Las oposiciones
Leo con gran consternaci¨®n la noticia aparecida en EL PAIS del 16 de enero de 1985 que hace referencia al intento de homicidio sobre las personas de varios miembros de un tribunal de oposici¨®n a notar¨ªas por parte de un aspirante a cubrir una de las plazas y posterior suicidio de ¨¦ste.No me atrevo a especular sobre las motivaciones que han concurrido en esta persona para ejecutar tal acci¨®n (posibles influencias familiares, varios intentos fracasados anteriores, el trastorno psicol¨®gico normal tras este esfuerzo sobrehumano, etc¨¦tera). Sin embargo, este hecho luctuoso me ha impulsado a hacer una serie de reflexiones que me permito presentarles, reflexiones que, por otra parte, se deben a alguien que, como funcionario, tuvo la desagradabil¨ªsima experiencia de tener que superar un concurso-oposici¨®n.
La Administraci¨®n del Estado, para cubrir sus necesidades de personal, ha recurrido hist¨®ricamente a las oposiciones.
Estas oposiciones, dada la configuraci¨®n de los ex¨¢menes -independientes y eliminatorios- de que en general se componen, lejos de garantizar la selecci¨®n del personal m¨¢s adecuado para el desarrollo de las funciones de los distintos puestos de trabajo que se proponen, se limitan, en ¨²ltimo extremo, a seleccionar a unas personas que lo ¨²nico que demuestran es su aptitud para memorizar de forma m¨¢s o menos brillante una serie de temas que, en la mayor¨ªa de los casos, poco o nada tiene que ver con las actividades concretas que el futuro funcionario va a tener que desarrollar en su unidad administrativa.
Sin embargo, con -este sistema selectivo suelen quedar eliminadas personas que, sin esa capacidad de memorizaci¨®n, pero con una mayor elasticidad intelectual, intuici¨®n o viveza mental, desarrollar¨ªan a todas luces de forma mucho m¨¢s eficaz las funciones propias del puesto para el que son rechazados.
Pienso, por tanto, que, estando de acuerdo con la necesaria existencia de criterios selectivos por parte de la Administraci¨®n para cubrir sus puestos, no estoy en absoluto de acuerdo con que tales criterios pasen por la realizaci¨®n de ex¨¢menes independientes y eliminatorios. Creo m¨¢s bien que deber¨ªan ser dependientes y acumulativos, con la inclusi¨®n de pruebas psicot¨¦cnicas y entrevistas personales. De este modo, aquellas personas con dificultades para absorber memor¨ªsticamente cientos y cientos de art¨ªculos de textos legales tendr¨ªan la oportunidad de compensar las bajas calificaciones en estos apartados con otras cualidades m¨¢s relacionadas con el intelecto, sentido com¨²n, capacidad de improvisaci¨®n y toma de decisiones, que en definitiva es lo que fundamentalmente se necesita para desarrollar con eficacia las, funciones de todo puesto administrativo.-
Zaragoza.
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