Nueva base sobre la realidad hist¨®rica de 'La lliada'
Hace tres meses el profesor Calvert Watkins, un ling¨¹ista de Harvard (v¨¦ase EL PA?S de ayer), se encontraba estudiando unos documentos en una lengua muerta de la antigua Anatolia cuando descubri¨® una serie de palabras que llamaron poderosamente su atenci¨®n. Traducidas, ¨¦stas dec¨ªan: "Cuando llegaron de la escarpada Wilusa". El texto se interrump¨ªa en ese punto, pero, por numerosas razones, el se?or Watkins pens¨® que hab¨ªa encontrado las l¨ªneas iniciales de un himno o de una canci¨®n ¨¦pica sobre Troya, la "escarpada Ilios" de La Iliada de Homero, escrita en la propia lengua de los troyanos m¨¢s de 500 a?os antes que Homero, que vivi¨® en el siglo VIII antes de Cristo.
La Wilusiada del se?or Watkins ha sido considerada por otros ling¨¹istas, clasicistas y arque¨®logos como una excelente labor de detective. Ha proporcionado un nuevo aspecto y mayor evidencia hist¨®rica a la guerra de Troya y a los h¨¦roes de Homero, haci¨¦ndolos m¨¢s reales de lo que parec¨ªan hasta hace 10 a?os.
Tambi¨¦n ha fortalecido el argumento del profesor de que la lengua de los troyanos era el luvio, una lengua indoeuropea de Anatol¨ªa, la actual Turqu¨ªa. ?Existi¨® realmente el rey Pr¨ªamo de Troya? Los ling¨¹istas as¨ª lo creen, si el nombre luvio Pariya-muwas sufri¨® la transformaci¨®n en Pr¨ªamo por los griegos. ?Y Paris, el hijo de Pr¨ªamo, de quien Homero cuenta que provoc¨® la guerra de Troya al raptar a Helana, esposa del rey Menelao de Esparta? Tambi¨¦n el nombre de Paris procede del luvio, dice Watkins.
El relato de Homero de la guerra de Troya ha dejado lana profund¨ªsima huella en la cultura occidental. Se convirti¨® en el prototipo de la confrontaci¨®n Este-Oeste e influy¨® en los conceptos de poes¨ªa, tragedia y destino. Sin embargo, m¨¢s de un siglo despu¨¦s de que el arque¨®logo alem¨¢n Heinrich Schliemann descubriera las ruinas amuralladas de Troya en el noroeste de Turqu¨ªa, nadie sabe si la guerra ha tenido lugar alguna vez.
Durante los ¨²ltimos 20 a?os, los arque¨®logos que trabajan en la costa egea de Turqu¨ªa han ido descubriendo restos de evidencia en Mileto, lasos y en muchos otros lugares de que los griegos de Micenas ya hab¨ªan ocupado la zona en el siglo XV antes de Cristo, dos o tres siglos antes de la fecha que los historiadores griegos proponen para la guerra de Troya.
"En muchos otros lugares se est¨¢n encontrando nuevas evidencias", dice el profesor Machteld J. Mellink, del Bryn Mawr College de Pennsylvania y ex presidente del Instituto Arqueol¨®gico Americano. Los estudiosos dicen que en la actualidad se hace cada vez m¨¢s evidente que los antiguos griegos estaban por lo menos capacitados para hacer la guerra a Troya.
Descubrimientos
En 1981, nuevos descubrimientos ling¨¹¨ªsticos fueron los primeros indicios de que el reino mic¨¦nico de Grecia era probablemente el mismo reino marinero y de guerreros en carros de combate que se cita en los antiguos documentos reales de los hititas, que eran entonces la fuerza dominante en Asia Menor y cuya lengua est¨¢ emparentada con ,el luvio.
La teor¨ªa de que los ahhiyans (o ahhiyawans) que mencionan los hit¨ªtas pueden ser realmente los aqueos de la Grecia de Homero data de los a?os veinte, poco despu¨¦s de que empezaran a desenterrarse y descifrarse las tabletas de arcilla con caracteres cuneiformes de los hititas en Bogazkoy (Turqu¨ªa), la capital de los hititas.
Esta igualdad ahhiyans-aqueos fue vehementemente contestada. Pero desde 1981 el profesor Hans G. Guterbock, del Instituto Oriental de la Universidad de Chicago, ha argumentado en una serie de escritos que los ahhiyaris eran, indudablemente, los aqueos. Sus descubrimientos se basan en la reuni¨®n de nuevos fragmentos de arcilla, fotograf¨ªas ampliadas, nuevas interpretaciones ling¨¹¨ªsticas y nuevo establecimiento de fechas.
Los ahhiyans son descritos en los documentos hititas del siglo XV antes de Cristo como gobernados por un rey al otro lado del mar, un hombre con la estatura del Agamen¨®n de Homero que dominaba la ciudad de Milawata, que Guterbock y otros equiparan a la griega Mileto.
Los ahhiyans tambi¨¦n se enfrentaban.en combate personal con los jefes anatolios, enviaban escuadrones de carros, negociaban armisticios con el rey hitita y se comportaban de una forma muy similar a la de los griegos de Homero.
El pasado mes de octubre, poco despu¨¦s de que Watkins descubriera su Wilusiada, Guterbock desarroll¨® otros posibles paralelos ling¨¹¨ªsticos en un simposio sobre la guerra de Troya que tuvo lugar en Bryn Mawr, cerca de Filadelfia (Estados Unidos).
Dada la posible identidad ahhiyans-aqueos, Guterbock dijo que ahora parec¨ªa casi cierto que el lugar llamado Wilusa en los textos hititas era la Ilios de los griegos. En una entrevista, Guterbock calific¨® de brillante el descubrimiento por Watkins de una canci¨®n luvia sobre Wilusa.
La mayor parte de la literatura luvia encontrada est¨¢ entremezclada con textos hititas, dice Watkins. En esos textos, algunas veces se instruye a los sacerdotes h¨ªtitas para que canten en luvio y a continuaci¨®n sigue un pasaje luvio. Una serie de esos pasajes tiene el ritmo, el l¨¦xico y otras cualidades inequ¨ªvocas de la poes¨ªa ¨¦pica, dijo Watkins en la conferencia de Bryn Mawr. No dudaba en absoluto que la l¨ªnea "Cuando llegaron de la escarpada Wilusa", que otros ling¨¹istas apreciaron interesados, era inequ¨ªvocamente po¨¦tica.
M¨¢s tarde Watkins descubri¨® otra posible referencla a Wilusa; cuatro l¨ªneas muy deterioradas de un verso luvio que empieza: "Cuando el hombre lleg¨® de la escarpada...". Lo escarpado de Troya dej¨® una profunda impresi¨®n en el mundo antiguo. El adjetivo en luvio es alati. La palabra griega de Homero para escarpado, aipene, fue aplicada por el poeta a Troya y a una monta?a cercana a Troya, pero a ninguna otra parte, dijo Watkins. ?l y una colega, la profesora Emily T. Wermeule, una clasicista de la universidad de Harvard, reconocieron que en su Wilusiada no se menciona la guerra de Troya.
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