Los bancos de coral del mar de Albor¨¢n, expoliados mediante t¨¦cnicas ilegales

Cuatro barcos est¨¢n arrasando, desde el verano de 1983, el mar de Albor¨¢n (en la vertical de Almer¨ªa y Melilla). Las embarcaciones se dedican a pescar coral mediante la ilegal t¨¦cnica del arrastre, gracias a las licencias obtenidas por adjudicaci¨®n directa y sin que haya mediado concurso p¨²blico. Adem¨¢s, un incalculable n¨²mero de barcos extranjeros, en particular Italianos, pescan coral regularmente en la misma zona. La Secretar¨ªa de Estado de Pesca, cuyo titular es Miguel Oliver, dictar¨¢ pr¨®ximamente una orden por la que se convocar¨¢ un concurso para otorgar licencias de coraleros.

De todas las personas dedicadas a la pesca de coral, s¨®lo una ha denunciado p¨²blicamente, en reiteradas ocasiones, el entramado que envuelve a la Administraci¨®n -a trav¨¦s de la Direcci¨®n General de Ordenaci¨®n Pesquera-, al Programa del Coral del Instituto Espa?ol de Oceanografia y a las tres empresas dedicadas a extraer esta planta submarina por el procedimiento ?legal del arrastre. El denunciante es Joaqu¨ªn ?ngel Rodr¨ªguez Castelao, Quino, descubridor del banco coral¨ªfero del mar de Albor¨¢n.El asunto es una historia en la que se mueven miles de millones de pesetas. Por ejemplo, un kilo de coral vivo suele pagarse entre 12.000 y 60.000 pesetas; una vez manufacturado, alcanza cifras del orden de 200.000 pesetas y puede llegar a los seis millones; los cerca de 30 buceadores individuales con licencia sacan entre 200 y 300 kilos, en peso bruto, cada uno; y los cuatro barcos arrastreros autorizados para hacerlo pueden llegar a pescar cada uno un m¨ªnimo de 14.000 kilos cada a?o.

Todo ese coral se pesca en aguas jurisdiccionales espa?olas se vende a otros pa¨ªses, para su manufactura, y retorna a Espa?a convertido en caras piezas de joyer¨ªa. Pero lo que denunci¨® Rodr¨ªguez Castelao es que la Direcci¨®n General de Ordenaci¨®n Pesquera haya concedido, hace dos a?os, cuatro licencias a otros tantos barcos "porque s¨ª". "Porque tanto el director general, Fernando Gonz¨¢lez-Laxe, como el secretario de Pesca, Miguel Oliver, han dado esas licencidas a quien les ha parecido mejor", a?ade Rodr¨ªguez Castelao.

Esos cuatro barcos son Las llanas y Ricomar II de la empresa Pescalina, SL; el Punta Almina, propiedad de un constructor almeriense, y el Cala Iris. "Yo he ido a ver a Julio Feo, el secretario del presidente del Gobierno, y le he explicado que estos cuatro barcos est¨¢n arrastrando, que hay barcos italianos que van a pescar a Albor¨¢n cuando quieren, que hay marineros italianos a bordo de los barcos, que sacan m¨¢s coral del que permite la ley (1.500 kilos de coral vivo por a?o y barco)".

Pero lo m¨¢s grave para el denunciante, y para los bi¨®logos del Instituto Espa?ol de Oceanograf¨ªa, es que "el sistema de arrastre destroza el fondo, rompe las plantas de coral y los moluscos, y se lleva por delante cualquier especie viva. Eso es una barbaridad y est¨¢ prohibido en casi todos los pa¨ªses".

El director del programa del coral del Instituto Oceanogr¨¢fico, Carlos Mass¨®, declar¨® a este peri¨®dico que "no sabemos si el sistema de arrastre hace da?o o no. No se puede cuantificar la cantidad que se saca, ni los destrozos en la fauna submarina. Pero es posible que se produzcan perjuicios por no ser la barra un arte de pesca selectiva. La denominada barra italiana es un cilindro de tres o cuatro toneladas de peso que lleva adosados unos 50 penachos de cadena. Mass¨® dijo tambi¨¦n que es pr¨¢cticamente imposible controlar la presencia en el mar de Albor¨¢n de barcos coraleros extranjeros. "Tenemos miedo a que estos barcos est¨¦n entrando a pescar por la noche. Por ejemplo, hace poco tiempo descubrimos un barco de bandera sovi¨¦tica arrastrando coral".