Presente juvenil

Tiene Nino Quevedo un noble inter¨¦s por reflejar en sus pel¨ªculas algunos de los problemas que m¨¢s acucian a la sociedad espa?ola. Su t¨ªtulo anterior, Vivir ma?ana, quiso denunciar las actitudes fascistas de cierta juventud situ¨¢ndolas en el contexto de un colegio que, en sus intenciones, pod¨ªa recordar al alem¨¢n joven Torless. Ahora, en Futuro imperfecto, Nino Quevedo se inquieta con la situaci¨®n que viven otros j¨®venes, aquellos que han concluido sus estudios universitarios y no encuentran est¨ªmulos l¨®gicos para desarrollar cuanto han aprendido.El t¨ªtulo del filme sintetiza esa denuncia. Ninguno de los personajes que intervienen en la acci¨®n lograr¨¢n sus objetivos. Quien se licenci¨® en Econ¨®micas es ahora vigilante jurado; quien estudi¨® Pedagog¨ªa debe aceptar un trabajo que contradice sus ideas; quien no cuenta con subvenciones familiares debe entregarse a cualquier oferta laboral denigrante.

Desolaci¨®n

Los j¨®venes del filme componen un panorama desolador sobre cuanto realmente ocurre en nuestros d¨ªas. Desolaci¨®n que Nino Quevedo ha ilustrado con humoradas, en torno al personaje que interpreta Juan Carlos Senante, aqu¨ª un m¨²sico que no consigue editar su primer disco.La limitaci¨®n de Quevedo est¨¢, quiz¨¢, en su forma de trabajo. El conflicto de los personajes se expresa antes en los di¨¢logos que en la propia narrativa. Las secuencias enriquecen poco esos textos, como si las buenas intenciones del director no se prolongaran a su capacidad imaginativa. La progresi¨®n dram¨¢tica es d¨¦bil. Importa m¨¢s la realidad que denuncia que el medio est¨¦tico elegido.

En ocasiones, la pantalla adquiere una fuerza distinta. El momento en que las dos amigas duermen juntas y aprovechan el encuentro para las confesiones ¨ªntimas es una de ellas. La interpretaci¨®n de Nina Ferrer (nueva actriz a la que se deber¨¢ observar) est¨¢ muy secundada por Mercedes Lezcano, otra int¨¦rprete a la que el cine espa?ol no atiende como debiera. Ellas dos -una, protagonista; la segunda, en papel epis¨®dico- elevan el tono del filme. Son sinceras y sensibles. De igual modo, la imprevisible situaci¨®n que vive el joven vigilante en su encontronazo con quienes intentan robar el supermercado, eleva la pel¨ªcula a la condici¨®n de drama.

El tono de comedia o el inevitable gracejo aplicado a esta visi¨®n de la juventud, no exento de ciertos toques rosa, elegido hasta ese momento, desaparece radicalmente.