Washington teme que la 'infidelidad' de Nueva Zelanda cunda entre los dem¨¢s aliados militares de EE UU
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Estados Unidos teme que el ejemplo de Nueva Zelanda, que se ha negado a recibir en sus puertos a barcos norteamericanos con armamento at¨®mico, poniendo en peligro la alianza defensiva ANZUS en el sur del Pac¨ªfico, estimule a los movimientos pacifistas antinucleares en Jap¨®n y en Europa occidental. Washington ha reaccionado con gran severidad verbal contra el Gobierno neozeland¨¦s y ha amenazado con adoptar incluso represalias econ¨®micas con el objetivo de que esta respuesta sirva de aviso a otros pa¨ªses aliados de EE UU que quieran mantener tratados defensivos sin pagar los m¨ªnimos costes.
La decisi¨®n del Gobierno laborista neozeland¨¦s, que preside David Lange, supone un golpe muy duro para el ANZUS, el tratado de defensa mutua que une a EE UU, Australia y Nueva Zelanda, firmado en 1951, en plena ¨¦poca de la doctrina Truman de contenci¨®n global del comunismo. El rechazo de WeIlington de permitir la escala del destructor convencional USS Buchanan, porque Washington, por motivos de seguridad, se negaba a informar si llevaba o no armamento at¨®mico a bordo, deja la alianza convertida en un mero acuerdo bilateral con Australia.La decisi¨®n neozelandesa ya est¨¢ teniendo efectos en la vecina Australia, y el primer ministro australiano, el tambi¨¦n laborista Bob Hawke, lleg¨® en la tarde del martes a Washington, en visita oficial, con otra mala noticia para Reagan. Presionado por un sector de su partido y parte de la opini¨®n p¨²blica, que comparten el deseo de desnuclearizar el sur del Pac¨ªfico, Hawke niega a Estados Unidos la utilizaci¨®n de los aeropuertos australianos como bases para controlar las pruebas del pol¨¦mico misil intercontinental MX. El Departamento de Estado anunci¨® ayer que, "por mutuo acuerdo" entre los dos pa¨ªses, no se utilizar¨¢n bases australianas para el seguimiento de dichas pruebas, que se realizar¨¢n, sin embargo, como estaba previsto, en el mar de Tasmania, entre Australia y Nueva Zelanda, a finales de este a?o o a principios de 1986.
Washington necesita, en los pr¨®ximos meses, probar el alcance m¨¢ximo de este cohete, armado con 10 cabezas nucleares, y considerado por la Administraci¨®n de Reagan como una pieza clave del rearme necesario para negociar con la URSS. El MX ser¨¢ disparado desde una base estadounidense y llegar¨¢ hasta alg¨²n punto del Pac¨ªfico sur, en las proximidades de Australia, desde cuyo espacio a¨¦reo los aviones de EE UU controlar¨ªan el vuelo y el impacto.
Hawke, que no comparte el sentimiento antinorteamericano de parte del Partido Laborista, continuar¨¢, sin embargo, permitiendo el uso de los aeropuertos australianos a Estados Unidos para otras ocasiones.
Fuentes oficiales dijeron que Australia es uno de los mejores aliados de Washington y que el caso australiano no tiene nada que ver con el neozeland¨¦s. El ANZUS es un pacto de mutua defensa, que establece en su art¨ªculo 42 que EE UU defender¨¢ a sus dos aliados si ¨¦stos son atacados. Si Nueva Zelanda abandonase de hecho el ANZUS, ser¨ªa la primera vez que un aliado deja una alianza militar.
El Pent¨¢gono est¨¢ muy sensibilizado con el "creciente poder¨ªo naval sovi¨¦tico" en el Pac¨ªfico, en cuyas aguas Mosc¨² despliega m¨¢s de 500 nav¨ªos de todo tipo. La Administraci¨®n se neg¨® a identificar a estos pa¨ªses a los que va dirigida la advertencia, pero fuentes oficiosas se?alaron sobre todo a Jap¨®n, que oficialmente proh¨ªbe la llegada de armas nucleares.
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