El dolor de crecer
El n¨²mero de ni?os y j¨®venes que se quitan la vida aumenta en las sociedades avanzadas m¨¢s industrializadas
Psiquiatras reunidos la semana pasada en Dalias (Tejas, EE UU) se mostraron alarmados por el fuerte incremento que se ha registrado en los tres ¨²ltimos a?os, triplic¨¢ndose pr¨¢cticamente los suicidios de j¨®venes entre 15 y 24 a?os. En la RFA, pa¨ªs europeo donde adquiere mayores proporciones este problema, algunos estudios dan la cifra de 500 ni?os y adolescentes suicidados en 1979, A?o Internacional del Ni?o. En Espa?a, seg¨²n el n¨²mero de casos recogido por el Instituto Nacional de Estad¨ªstica, no se habr¨ªa rebasado esa cifra en toda la d¨¦cada. De los 449 casos que se contabilizan como suicidios en menores de 20 a?os, 37 no llegaron siquiera a la adolescencia, suicid¨¢ndose con menos de 13 a?os.Cuando alguno de estos suicidios, como el de Juan Manuel Chaves, se conoce p¨²blicamente, se desata una serie de interrogantes y especulaciones sobre el suicidio infantil, tanto por lo que supone de cuestionamiento a una sociedad demasiado competitiva como por la dificultad de contar con unos datos fiables que nos permitan analizar el problema.
"El suicidio de Juan Manuel nos obliga a la reflexi¨®n en el A?o Internacional de la Juventud", seg¨²n el comunicado difundido por Filium -asociaci¨®n para la prevenci¨®n del filicidio-, en el que se se?ala que "el fracaso escolar, del que se responsabiliza generalmente a los suicidios infantiles, no es m¨¢s que el caldo de cultivo donde germinan otros fracasos".
Para la doctora Norma Ferro, psiquiatra, directora de la Escuela de Psicolog¨ªa Cl¨ªnica de Ni?os y Adolescentes y con una experiencia de 20 a?os en el campo del psicoan¨¢lisis, "estos casos de ni?os suicidas nos demuestran claramente que el mito de la infancia feliz es algo inventado desde el adulto. Para el ni?o es dificil crecer Todo cambio lleva a una situaci¨®n de crisis, y el ni?o est¨¢ en un cambio constante que le genera mucha ansiedad. El papel del adulto, pre cisamente, es ayudarle para que el crecimiento se le haga lo m¨¢s llevadero, porque si no le ayuda a su perar esas crisis la ansiedad se es clerosa y desencadena en psicosis o neurosis".
Fracaso escolar, fracaso vital
"Pero la realidad que nos encontramos", contin¨²a, "d¨ªa a d¨ªa en la consulta es que a la infancia y a la adolescencia se les presenta como una carrera de obst¨¢culos en la que no ven definida la meta. La sociedad no les da el m¨¢s m¨ªnimo lugar, s¨®lo la escuela para que estudien; pero despu¨¦s ?qu¨¦ hacen? Con la crisis econ¨®mica, adem¨¢s, la adolescencia se alarga m¨¢s tiempo. Educamos para la competencia, y muchos ni?os no pueden competir".
Para muchos j¨®venes, el fracaso escolar equivale de hecho a un fracaso total, especialmente para los varones. Seg¨²n la edad cambian las motivaciones del suicidio, el sexo y la proporci¨®n entre suicidios consumados e intentos. En los suicidios de menor edad hay una mayor¨ªa clara de varones. "Esto es l¨®gico", se?ala Norma Ferro, "y concuerda con lo anterior, ya que la sociedad es m¨¢s exigente con los chicos. Tambi¨¦n es l¨®gico que los suicidas m¨¢s peque?os utilicen m¨¦todos m¨¢s contundentes -o tal vez s¨®lo estos casos son conocidos-, porque un ni?o no tiene una representaci¨®n clara de la muerte y, por tanto, no se da cuenta realmente del da?o fisico que se hace. Esto cambia en el adolescente, que ya s¨ª tiene un s¨ªgnificado claro de la muerte, pero vive su cuerpo como algo ajeno. En esta etapa se abandona el cuerpo de ni?o y aparece un organismo nuevo que ¨¦l no puede controlar. No se le ense?a adem¨¢s a relacionarse con su cuerpo. En los colegios se sigue diciendo que la masturbaci¨®n es mala, y los padres -incluso en ambientes llamados progres- act¨²an como si sus hijos estuviesen informados, pero de hecho no lo est¨¢n. Aparece la menstruaci¨®n y les dicen: 'Ya eres una mujer', pero no se les prepara. Sienten tan ajenos a su cuerpo que pueden mutilarlo, da?arlo, matarlo, sin tener la sensaci¨®n de que van a morir realmente".
Los j¨®venes lo intentan
En la reuni¨®n de Dalias se ha puesto de manifiesto que el 90% de los suicidios frustrados est¨¢ protagonizado por jovencitas, mientras que los chicos consuman m¨¢s frecuentemente su deseo de morir, en unas pautas que se asemejan mucho con el suicidio de los adultos: tres de cada cuatro hombres que lo intentan lo consiguen, lo que s¨®lo ocurre en una de cada cuatro mujeres.
"Esto se debe probablemente a motivos puramente educacionales", seg¨²n Mar¨ªa Jes¨²s Miranda, soci¨®loga, "ya que las mujeres utilizan m¨¦todos menos violentos, como los f¨¢rmacos, lo que permite un margen de tiempo para salvar la vida. Muchos de los intentos de suicidio en los ni?os se recogen como accidentes, por deseo de la familia o porque no se puede probar lo contrario, y las ni?as, al estar m¨¢s inmersas en la vida dom¨¦stica, tienen a mano las pastillas de la madre o la botella de lej¨ªa, elementos con los que se producen intoxicaciones que se presentan f¨¢cilmente como accidentes. El problema es que no hay una definici¨®n clara de lo que es suicidio y lo que es accidente. En Estados Unidos, por ejemplo, empiezan a considerarse como suicidios muchos accidentes de tr¨¢fico ocurridos cuando iba el conductor solo y no est¨¢n claras las causas".
La situaci¨®n en Espa?a no es tan alarmante como en Estados Unidos o la RFA, se?ala Juan Pundik, director de Filium, porque, si bien aqu¨ª el grupo familiar es m¨¢s autoritario que en esos pa¨ªses, tambi¨¦n es m¨¢s continente; la familia no est¨¢ tan disgregada. Aunque un sentimiento de malestar invade cotidianamente al grupo familiar. Seg¨²n las estad¨ªsticas presentadas por la doctora Pamela Cantor en la reuni¨®n de Dalias, los padres estadounidenses pasan menos tiempo con sus hijos que los de cualquier otro pa¨ªs del mundo -un promedio de 37 minutos al d¨ªa-, y esto supone que los niftos crecen de hecho en una orfandad afectiva.
Para otros expertos, el suicidio infantil est¨¢ asociado al estr¨¦s de la sociedad industrializada y en relaci¨®n directa con los valores que a los ni?os se les transmite en su educaci¨®n. Para Alvin Toffier, "el programa invisible de la escolaridad abarca tres facetas: puntualidad, obediencia y trabajo mec¨¢nico y repetitivo. Lo que se requiere para el trabajo de f¨¢brica y oficina de la sociedad industrial".
El padre intenta renovarse a trav¨¦s del hijo
"Ser padre de un adolescente", contin¨²a, "es muy dificil, porque te cuestiona toda tu vida y tu ideolog¨ªa justo en el momento cuando se inicia la decadencia, a los 40 a?os, y por ello el padre intenta renovarse a trav¨¦s del hijo, que ¨¦ste sea lo que no ¨¦l no pudo ser. A su vez, el ni?o quiere ser hombre, pero a¨²n no puede, porque compite con el padre".
Seg¨²n un reciente estudio sobre la depresi¨®n en Espa?a, los j¨®venes de 15 a 20 a?os constituyen uno de los grupos con mayor n¨²mero de depresivos -un 59%-, precedido tan s¨®lo por los mayores de 50 y 60 a?os.
En el estudio realizado sobre la poblaci¨®n urbana de 12 ciudades no se incluyen grupos de edad inferior a los 15 a?os, como un reflejo quiz¨¢ de esa visi¨®n de la infancia feliz com¨²nmente aceptada en la sociedad.
Generalmente, las depresiones en los ni?os est¨¢n enmascaradas. Ahora se presta m¨¢s atenci¨®n en algunos colegios a estos problemas y los padres que llevan a su hijo al psic¨®logo lo hacen aconsejados com¨²nmente por los profesores y los pediatras. "Los traen generalmente por la presencia de un s¨ªntoma como aislamiento", se?ala Norma Ferro, "o bajo rendimiento escolar, pero cuando mejoran los s¨ªntomas los suelen retirar del tratamiento, porque los padres viven el asunto como muy avergonzante. Las dificultades del ni?o lo que hacen en realidad es poner de manifiesto los problemas de la familia."
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