La 'cumbre' de la OPEP
LOS RESULTADOS de la reciente cumbre de la OPEP (Organizaci¨®n de Pa¨ªses Exportadores de Petr¨®leo), celebrada hace unos d¨ªas en Ginebra, pone en evidencia las limitaciones de este c¨¢rtel de pa¨ªses para actuar como un oligopolio en el mercado mundial. Por otra parte, ha abierto un poco m¨¢s el mecanismo que posibilita que una baja de los precios del petr¨®leo lleve aparejado un desbarajuste financiero en Occidente. Las afirmaciones realizadas por el ministro argelino del Petr¨®leo, Belkacem Nabi, de que la sesi¨®n de Ginebra ha llegado a acuerdos poco serios que dar¨¢n lugar a perdedores y ganadores, es uno de los datos que permiten pensar que, a pesar del respaldo mayoritario para reducir precios y diferenciales, la estabilidad interna de la organizaci¨®n de productores de crudo ha sufrido un nuevo y tal vez definitivo deterioro. En esta sesi¨®n se ha aprobado, por segunda vez en la historia de la OPEP, una reducci¨®n de su sistema de precios y un acercamiento del arco que separaba los crudos en funci¨®n de sus calidades. El denominado ¨¢rabe ligero, utilizado como pivote de referencia, se ha reducido de 29 a 28 d¨®lares; los ultraligeros de 30,5 a 28,44 d¨®lares, mientras que los crudos pesados contin¨²an estabilizados en 26,50 d¨®lares. De este modo, se estrecha la diferencia, entre precios m¨¢ximos y m¨ªnimos.Este descenso de los precios del crudo, aunque beneficioso a corto plazo para las econom¨ªas occidentales, no deja de auspiciar desarrollos mucho menos alentadores. La baja del petr¨®leo, de prolongarse hasta el punto de hacer tambalear la econom¨ªa de los m¨¢s s¨®lidos procluctores, podr¨ªa acabar por provocar un crack financiero en Occidente, debido a la eventual necesidad de los pa¨ªses de la OPEP de retirar una parte sustancial de sus petrod¨®lares colocados en las entidades financieras occidentales, para hacer frente a los procesos inversores iniciados con la bonanza del crudo en tiempos mejores. Hoy ya algunos de estos pa¨ªses experimentan los efectos de una fuerte recesi¨®n (hay decenas de empresas espa?olas de primera l¨ªnea, testigos de las rescisiones de contratos o de la baja de las licitaciones). Buena parte de los pa¨ªses de la OPEP ha visto descender en progresi¨®n geom¨¦trica su nivel de renta en los ¨²ltimos a?os, lo que les ha hecho pasar de la categor¨ªa de pa¨ªses ricos y con una balanza comercial envidiable a situarse en el pelot¨®n de naciones con problemas financieros. Seg¨²n datos hechos p¨²blicos recientemente por el secretario general de la organizaci¨®n, la ca¨ªda de los precios del crudo y la p¨¦rdida de cuotas de mercado han provocado el descenso de los ingresos petrol¨ªferos de los pa¨ªses del Golfo P¨¦rsico en un 20% anual en los dos ¨²ltimos a?os. Seg¨²n estos mismos datos, los 31 millones de barriles diarios que vend¨ªa la OPEP en 1980 se han reducido a la mitad, pasando a los 16 millones actuales, mientras que de tener una cuota del 60% del mercado se ha retrocedido a un 37% en menos de dos a?os.
El ministro saud¨ª Zaki Yamani declaraba al t¨¦rmino de la cumbre de la OPEP que la reducci¨®n de los diferenciales y de los precios es una estrategia eminentemente dirigida hacia los mercados internacionales. Sin embargo, lo que probablemente sea la salida m¨¢s l¨®gica y realista en estos momentos para la organizaci¨®n -es decir, adaptarse conjuntamente a las propias circunstancias del mercado- esconde en s¨ª un buen n¨²mero de interrogantes y otros tantos peligros m¨¢s o menos solapados. Desde un punto de vista estrictamente legal, hay que reparar en la propia validez que, seg¨²n el funcionamiento de la OPEP, pueda tener una decisi¨®n que no cuenta con el respaldo de varios de sus pa¨ªses miembros.
Argelia, Libia e Ir¨¢n se han opuesto a esta nueva reducci¨®n de precios, mientras que Gab¨®n se ha abstenido. El ministro argelino del Petr¨®leo se ha encargado de subrayar que los estatutos de la OPEP exigen unanimidad en las decisiones para que sean adoptadas por sus miembros. Y aunque Yamani ha se?alado que hay precedentes que testifican a favor de que esa unanimidad no es necesaria, el hecho es que estas disensiones ocasionan, precisamente, lo que la propia existencia de la OPEP ha intentado desde siempre evitar: el socavamiento de su cohesi¨®n interna.
Todo ello hace prever que el nuevo acuerdo sea m¨¢s parche que remedio. Probablemente s¨®lo el comportamiento del mercado y la intensidad con la que se vean acuciados econ¨®micamente los pa¨ªses integrantes de la organizaci¨®n dir¨¢n la ¨²ltima palabra. Como dijo el ministro indonesio Subroto, presidente de esta ¨²ltima conferencia de la OPEP, la reuni¨®n "no ha sido un fracaso, pero tampoco un ¨¦xito".
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