Sid¨®n se echa a la calle para pedir venganza por el atentado contra un l¨ªder nasserista
Las manifestaciones se sucedieron ayer en Sidon, cuyos habitantes perdieron aparentemente el miedo a la represi¨®n israel¨ª y se echaron a la calle al grito de "Te vengaremos, Mustaf¨¢ Saad", l¨ªder del Movimiento Nacional Nasserista, v¨ªctima de un atentado, el lunes por la noche, en el que result¨® gravemente herido junto con su mujer, sus dos hijos y una treintena de partidarios suyos. En la explosi¨®n del coche bomba, aparcado ante su domicilio, hubo tambi¨¦n que lamentar tres muertos, incluido uno de sus guardaespaldas.
Mientras el Ej¨¦rcito israel¨ª segu¨ªa preparando la primera etapa de su repliegue de L¨ªbano, que concierne a Sid¨®n y sus alrededores, los Gobiernos de Beirut y Tel Aviv reanudaron ayer, en Nakura, la negociaci¨®n, interrumpida desde hace dos semanas, tendente a establecer una coordinaci¨®n entre ambas capitales para evitar que la retirada provoque en el Sur enfrentamientos confesionales.Adem¨¢s de Sid¨®n, todo L¨ªbano, con la ¨²nica excepci¨®n del reducto en manos de las Milicias Cristianas Unificadas (fuerzas libanesas), estuvo ayer paralizado por una huelga, secundada masivamente, para protestar por la acci¨®n terrorista del lunes, que el primer ministro liban¨¦s, Rachid Karame, no dud¨® en atribuir a los agentes de Israel. Escuelas, oficinas y comercios cerraron sus puertas. En Sid¨®n, los manifestantes cortaron los accesos a la ciudad con muros de piedras y quemando neum¨¢ticos.
Como en los viejos tiempos anteriores a la invasi¨®n israel¨ª del sur del pa¨ªs, cientos de libaneses y de palestinos de Ain Helue, el mayor campamento de ref¨²giados del pa¨ªs, recorrieron las calles de la capital meridional enarbolando banderas de L¨ªbano y de la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina (OLP) y d,ando vivas a su l¨ªder, Yasir Arafat, cuyos retratos exhibieron tambi¨¦n algunos manifestantes.
Saad, herido en la cabeza y los ojos, y hospitalizado desde ayer en el hospital Bichat de Par¨ªs, mantuvo siempre buenas relaciones con la resistencia palestina, con la que estuvo incluso aliado, y sus militantes quisieron agradec¨¦rselo desafiando a Israel, cuyo Ej¨¦rcito, comentaban algunos vecinos de la ciudad, "hace las maletas porque no le dejamos vivir, acos¨¢ndole con nuestros ataques".
Tensi¨®n ambiental
Conscientes del riesgo de que la tensi¨®n ambiental degenerase en graves incidentes, las fuerzas armadas de Israel (Tsahal) fueron ayer especialmente discretas en Sid¨®n, y cuando el cortejo alcanz¨® la casa, medio desplomada, de Saad y apedre¨® a la patrulla motorizada israel¨ª, de guardia ante el edificio, los soldados se limitaron a disparar al aire sin intentar disolver la importante concentraci¨®n. Tanto en los esl¨®ganes que fueron coreados, como en sus conversaciones, la opini¨®n p¨²blica en Sid¨®n acus¨® al Estado israel¨ª de haber instigado el frustrado asesinato, mientras los dignatarios pol¨ªticos y religiosos locales -el muft¨ª musulm¨¢n, el obispo cristiano maronita, el alcalde y los jefes de milicias- se reun¨ªan apresuradamente para "condenar un atentado que intenta sembrar la discordia".
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