Angel Vilda, un preparador sin l¨¢tigo
?ngel Vilda, 36 a?os, preparador f¨ªsico desde hace seis temporadas en el Atl¨¦tico de Madrid, considera que "ya se acab¨® la ¨¦poca del l¨¢tigo en los entrenamientos de los futbolistas. Hay que trabajar intensamente, pero con di¨¢logo y de forma planificada. En el Atl¨¦tico mantenemos un plan trazado que dura ya cuatro a?os, y una de cuyas bases es que no todos deben tomar sopa. No es lo mismo, no debe serlo, la preparaci¨®n de Arteche o Pedraza, por ejemplo". Vilda, considerado como una de las piezas clave de las excelentes segundas vueltas ligueras del Atl¨¦tico, entr¨® ya con la plantilla rojiblanca en la tercera fase de las cuatro programadas desde que comienza la Liga hasta su conclusi¨®n.
Durante alg¨²n tiempo, el f¨²tbol espa?ol tard¨® en asumir con todas sus consecuencias los beneficios de una preparaci¨®n f¨ªsica planificada y ejecutada por aut¨¦nticos especialistas. Lleg¨® la explosi¨®n, tarde, y aparecieron los excesos en muchos casos, los entrenadores l¨¢tigos. Fue necesaria una correcta asimilaci¨®n del problema para que en los equipos espa?oles acabasen los expertos, los y profesionales, gente como Carlos Alvarez del Villar, que fue durante las dos ¨²ltimas temporadas el preparador f¨ªsico de la selecci¨®n nacional, Manuel Delgado Meco, su sucesor y los ¨²ltimos nueve a?os en el Athl¨¦tic de Bilbao, Fernando Mata, que estuvo en el Valencia y actualmente en el Castilla, o el propio Angel Vilda.Desde hace tres temporadas un equipo suele sorprender por sus arrolladoras segundas vueltas de Liga: el Atl¨¦tico. Buena parte del ¨¦xito, Luis Aragon¨¦s aparte, la tiene Angel Vilda, 36 a?os, jugador rojiblanco cinco a?os en juveniles y en el antiguo Cuatro Caminos -hoy Atl¨¦tico Madrile?o-, titulado del INEF (Instituto Nacional de Educaci¨®n F¨ªsica), retirado de la pr¨¢ctica del f¨²tbol por una lesi¨®n de abductores, cinco veces internacional universitario, y entrenador de f¨²tbol en equipos castellanos.
Comenz¨® con 25 a?os en el ?vila, y va camino ya de su sexta temporada en el Atl¨¦tico. Vilda explica: "Mantenemos un plan que viene de tiempo atr¨¢s, ya es el cuarto a?o que se pone en pr¨¢ctica. A grandes rasgos, lo dividimos en plan vacacional, de pretemporada, precompeticional, y luego ya desde el inicio de la liga en cuatro fases. Al acabar ¨¦sta queda el plan que llamamos prevacacional".
"Si al principio casi todo es resistencia general, luego se pasa a la fase de endurecimiento, y de ah¨ª a la resistencia muscular-fuerza, velocidad-resistencia y velocidad-potencia. Intentamos que el equipo llegue a su madurez para el tramo final y m¨¢s complicado del torneo de Liga. Si trabajamos el primer per¨ªodo resistencia general, no nos olvidamos de las otras cualidades, aunque cada una tiene su porcentaje de intensidad en seg¨²n qu¨¦ momentos. Los jugadores del Atl¨¦tico, al tener asimilado durante cuatro a?os el plan, pueden explotar y comenzar cada a?o antes los otros vectores".
"Actualmente", sigue Vilda, "se est¨¢ en la etapa puente entre el segundo y el cuarto per¨ªodo de competici¨®n liguera, hemos entrado en el tercero, que consiste en disminuir el volumen, pero aumentando la intensidad. Se entra de lleno en los factores velocidad-resistencia". Hay que individualizar el entrenamiento en algunos procesos. "No hay sopa para todos", dice Vilda.
Trabajo por tlempo
"Lo ideal es que cada futbolista tuviera su preparador f¨ªsico, porque cada uno debe mantener su entrenamiento espec¨ªfico. Al no poder ser as¨ª intentamos dar a cada uno lo suyo. En preparaci¨®n f¨ªsica se puede trabajar con tres m¨¦todos, en repeticiones, por tiempo o mixto. Aqu¨ª trabajamos por tiempo; cada uno hace las repeticiones que puede, eso se valora y se realiza la preparaci¨®n con arreglo a sus caracter¨ªsticas. Ya en el cuarto plan, a finales de marzo, se trabaja espec¨ªficamente por grupos".A trav¨¦s de las pruebas y controles que se realizan ("normalmente tres por temporada, si no se consideran necesarias algunas m¨¢s"), Vilda afirma que el gr¨¢fico medio del equipo "se encuentra en una situaci¨®n casi ideal. Se valora por las pruebas de esfuerzo, minuto a minuto, y esa media arroja 140 pulsaciones. En un baremo ut¨®pico de perfecci¨®n se llegar¨ªa a las 120, mientras que, por contra, en controles iniciales esa media asciende en unas 20, y a veces a 180".
Vilda recuerda una frase de ?lvarez del Villar, su profesor: "Al f¨²tbol le falta una cuarta pata en la mesa", refiri¨¦ndose a la psicolog¨ªa. "Ser¨ªa un apoyo grande en las plantillas. Al no ser as¨ª, los t¨¦cnicos deben atender tambi¨¦n este aspecto. El di¨¢logo es fundamental, no se trata de imponer las cosas porque s¨ª. La ¨¦poca del l¨¢tigo ya acab¨®. Cuando vamos a realizar algo nuevo, conversamos, se exponen los temas, se responde a preguntas, el futbolista se responsabiliza del objetivo y de los medios para alcanzarlo. A veces se discute, eso es bueno, porque se aclaran las dudas".
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