La cuesta de enero y las rebajas camufladas
S¨®lo en Catalu?a y el Pa¨ªs Vasco se regulan las 'gangas' de temporada
Enero, un mes perezoso y cuesta arriba, y julio, otro mes de ausencias por vacaciones, se han convertido en los acaparadores de la oferta del art¨ªculo que, te¨®ricamente, es un resto de temporada. Y ya no bastan esos meses; en febrero y en agosto se nos ofrecen m¨¢s ventajas.Esto es ya tan corriente que sistem¨¢ticamente sobran art¨ªculos para alimentar la venta de cada uno de esos meses. Lo que hace pensar que no es un resto, sino un mecanismo de venta perfectamente planificado.
La incorporaci¨®n del sistema de rebajas al proceso de venta no es efecto de la imaginaci¨®n. La Anged y la Anmed, asociaciones de las grandes y medianas empresas de distribuci¨®n, calculaban en 1983 que entre un 35% y un 40% de los productos textiles se venden en campa?as de rebajas (v¨¦ase EL PAIS de 25 de febrero de 1983). Estas cantidades representan algo m¨¢s que un simple resto de campa?a. En el a?o 1985 estas cifras pueden ser superiores. Sin embargo, por entonces un alto cargo de una c¨¢mara de comercio provincial dec¨ªa que "desgraciadamente, cuando se hacen rebajas es porque la situaci¨®n econ¨®mica lo aconseja. Y cuando las ventas no han obedecido a las expectativas, es necesario conseguir liquidez". Esto ser¨ªa m¨¢s cierto si las rebajas no significaran un volumen de venta importante. La crisis, al final, va a justificar todo. Algo similar sugiere el director de un gran almac¨¦n en Bilbao cuando dec¨ªa que al hacer las rebajas realizan "una tarea social, ya que ponemos al alcance del p¨²blico art¨ªculos de gran calidad. Y ello, en ¨¦poca de crisis, es muy importante". La simple pr¨¢ctica comercial se viste de tarea social. La distribuci¨®n realmente tiene una tarea social, pero ¨¦sta va por otros caminos. Los datos son de 1983 porque en esa ¨¦poca se cre¨® una fuerte pol¨¦mica para conseguir paralizar la famosa ley de rebajas, de Catalu?a.
No se debe concluir de todo esto que las rebajas est¨¦ mal, lo que no est¨¢ tan bien es que no se llame al pan, pan y al vino, vino. Que se venda como rebajado lo que no es as¨ª. En una encuesta publicada en 1984 por el Instituto de la Comunicaci¨®n P¨²blica, el 77% de los encuestados se muestran partidarios de las rebajas, frente al 20%, que no lo son. Pero los partidarios declaran en su mayor¨ªa (el 78%) serlo a lo largo de todo el a?o, y no s¨®lo en Navidad y verano (que s¨®lo lo dice el 16%). La mitad (49%) de los que declaran que no compran en rebajas dicen hacerlo porque no hay relaci¨®n entre la calidad y el producto de su rebaja.
Es evidente la importancia del hecho comercial, no ya por lo que tiene de favor al consumidor, sino por su volumen econ¨®mico. Y por ello no puede quedar reducido a un simple y aparente servicio social por el que se ofertan restos a buen precio, pues cabe todo tipo de picaresca y, una vez m¨¢s, el consumidor queda desPara que el consumidor no se sienta desprotegido ser¨ªa preciso tomar medidas en dos aspectos: que los consumidores se planteen su propia estrategia al enfrentarse al mercado. Este es un problema de formaci¨®n y de informaci¨®n, de que el consumidor planifique su compra en funci¨®n de lo que necesita, de lo que tiene y de lo que desea. Es decir, que el consumidor sepa lo que quiere comprar. En rebajas se va de compras para ver lo que hay y se compra lo insospechado, simplemente porque era barato. La otra l¨ªnea de actuaci¨®n ser¨ªa exigir a la Administraci¨®n que regule la actividad comercial y legisle sobre este tipo de situaciones. Es necesario que desde los poderes p¨²blicos se asuma la defensa del consumidor, por su desigual capacidad de decisi¨®n y control sobre el mercado, comparado con otros poderes econ¨®micos. As¨ª lo exige la Constituci¨®n y la ley general de defensa de los consumidores y usuarios.
Saldos y liquidaciones
Catalu?a y el Pa¨ªs Vasco ya lo tienen legislado. La ley catalana se llama ley de Regulaci¨®n Administrativa de Determinadas Estructuras Comerciales y Ventas Especiales. Fue aprobada por el Parlamento catal¨¢n el 9 de febrero de 1983 y levant¨® un gran revuelo. Se opusieron los grupos econ¨®micos organizados: patronales, detallistas, etc¨¦tera, acus¨¢ndola de intervencionista y de da?ar los intereses de todos: productores, distribuidores y consumidores. De la pol¨¦mica le ha quedado el sobrenombre de ley de rebajas. Se impugn¨® al Tribunal Constitucional en 10 art¨ªculos, por regular, entre otras cosas, una actividad que consiste en ofertar los art¨ªculos que sobraron de una temporada, por pretender que lo que se llamara rebajas fueran ralmente rebajas. ?Por qu¨¦ tanta oposici¨®n?
La ley vasca se llama de Ordenaci¨®n de la Actividad Comercial, fue aprobada en el Parlamento vasco, el 19 de mayo de 1983 y no fue tan cuestionada. Distingue, como la catalana, lo que es venta con rebaja, venta de saldo y venta de liquidaci¨®n. De manera que lo que se llama rebaja sea la simple reducci¨®n de m¨¢rgenes comerciales como consecuencia del cambio de estaci¨®n o temporada". En ese sistema de venta debe se?alarse el precio anterior, y el que se ofrece. S¨®lo durar¨¢ la publicidad de este tipo de venta un mes en cada temporada, de invierno o de verano. Queda prohibida esta denominaci¨®n de venta para art¨ªculos deteriorados, o adquiridos para esta finalidad, o lo que no tuviera el comerciante un mes antes a la fecha del inicio de la rebaja.
En Catalu?a se define la venta con rebaja de modo muy similar, a?adiendo alguna especificaci¨®n m¨¢s, como puede ser la exigencia de que el producto haya estado a la venta antes de comenzar la rebaja. El art¨ªculo que lo define fue uno de los llevados al Tribunal Constitucional.
Sin embargo, no todo acaba en que se haga una ley. Tener una ley exige cumplirla. La revista Eroski (octubre de 1984) hizo un sondeo sobre el nivel de cumplimiento de esta ley en el Pa¨ªs Vasco. De 117 comercios visitados, 77 infringen parte de la normativa en cuanto que faltan los precios expuestos o la denominaci¨®n de la venta no es correcta. En el sondeo no se entr¨® a analizar el producto, su calidad, su antig¨¹edad en la tienda y su precio anterior, que ser¨ªa el verdadero contenido del problema. A pesar de ello, el 66% de los comercios visitados incumpl¨ªa la ley.
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