¨® a la fama en todo el mundo. Teddy Bautista, cantante rock de larga andadura, recuerda ese momento de ¨¦xito in ternacional: "Yo vi 19 veces su pel¨ªcula King Creole. Fue un impacto tan brutal que cambi¨® mi vida por completo: a partir de descubrir a Elvis me di cuenta de que el rock era una forma de vivir la vida a trav¨¦s de la m¨²sica".
Pies y cabeza
Hound dog, Heartbreak hotel, Blue suede shoes, Jailhouse rock, fueron algunas de esas canciones que rompieron los corazones de los j¨®venes de anta?o, que les hicieron mover los pies y les calentaron la cabeza. En 1958 , dos acontecimientos de distinto signo marcaron su carrera: muri¨® su madre y el Ej¨¦rcito lo llam¨® a filas para hacerle un hombre de bien. En Alemania del Oeste, embutido en el uniforme de soldado -lleg¨® a cabo-, se fue tornando cada vez m¨¢s angelical e inofensivo. Cuando volvi¨® a la vida civil, actu¨® en el show de Ed Suilivan, y aunque el rebelde tup¨¦ segu¨ªa coronando su cabeza, sus caderazos se fueron haciendo m¨¢s y m¨¢s inocentes. El lam¨¦ y las lentejuelas, ocuparon un lugar cada vez m¨¢s destacado en su vestuario, las baladas acarameladas fueron sustituyendo a los rocks desenfrenados, engord¨®, se mov¨ªa en alguno de sus cuatro Cadillac o en su Messerschmidt de tres ruedas y se adornaba el cuello con cadenas de oro y lujosos medallones. "Cuando vi a Elvis en la televisi¨®n americana en 1965 o 1966, ya no era el mismo", dice Teddy Bautista. "Cant¨® dos temas, entre ellos Heartbreak hotel, y parec¨ªa que no era el Elvis que a m¨ª me hab¨ªa fascinado. Parec¨ªa m¨¢s la secci¨®n femenina que un cantante de rock". A pesar de ello, algunas de sus nuevas canciones segu¨ªan teniendo garra: Suspicious mind o In the ghetto ya no levantaban el polvo bajo los pies, pero estremec¨ªan de amor.
Muchos son los muertos
Hay un cierto s¨ªndrome de muerte juvenil en el rock. La carretera, que obliga a hacer miles de kil¨®metros en horas intespestivas, la droga o el alcohol, remedio de soledades y estr¨¦s, y la edad, monstruo inevitable, son malos enemigos. La lista de ¨ªdolos del rock muertos j¨®venes es larga: Eddie Cochran y Buddy Holly, en los a?os cincuenta; Hendrix, Joplin o Morrison, al comenzar los setenta, y Johnny Rotten, en el umbral de los ochenta, son algunos de ellos.
Los que sobrevivieron lo hicieron a costa de mil renuncias y problemas: acompa?ando a cantantes country, como Carl Perkins; afrontando denuncias y condenas, como Jerry Lee Lewis o,Chuck Berry; encerr¨¢ndose en un convento, como Little Richard. Elvis Presley no sigui¨® ninguno de los dos caminos. Cuando muri¨® ten¨ªa 42 a?os, aunque hac¨ªa mucho tiempo que hab¨ªa enterrado su bagaje de rockero en el desv¨¢n. Quiz¨¢ el ¨¦xito fue su primera tumba. La que vino despu¨¦s, la que fotos y noticias de Prensa difundieron en su d¨ªa, fue s¨®lo el recept¨¢culo de su cuerpo mortal. Su arte de rocker rebelde hab¨ªa muerto mucho antes, su gloria se perpet¨²a en el tiempo. Hoy, en su casa familiar de Memphis, las l¨¢grimas de sus incondicionales, de quienes un d¨ªa rompieron un primer beso al pie de un escenario donde Elvis devoraba el micr¨®fono en un acto de amor, o de quienes, m¨¢s jovenes, le han visto pasear su provocadora insolencia en la pantalla, ser¨¢n r¨ªos. Los millones seguir¨¢n fluyendo a las arcas de su viuda.
Babelia
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