Violaci¨®n de derechos fundamentaks
He le¨ªdo con asombro la noticia aparecida en primera p¨¢gina de EL PAIS del d¨ªa 27 de diciembre que dice: "Ser¨¢n nulas ante el juez las pruebas obtenidas con violaci¨®n de los derechos fundamentales". Con un encabezamiento subrayado: "Importante sentencia del Tribunal Constitucional".Puede que a la mayor¨ªa de los lectores la noticia les afecte positivamente y hasta hagan comentarios exaltando la decisi¨®n del Tribunal Constitucional, pero para los que tenemos una m¨ªnima idea, no mucha, de las cosas de la justicia, la noticia es una perogrullada. Y lo malo es que la cosa no queda en eso simplemente: lo grave es que el fondo del asunto es tenebroso porque descubre:
1. Que todav¨ªa por los agentes de la autoridad se obtienen pruebas violentando los derechos fundamentales y las libertades p¨²blicas de los ciudadanos (l¨¦ase torturas y malos tratos, directos y personales, con amenazas y coacciones).
2. Que los tribunales, en general, lo saben, lo dan por reconocido y se acepta como mal aunque menor. Que haya que esperar a que un tribunal como el constitucional (que tiene, o debe tener, otras misiones m¨¢s trascendentes, aunque ¨¦sta lo sea, como yo lo es timo) tenga que pronunciarse sobre el asunto demuestra que el mal es general y no ocasional, espor¨¢dico o individual, lo cual ser¨ªa inevitable y nada reprochable a nadie en particular m¨¢s que a la persona responsable, mientras evidencia positivamente para este ¨®rgano superior de la justicia pol¨ªtica: a) Que funciona a la perfecci¨®n; es consciente de su responsabilidad de guardar y hacer guardar la Constituci¨®n y que, consiguientemente, no elude estas responsabilidades, sean cuales sean las consecuencias. Que tengamos que ponderar esto p¨²blicamente no es m¨¢s que la prueba de lo faltos que hemos estado en Espa?a de un tribunal como ¨¦ste, no s¨®lo desde los consabidos 40 a?os, sino desde siglos. b) Lo ideal ser¨ªa que los que se consideren aludidos -y que se consideren tal los que sean realmente conculcadores de las libertades ciudadanas que son quienes tienen que salvaguardar en vez de atacar, reprimir y violentar- no vuelvan a caer en la tentaci¨®n, con lo cual no tendr¨ªa que volver a pronunc¨ªarse el Tribunal Constitucional.
Las consecuencias de fondo, estructurales, de funcionamiento y de todo orden que se pueden sacar de esta sentencia en relaci¨®n con la Administraci¨®n p¨²blica en su m¨¢s amplio sentido son tan grandes y tan l¨²cidas para nuestra mente que no es necesario siquiera apuntarlas.-
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