21 meses al frente del tercer banco nacional

Alejandro Albert fue nombrado presidente del consejo de administraci¨®n del Banco Hispano Americano el 28 de abril de 1983, en un intento de cerrar las heridas abiertas unos meses antes con motivo de que el tercer banco privado del pa¨ªs asumiera reflotar el Urquijo, del que pose¨ªa el 15% de las acciones y la capacidad de nombrar o cesar a los principales gestores de esta entidad industrial.Albert ha estado casi 21 meses al frente de la gesti¨®n del primer grupo bancario nacional y en ese per¨ªodo tuvo que hacer frente a la venta del 10% del capital a un banco extranjero, realizar la fusi¨®n del Urquijo con Bankuni¨®n, anunciar que por primera vez en la historia inmediata uno de los grandes bancos nacionales no repartir¨ªa dividendo y solicitar del Banco de Espa?a nuevas ayudas para sanear el Urquijo-Uni¨®n.

A mediados del mes de junio de 1983, Alejandro Albert anunci¨® el acuerdo con el Commerzbank -tercer banco de la Rep¨²blica Federal de Alemania-, mediante el cual el banco alem¨¢n compraba el 10% de las acciones del Hispano, que compon¨ªan la parte fundamental de la autocartera de la entidad, y el banco espa?ol adquir¨ªa una emisi¨®n de bonos del Commerzbank, convertible en acciones, que se hab¨ªa puesto en circulaci¨®n poco antes.

La operaci¨®n ven¨ªa a solucionar formalmente el problema de la autocartera del Hispano. En realidad ven¨ªa a representar un intercambio de valores entre las dos entidades, que alejaba temporalmente el problema de la autocartera del Hispano, pero no lo resolv¨ªa definitivamente.

Concentraci¨®n de poder

La fusi¨®n del Banco Urquijo con Bankuni¨®n el 1 de enero de 1984, aunque ven¨ªa promovi¨¦ndose desde antes, signific¨® un paso m¨¢s en la concentraci¨®n de poder de Alejandro Albert dentro del grupo al asumir tambi¨¦n la presidencia del nuevo banco. Jos¨¦ Mar¨ªa Loizaga, nombrado consejero delegado, fue cesado en sus funciones en el oto?o de ese a?o, al iniciarse la nueva crisis del Urquijo-Uni¨®n.A partir de entonces surgen problemas en las conversaciones con el Banco de Espa?a, al querer el Hispano conseguir, adem¨¢s de las recibidas, nuevas ayudas para reflotar el Urquijo-Uni¨®n y mantener la pol¨ªtica de reparto de dividendo en el banco matriz. La inspecci¨®n que el Banco de Espa?a realiz¨® al Hispano -al igual que al resto de los grandes bancos nacionales-, la informaci¨®n confidencial sobre el volumen de autocartera que los bancos tienen que rendir mensualmente a la autoridad monetaria y los balances confidenciales del banco dieron argumentos a la autoridad monetaria para convencer al Hispano de que, no repartiera dividendo con cargo al ejercicio de 1984.

Esta decisi¨®n, que a niveles ejecutivos se hab¨ªa considerado ya un a?o antes, supuso empezar a plantear de manera real la situaci¨®n del grupo Hispano y las medidas necesarias para la recomposici¨®n interna. Tarea que compete ahora al sucesor de Alejandro Albert.