Esteban Tranc¨®n comenz¨® ayer a disfrutar de sus 133 millones
"Lo deseaba tanto que sab¨ªa que me tocar¨ªa. Me daba igual un a?o que otro". Y el deseo se hizo realidad para Esteban Tranc¨®n Ejarque, nacido un 7 de mayo de 1945 en Barcelona. Desde el pasado domingo es millonario, quiz¨¢ por aquel penalti que fall¨® Juanito o por aquel golazo de Esteban. De los 133 millones que le han correspondido, ayer se gast¨® 14 en un piso. Le quisieron vender hasta el modesto hotel donde se hosped¨®. Pero lo mejor que vivi¨® fue su encuentro con su padre, tras 18 a?os de separaci¨®n voluntaria.
Esteban es un hombre sencillo, solitario, que se pone nervioso con suma facilidad y jam¨¢s sonr¨ªe. La noche del domingo no pudo dormir y encendi¨® en repetidas ocasiones la luz de su habitaci¨®n; all¨ª, en Andorra, donde trabaja como cocinero. A esas horas ya era millonario, pero antes vivi¨® las incidencias de la jornada a trav¨¦s de un peque?o transistor. El encuentro entre los filiales del Athl¨¦tic y el Bar?a aument¨® sus pulsaciones, porque "el 1-0 era un resultado poco tranquilizador". Despu¨¦s, las felicitaciones y la locura de cifras. "Que te han tocado 40, 50, 133. La verdad es que la cantidad es bastante fuerte y no la esperaba".Vestido con una cazadora de color beis, pantal¨®n y jersei oscuro y botas de monta?a para combatir el fr¨ªo se acerc¨® el lunes a un taxista y le dijo "ll¨¦vame a Barcelona". Con anterioridad hab¨ªa depositado el boleto premiado, rellenado con un dado, en una entidad bancaria. Se hosped¨® en un hotel sencillo - 1.450 pesetas la habitaci¨®n-; se fue al bingo e hizo pleno en tres ocasiones. Sin duda era su semana loca. Y ayer, despu¨¦s de desayunar, se compr¨® un diario; mir¨® la secci¨®n de anuncios y por la tarde ya estaba en posesi¨®n de un lujoso piso, adquirido por 14 millones de pesetas. "Los pisos han de ser grandes, buenos y situados en la zona de los se?ores, como soy yo". Esteban en aquellos momentos quiz¨¢ no record¨® cuando empez¨® a fregar platos en Mallorca. M¨¢s tarde, cuando le entrevistaron para el programa Contraste de Pareceres de la Cadena Catalana, volvi¨® a la realidad. "Mi vida siempre ha sido dif¨ªcil, pero he luchado por salir adelante y sab¨ªa que tendr¨ªa suerte con las quinielas. Por eso me fui a Andorra, por all¨ª hay quinielas, mi juego favorito. Yo no me gasto ni un duro en loter¨ªa ni en ning¨²n otro juego".
Los fot¨®grafos le pidieron, durante el programa radiof¨®nico, que sonriera. "Lo siento, pero soy as¨ª". Pese a su timidez se vislumbra en ¨¦l un car¨¢cter fuerte, que le hizo romper un d¨ªa con su familia. "A los 23 a?os, cuando volv¨ª de la mili". Pero la radio hizo el milagro. "Esteban, soy tu padre". Y Esteban no pudo evitar la emoci¨®n. Padre e hijo casi lloraron. "Lo siento, padre. Tu eres antes que todo, pero estas cosas de los millones me han impedido verte".
Esteban Tranc¨®n tambi¨¦n es bastante receloso. Desconf¨ªa de todo el mundo. Por eso no pic¨® cuando el due?o del modesto hotel donde se hosped¨® le hizo una oferta para que se lo comprara. "Es que la gente... Adem¨¢s, era una porquer¨ªa". Ayer durmi¨® en uno de cinco estrellas. Lo que no ,hab¨ªa hecho en toda su vida. "Soy una persona rara. Ni me gustan los coches ni viajar. As¨ª que no me vengan ofreciendo nada".
Es soltero y piensa seguir con su celibato, quiz¨¢ por aquel fracaso sentimental cuando era casi un cr¨ªo. "Ya saben, esas cosas que pasan". Y su coraz¨®n debe ser grande, muy grande. No contento con dar dinero a sus compa?eros de trabajo, ayer se present¨® en la casa de un amigo al que deb¨ªa 34.000 pesetas desde hace tres a?os y le triplic¨® esa cantidad.
No sue?a con convertirse en el Ruiz-Mateos de la hosteler¨ªa, pero se siente un mes¨ªas. "Mi ilusi¨®n es poner un negocio de hosteler¨ªa y dar trabajo a muchos de los que est¨¢n parados. Desde luego, a partir de ahora me van a dar de comer a m¨ª y no yo a los dem¨¢s".
"Con lo que me gustar¨ªa hacer no tengo dinero ni para empezar", dice, entre p¨ªcara y c¨¢ndidamente. Ayer ya fue centro de atracci¨®n de la Prensa. Hoy, mucho m¨¢s. Pero seguir¨¢ con su t¨¦cnica de rellenar boletos, basada en una extra?a estad¨ªstica de los resultados obtenidos por los diferentes equipos. Claro que los 133 millones los obtuvo con un dado, que ya ha regalado a un amigo suyo.
"Soy el del 14, dijo al presentarse ante los sorprendidos empleados de la inmobiliaria que le vendieron el piso. Esteban Tranc¨®n, 39 a?os, ya ha pasado a formar parte de los escassos afortunados por el juego institucionalizado de este pa¨ªs. Es el cocinero de Andorra.
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