La irrupci¨®n de las vanguardias

Cuando el pr¨®ximo mes de abril Manuel Rivera lea su discurso de ingreso en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, una de sus habituales telas met¨¢licas presidir¨¢ la sala, "lo que puede ser un espect¨¢culo", seg¨²n el artista. Con Rivera, de 57 a?os, entran en la academia las vanguardias, sobre las que disertar¨¢ el pintor en su alocuci¨®n. "No es s¨®lo mi nombre lo que se reconoce con este ingreso, sino a toda la generaci¨®n de los a?os 50, a las vanguardias hist¨®ricas".Rivera fue elegido acad¨¦mico casi por unanimidad en noviembre pasado y estuvo a punto de salir en primera votaci¨®n, inhabitual en estas instituciones. "La academia ha estado un gran lapso de tiempo sin renovarse", afirma Rivera, "si bien en los ¨²ltimos a?os ha ido incorporando a aquellas personas que representan un valor ya reconocido". Para el pintor, es l¨®gica la cautela acad¨¦mica en cuanto a movimientos art¨ªsticos, literarios o cient¨ªficos, "ya que son entidades conservadoras en el fondo,- aunque tiene la responsabilidad de revitalizarse continuamente".

"Yo en mi ¨¦poca estuve totalmente en contra de la academia, una actitud muy biol¨®gica, pero ahora me doy cuenta de que se puede realizar una gran labor desde ella". Manuel Rivera esta convencido de que su ingreso no va a suponer una renuncia a la innovaci¨®n, ni "un estancamiento de mi labor art¨ªstica".

La Academia de Bellas Artes debe convertirse, seg¨²n el artista, en un foco de "radiaci¨®n y concentraci¨®n" de arte. "Dedicarse no s¨®lo a preservar sino tambi¨¦n promover nuevos valores art¨ªsticos. "Me gustar¨ªa que se convirtiera en un lugar de encuentro". El pintor entiende su ingreso como "una forma de colaboraci¨®n" con su pa¨ªs. "Quiero aportar mi experiencia y voy dispuesto a trabajar desde el primer d¨ªa".

Recuperar el protagonismo

Seg¨²n Rivera, las academias deben recuperar su protagonismo frente a la Administraci¨®n, perdido en los ¨²ltimos a?os: "se cometer¨ªan menos barbaridades". Las academias producen una enorme cantidad de informes para diversos organismos del Estado -siempre preceptivos, aunque no vinculantes- que han llegado a convertirse en un tr¨¢mite m¨¢s, en un dictamen que debe adjuntarse al expediente. "Me da la impresi¨®n", dice Rivera, "de que la Administraci¨®n no hace caso de las sugerencias que se aportan".Aunque las academias "no tienen el dinero que deber¨ªan tener" y las subvenciones "son muy peque?as", Rivera se manifiesta contrario a una mayor intervenci¨®n estatal, "porque el futuro de las academias esta en su independencia". Para Manuel Rivera, la f¨®rmula ya esta inventada y se aplica con ¨¦xito en otros pa¨ªses. Consiste en articular una serie de exenciones fiscales a las donaciones particulares que vayan destinadas a estas instituciones.