Francisco Nieva: "Casi me sorprende que la ¨®pera sea un g¨¦nero tan vigente"
Francisco Nieva, director de escena de la ¨®pera I due Foscari, de Verdi, que hoy se estrena en el teatro de la Zarzuela, de Madrid, levanta siempre pol¨¦mica. Sus obras teatrales -La carroza de plomo candente, El baile de los ardientes, El combate- fueron en su d¨ªa centro de comentario. Recientemente se produjo su incursi¨®n en el mundo l¨ªrico madrile?o: Tosca y Curro Vargas. Sus primeros pasos m¨²sico-teatrales fueron, junto con Felsestein, en el montaje del ballet Cinderella, de Prokofiev, para la ¨®pera C¨®mica de Berl¨ªn, hasta llegar al Bolshoi. Nieva est¨¢ sorprendido de que la ¨®pera sea un g¨¦nero tan vigente".Pregunta. ?Qu¨¦ diferencias de lenguaje existen entre ¨®pera y teatro?
Respuesta. Hay muchas-; la primera es mucho m¨¢s convencional que la segunda y plantea grandes problemas. Requiere una puesta en escena con movimientos musicales que sigan su comp¨¢s. Es imposible hacer naturalismo en ella, a menos que sea una obra verista. Los personajes, al cantar, no se comportan de una forma natural como en la vida misma. Hay una diferencia de concepto enorme entre un teatro y otro. La verdad es que hace falta tener muchos a?os de rodaje en la ¨®pera para conseguir algo que est¨¦ medianamente bien.
P. ?Ha observado tambi¨¦n alguna diferencia entre el p¨²blico que asiste a los dos g¨¦neros?
R. Es mucho m¨¢s fervoroso el oper¨ªstico. Indudablemente, viene a ver siempre algo que ya conoce, que se imagina y que incluso quiere ver de esa forma, como lo vio de ni?o, con la Mim¨ª muri¨¦ndose a la derecha del escenario.
P. ?Cree realmente que se trata de algo vigente?
R. Lo es y casi me sorprende que lo sea tanto. La juventud muestra un fervor oper¨ªstico verdaderamente extraordinario, y es precisamente por lo convencional de ella, por ser un mundo aparte, un peque?o para¨ªso est¨¦tico. Por eso incluso la prefieren al teatro.
P. ?Puede ser quiz¨¢ una especie de huida?
R. Algo de eso hay. Me extra?a el que la gente prefiera o¨ªr cantar a hablar, pero la verdad es que se conoce que la cultura moderna nos est¨¢ llevando a un mundo de de signos, que hace que la ¨®pera sea para ellos algo m¨¢s visual.
P. Alg¨²n famoso director esc¨¦nico considera que uno de los puntos m¨¢s dif¨ªciles es el manejo de los coros. ?Est¨¢ usted de acuerdo?
R. S¨ª, es cierto. La situaci¨®n del coro es siempre un problema enorme. Aqu¨ª mismo, en I due Foscari, se suele presentar como un elemento fijo, puesto que su intervenci¨®n es muy abundante y casi en plan cantata. Yo he intentado solventar los problemas de espacio que hab¨ªa para ello por medio de un puente levadizo.
P. ?Cu¨¢les son los escenograf¨ªas o directores de escena que m¨¢s admira?
R. Hay muchos, pero los que a m¨ª me gustan son los, dramaturgos escen¨®grafos, los que intentan una nueva forma de hacer teatro. De los directores modernos, Chereau me parece genial; Zeffirelli es muy kitsch, pero siempre causa sorpresas...
P. Acaba de mencionar a Zeffirelli. ?Qu¨¦ prefiere, La traviata de este director o la Carmen de Rossi?
R. Ninguna. Ambas me parecen sobrecargadas de kitsch, pero de un kitsch involuntario. Se han dejado arrebatar por el peor de los mundos oper¨ªsticos, el de la exhibici¨®n.
"Prefiero acogerme a la ¨¦poca"
P. ?Qu¨¦ opina de montajes como los de Ken Rusell, que colocan, por ejemplo, a Mim¨ª muri¨¦ndose a causa de sobredosis de hero¨ªna?
R. Pues me parece mejor para el cine que para la propia ¨®pera. Son fantas¨ªas que no conducen a una verdadera renovaci¨®n del teatro. Mire, la renovaci¨®n del teatro m¨¢s importante del siglo ha sido la de Brecht, y Brecht era muy fiel a la ¨¦poca de los sucesos. Un Don Giovanni es tan dieciocliesco que es muy dif¨ªcil sacarlo de ese contexto para llevarlo a otro mundo. Me parece un poco disparate cambiar estos contextos, aunque se puede hacer, incluso con ¨¦xito; pero hay que tener mucho tacto e ideas realmente geniales. Yo prefiero acogerme a la ¨¦poca; as¨ª lo he hecho en este caso acord¨¢ndome del mundo de Carpaccio y creando una visi¨®n Carpaccio-verdiana de I due Foscari.
P. Bien, entramos ya en la ¨®pera que se estrena en Madrid. ?Qu¨¦ piensa de ella y qu¨¦ pasos ha seguido para su puesta en escena?
R. Se trata de una obra interesant¨ªsima, aunque sea poco conocida. Posee un libreto muy bello de Piave que sin duda fue muy manejado por Verdi para extraerle efectos dram¨¢ticos. Desde que escuch¨¦ la ¨®pera, me di cuenta de que se trataba de un desaf¨ªo. Hab¨ªa que meter en un escenario tan peque?o como el de la Zarzuela una ¨®pera en la que pasan much¨ªsimas cosas y en donde los escenarios son m¨²ltiples. La soluci¨®n que le di con el puente levadizo me parece buena e incluso me recuerda el primitivo puente del Rialto.
P. Hay una serie de elementos que se prestan a interpretaciones m¨²ltiples. ?Qu¨¦ pretende con ello? ?Cu¨¢l es, por otro lado, la raz¨®n para tanto color negro?
R. Yo obro por impresiones, no razono demasiado el hecho puramente f¨ªsico o hist¨®rico. Necesito dar un resumen l¨ªrico de lo qjue es la ¨®pera. En cuanto al color negro, pienso que es el que mejor representa a una Venecia mortuoria y maravillosa, en donde las g¨®ndolas parecen cajas de laca negra. Adem¨¢s, se aviene al argumento un tanto sombr¨ªo de la obra. De hecho, el negro es un color muy agradecido en teatro porque aleja y proporciona mayor amplitud a un escenario.
P. Usted ha declarado muchas veces que huye del realismo en sus producciones. ?C¨®mo compagina esto con el inventare il vero de Verdi?
R. Bueno, verdaderamente Verd¨ª no ha sido nunca realista, ni siquiera en Traviata o Falstaff, es m¨¢s bien un rom¨¢ntico desaforado. Yo tambi¨¦n lo soy y por eso el coincidir con Verdi no me ha sido nada dif¨ªcil.
P. Quiz¨¢ sea m¨¢s dif¨ªcil dirigir a los divos.
R. S¨ª que lo es, porque en muchas ocasiones se fijan s¨®lo en su voz, que es lo que les da de comer, y desprecian a los registas. En teatros poderosos tienen que plegarse a las puestas en escena, que les exigen hasta tres meses de ensayos, pero esto es una excepci¨®n porque lo normal es que se?ores como Brus¨®n o Cappuccilli lleguen con cinco d¨ªas de antelaci¨®n y se acomoden lo mejor posible a la escenograf¨ªa. En general, los cantantes son un tanto dif¨ªciles, son caprichosos, quieren cortar el bacalao como en el siglo XVIII y a veces son incomprensivos y poco d¨²ctiles. Es francamente complicado hacer ole ellos buenos actores. Renato Brus¨®n lo es y ello supondr¨¢ un placer para el p¨²blico madrile?o.
P. Brus¨®n act¨²a con s¨®lo un ensayo, el general. ?C¨®mo le sienta a un director de escena el que los divos lleguen a ¨²ltima hora, pr¨¢cticamente sin ensayos?
R. A m¨ª me sienta fatal. No hay duda alguna de que es una de las cosas que menos me gustan, y creo que los teatros deber¨ªan hacerse respetar en la llegada puntual de los divos. Los cantantes se han de poder acostumbrar a la escena y conocer el proceso dram¨¢tico de la elaboraci¨®n de ella para ser capaces de situarse dentro, incorpor¨¢ndose a ella de verdad. El teatro de la Zarzuela, en donde ya se est¨¢n haciendo cosas de mucha importancia, deber¨ªa forzar la llegada de los cantantes con tiempo suficiente.
P. ?C¨®mo ve la colaboraci¨®n con los directores de orquesta?
R. Ellos no sienten las necesidades dram¨¢ticas de renovaci¨®n, son demasiado conservadores. Krieger ha supuesto una excepci¨®n. El trabajo con ¨¦l ha resultado magn¨ªfico y muy gratificante. Con otros, como por ejemplo Garc¨ªa Navarro, he tenido discusiones tremendas por lo que acabo de comentar.
P. ?Pero los registas estudian y escuchan las partituras previamente con el suficiente detenimiento?
R. Yo desde luego lo hago, necesito extraer del esp¨ªritu del m¨²sico todo el mundo visual que voy a dise?ar. Debe hacerse as¨ª.
P. I due Foscari es ya casi algo pasado; actualmente se encuentra preparando Andrea Chenier. ?Qu¨¦ nos puede avanzar?
R. Lo que quisiera es que todo se desarrolle tambi¨¦n en un solo espacio transformable sobre la base de la plaza de la Concordia.
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