Modernizar
Sabemos algo m¨¢s del tercer hombre: tambi¨¦n promete la modernizaci¨®n del pa¨ªs. Que se lo o¨ª yo a Pujol claramente despu¨¦s del ritual ejercicio de ret¨®rica ninista (ni ese ni el otro) que constituye la filosof¨ªa de toda opci¨®n pol¨ªtica. Vino a decirnos el presidente catal¨¢n, con gesto iluminado del Bautista a orillas del Jord¨¢n de Llobregat: "Mi hijo muy amado, en quien tengo puestas todas mis complacencias, ser¨¢ el gran modernizador de las Espa?as auton¨®micas".Si no entiendo mal, el tercer hombre surge a la vida p¨²blica por negaci¨®n conjunta de Fraga y Felipe y su buena nueva consiste en la en¨¦sima conjugaci¨®n del verbo modernizar. Admito que el personaje tiene su l¨®gica, tiene su geometr¨ªa, pero resulta una figura escasamente original. No olvidemos que de ese mismo tropo ninista nacieron a la vida pol¨ªtica Su¨¢rez (ni Franco ni Fraga), Fraga (ni Su¨¢rez ni Felipe), Felipe (ni Fraga ni Carrillo), Carrillo (ni Felipe ni Iglesias), Iglesias (ni Carrillo ni Gallego), y as¨ª sucesivamente. No s¨¦ por qu¨¦ alborotan tanto con ese nuevo ninista que est¨¢ a punto de irrumpir en el duopolio pol¨ªtico, porque desde la democracia nuestra escena siempre estuvo protagonizada por el tercer hombre.
Pero donde verdaderamente se parecen es en el sambenito de la modernizaci¨®n. Todos pronuncian con entusiasmo lo de modernizar, pero todos le dan a la palabra fetiche un significado distinto, que es la conocida manera nacional de dejar las cosas como estaban. Mientras que unos viven la modernizaci¨®n como sin¨®nimo de moralizaci¨®n, para los otros la palabra quiere decir sencillamente descentralizaci¨®n a tope, no pocos la entienden como privatizaci¨®n a ultranza y hay quien cree que se tralla de abarrotar la tienda de la esquina de ordenadores japoneses. Acaso esta ceremonia de la confusi¨®n sem¨¢ntica explica el triple salto mortal que hemos dado desde la premodernidad con boina a la posmodernidad con cresta sin haber rozado siquiera la modernizaci¨®n.
-La cuesti¨®n es -insisti¨® Alicia- si puede usted hacer que esa palabra signifique cosas tan distintas.
-La cuesti¨®n es qui¨¦n manda -zanj¨® el Tercer Hombre-; nada m¨¢s.
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