McEnroe tiene todos los n¨²meros para ganar un Masters menor
El Masters de Nueva York, esa especie de 40 principales anual del tenis, se inicia esta noche con un reparto menos atractivo que en otras ocasiones. Las ausencias del ecuatoriano Andr¨¦s G¨®mez -quinto del mundo y actualmente lesionado en un hombro-, el franc¨¦s Yannick Noah y el estadounidense Jimmy Arias dejan un sabor amargo en el paladar de los buenos degustadores de tenis. Adem¨¢s de que el momento cumbre del final de la temporada fue la reciente definici¨®n de la Copa Davis, esta vez no existe la lucha por conocer al n¨²mero uno del a?o, lo que anim¨® el cotarro en 1984 con la lucha entre Lendl, McEnroe e incluso Connors. La superioridad de McEnroe ha sido excesiva como para tener dudas. Ning¨²n espa?ol estar¨¢ en la pista del Madison Square Garden. Higueras, habitual en los ¨²ltimos a?os, fue vig¨¦simo quinto en la lista final del Grand Prix, y Aguilera, ganador del torneo de Hamburgo, no fue suficientemente regular y acab¨® el vig¨¦simo.
El Masters es un negocio, y como tal se basa en el atractivo que para los posibles espectadores puede causar el espect¨¢culo presentado. Por ¨²ltima vez, el Masters se celebrar¨¢ bajo los auspicios de la marca sueca de coches Volvo, que desaparece como patrocinadora del Grand Prix el pr¨®ximo domingo.Dos temas, que pueden ser considerados menores, ocupar¨¢n la atenci¨®n prioritaria de este torneo. El primero es estrictamente deportivo. En el Masters se encontrar¨¢n cuatro tenistas suecos frente a seis estadounidenses, y algunos han querido presentar el torneo como una revancha de la final de la Copa Davis. Una competici¨®n no tiene nada que ver con la otra, y el argumento s¨®lo tendr¨ªa cierta validez, y puramente anecd¨®tica, si Sundstrom se enfrentase a McEnroe. El sueco derrot¨® a McEnroe en Gotemburgo en el primer partido entre ambos jugadores, y el n¨²mero uno debe estar profundamente herido en su orgullo yanqui. Hay un dato a resaltar, y es que s¨®lo tres pa¨ªses est¨¢n representados en este Masters; EE UU (6 jugadores), Suecia (4) y Checoslovaquia (2).
El segundo tema es propio de la prensa del coraz¨®n. En los ¨²ltimos d¨ªas se ha levantado la liebre period¨ªstica en Estados Unidos sobre la ¨²ltima relaci¨®n sentimental de McEnroe. Al parecer, el jugador norteamericano vivi¨® un apasionado idilio con la actriz Tatum O'Neal, la hija del tambi¨¦n actor Ryan O'Neal, junto al que protagoniz¨® la pel¨ªcula Luna de papel. Dicen los diarios norteamericanos que Tatum ha cogido 22 maletas con todo lo que considera estrictamente necesarlo y se ha presentado en el apartamento neoyorquino de McEnroe. Ya se pueden hacer apuestas sobre la cara de enfado que va a poner McEnroe en las conferencias de prensa cuando se le pregunte por el tema.
Seg¨²n las cotizaciones del Grand Prix, en 1984 han subido enteros las acciones de McEnroe y Connors, y han bajado las de Lendl y Wilander. McEnroe fue tercero en la clasificaci¨®n final del Grand Prix del a?o pasado, y esta vez ha terminado primero tras perder s¨®lo dos partidos oficiales. Connors fue cuarto el a?o pasado, y ahora es segundo; Lendl pas¨® de segundo a tercero, y Wilander, de primero a cuarto
Te¨®ricamente, los ocho restantes jugadores, que participar¨¢n en una primera fase de la que se salvan los cuatro grandes, son simples acompa?antes y deber¨ªan perder antes de semifinales. Hoy se enfrentar¨¢n los suecos Jarryd (9) y Sundstrom (7), y los norteamericanos Krickstein (13) y Kriek (1 l). Ma?ana jugar¨¢n Nystrom (Suecia, 6) ante Gerulaitis (EE UU, 12), y Teltscher (EE UU, 8) frente a Smid (Checoslovaquia, 10). L¨®gicamente, los cuartos de final deber¨ªan dar estos emparejamientos: McEnroe-Sundstrom o Jarryd, Connors-Smid, Lendl-Gerulait¨ªs y Wilander-Kriek.
El rendimiento de Ivan Lendl, ganador en 1981 y 1982 y finalista en 1983, puede ser la sorpresa negativa de este Masters. Lendl comenz¨® el pasado verano un r¨¦gimen alimenticio similar al que utiliza Martina Navratilova, y que se basa, entre otras muchas cosas, en el consumo de carne roja. Lendl dijo en Flushing Meadow "me siento mucho m¨¢s fuerte, pese a haber adelgazado varios kilos. Tengo incluso m¨¢s ganas de jugar". Deben haberle entrado las ganas de comer porque ha perdido varios partidos en las ¨²ltimas semanas. En Las Vegas, la pasada semana, perdi¨® ante Noah y Vilas, dos jugadores que, te¨®ricamente, no est¨¢n en su mejor momento.
McEnroe parece tener todos los n¨²meros para el triunfo. En pista r¨¢pida y en Nueva York, este jugador, que se entreten¨ªa el a?o pasado viendo Rebelde sin causa en la televisi¨®n de los vestuarios del Madison Square Garden, s¨®lo se tiene a s¨ª mismo como enemigo. Si rinde a su nivel, ning¨²n jugador debe durarle m¨¢s de los sets m¨ªnimos. S¨®lo una pataleta por un error de los jueces o un baj¨®n en su autoexigencia pueden crearle problemas antes Connors, Lendl o Wilander.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.