Txiki Benegas:"El PSOE puede discrepar del Gobierno, pero nunca en p¨²blico"
"No soy el delf¨ªn de nadie" - "Me he sentido y me siento un blanco para ETA" - "El partido debe que tener su propia autonom¨ªa"
Sin que haya pasado a¨²n mes y medio desde su ascenso a la secretar¨ªa de organizaci¨®n del PSOE, Jos¨¦ Mar¨ªa Txiki Benegas se encuentra ahora inmerso en un proceso casi sin precedentes de renovaci¨®n regional del partido. Los conflictos locales estallan alrededor de un hombre que debe simultanear la tarea de apagar fuegos desde la ejecutiva federal con la de seguir siendo secretario general del Partido Socialista de Euskadi. Los intentos de revitalizar un PSOE eclipsado por la labor del Gobierno constituyen el centro de esta entrevista.
Cuando alguien le pregunta si en realidad es el n¨²mero tres del PSOE, a ra¨ªz de su nombramiento como secretario de organizaci¨®n, lo niega: "Simplemente soy el secretario de organizaci¨®n en una ejecutiva colegiada en la que hay compa?eros con tantos m¨¦ritos como los m¨ªos para dirigir este partido". ?Es el delf¨ªn de Felipe Gonz¨¢lez? "No soy el delf¨ªn de nadie; tengo una lealtad desde hace mucho al secretario general de este partido, y eso es todo". Tampoco considera que haya sido colocado en su puesto actual para quemarse, "lo que no quiere decir que no corra el riesgo de quemarme, como se corre en cualquier actividad pol¨ªtica". Jos¨¦ Mar¨ªa Txiki Benegas, de 36 a?os, m¨¢s de 10 a?os ya en la direcci¨®n de su partido, hace todav¨ªa compatible su nueva responsabilidad en la ejecutiva federal del PSOE con la secretar¨ªa general del Partido Socialista de Euskadi, desde donde ha encabezado las negociaciones para llegar a un pacto de legislatura con el PNV. "Me he sentido y me siento un blanco para ETA", admite, aunque responde con evasivas cuando se le pregunta si ahora, desde que ha ascendido a un puesto de relieve nacional, corre m¨¢s riesgos que antes.Pregunta. Usted es un primus inter pares en una ejecutiva que se quiere configurar como una especie de consejo de ministros bis. Es decir, el Consejo de Ministros propiamente dicho queda como algo donde se resuelven problemas t¨¦cnicos, y la ejecutiva del PSOE cada vez se va a ocupar m¨¢s de los programas o planes pol¨ªticos.
Respuesta. Yo no lo llamar¨ªa consejo de ministros bis, porque las funciones son muy diferentes, en el sentido de que el Consejo de Ministros tiene la responsabilidad de gobernar Espa?a, y la ejecutiva del PSOE, la de dirigir el partido. Tengo claro que el partido no puede quedar subsumido en lo que es la acci¨®n de Gobierno; ¨¦ste desarrolla un programa que es el posible dentro de una determinada coyuntura hist¨®rica, dentro de unas determinadas circunstancias de Espa?a. Pero el partido no puede terminar su funci¨®n pol¨ªtica en lo que es la propia acci¨®n del Ejecutivo, que est¨¢ delimitada por una serie de condicionantes, entre ellos el de tratar de ser el Gobierno no de un partido, sino de todo un pa¨ªs, lo cual nunca es f¨¢cil. En ese sentido, el partido debe tener su propia autonom¨ªa a la hora de poder realizar su funci¨®n pol¨ªtica.
El ejemplo franc¨¦s
P ?Eso quiere decir que el partido puede discrepar del Gobierno?
R. El partido puede discrepar del Gobierno, pero esa discrepancia nunca puede ser p¨²blica, sino interna. Las divergencias, si es que se da esa situaci¨®n, pueden expresarse dentro de lo que son los cauces internos de la organizaci¨®n. Tener un partido que manteniendo discrepancias p¨²blicas, equivoque su fundamental misi¨®n, desde un punto de vista de lo que es la reponsabilidad de sostener a un Gobierno, de defender la acci¨®n del Gobierno, es una equivocaci¨®n. Lo cual no quiere: decir que ante determinadas decisiones gubernamentales se pueda plantear en el seno de los ¨®rganos de direcci¨®n del partido la conformidad, la disconformidad o la necesidad de una explicaci¨®n de por qu¨¦ se hace tal cosa.
P. ?Se puede estar disconforme con lo que hace un Gobierno cuando el secretario general del partido es el presidente de ese Gobierno, y el vicesecretario general, el vicepresidente? ?No ser¨ªa m¨¢s operativo ir a un sistema parecido al franc¨¦s, en el que las cabezas del Ejecutivo y del partido son distintas?
R. Yo creo que eso es un error. Configurar una formaci¨®n pol¨ªtica en la que una cosa es el Gobierno y otra la propia direcci¨®n del partido, sin ninguna conexi¨®n entre uno y otra en los propios ¨®rganos de direcci¨®n del partido, es una equivocaci¨®n que han pagado nuestros compa?eros en Francia y que en estos momentos est¨¢ pagando el PNV. Aqu¨ª, el secretario general -que es presidente del Gobierno- y el vicesecretario general -que es vicepresidente- escuchan las cr¨ªticas, las preguntas que se plantean en el seno de la direcci¨®n del partido; ellos escuchan lo que ante un determinado problema piensa la comisi¨®n ejecutiva, se les da traslado de lo que una determinada parte de la sociedad est¨¢ pensando sobre algunas decisiones del Gobierno o sobre determinada cuesti¨®n. Entonces ah¨ª se produce una comunicaci¨®n, en la que el Ejecutivo, a su vez, explica cu¨¢les son sus dificultades. Y nunca es bueno que el partido imponga decisiones al Gobierno, que es un sistema absurdo, sino que el partido transmite su criterio sobre determinados problemas y es el Gobierno el que al final, de una forma soberana, adopta sus decisiones.
P. No da la impresi¨®n de que el Gobierno haga mucho caso a lo que le dice el partido, sobre todo a tenor de las quejas que se escuchan, privadamente, procedentes, por ejemplo, de UGT.
R. Lo que le puedo decir es que ha habido ocasiones en las que, despu¨¦s de un debate en el seno de la comisi¨®n ejecutiva, se han tenido en cuenta los criterios del partido a la hora de tomar una decisi¨®n, lo mismo que se pueden tener en cuenta criterios de otros sectores de la sociedad.
P. ?Est¨¢ satisfecho de la marcha del PSOE en estos dos a?os?
R. No estoy satisfecho. Pero en la vida es malo estar satisfecho. Las cosas diricilmente podr¨ªan haber sido de otra forma. A los j¨®venes inexpertos que iban a durar seis meses en elpoder se nos acumulan los problemas, tanto en lo que puede ser la ordenaci¨®n del pa¨ªs, en la representaci¨®n que hemos obtenido en las comunidades aut¨®nomas, en los municipios... As¨ª, del orden de 40.000 cuadros, que pueden ser los mejores de este partido, ahora est¨¢n dedicados no al partido, sino a la tarea de la gesti¨®n p¨²blica, que es la prioritaria cuando un partido gana unas elecciones; porque a nosotros se nos va a juzgar no por lo que haga el partido, sino por lo que hagan sus hombres, los socialistas, en las responsabilidades de gobierno que tengan en los diferentes estamentos de la sociedad espa?ola. Claro, eso tambi¨¦n lleva el riesgo de que el partido pierda su propia identidad y quede subsumido en la acci¨®n de gobierno.
El escalaf¨®n
P. Todo eso es sabido. Pero ahora ya ha habido tiempo para que corra el escalaf¨®n, como se dice vulgarmente. ?No se va a producir ahora un cambio de rumbo, de manera que el partido vuelva a recuperar ese pulso?
R. Estamos empezando. Estamos todav¨ªa en las etapas de congresos regionales despu¨¦s del 3Wcongreso. Vamos a tratar de que la mayor parte de los miembros de las ejecutivas de nacionalidad o regi¨®n sin establecer incompatibilidades formales o estatutarias tengan una dedicaci¨®n exclusiva al partido. Esto no quiere decir que no sea conveniente que haya una ligaz¨®n entre los m¨¢ximos representantes de esas ejecutivas y las instituc¨ªones de gobierno.
P. ?No han decepcionado un poco a la sociedad espa?ola los hombres del PSOE, algunos de los cuales han tenido un comportamiento poco acorde con lo que se esperaba del cambio socialista?
R. Si se habla de la acci¨®n de gobierno, yo creo que nuestro problerna ha sido no haber explicado suficientemente cu¨¢l era la situaci¨®n de este pa¨ªs. Quiz¨¢ nos hayamos equivocado al calcular el tiempo en el que,pod¨ªamos hacer las cosas que nos propon¨ªamos. Por lo dem¨¢s, creo que tenemos uno de los Gobiernos m¨¢s dignos de la historia de Espa?a, pese a que se hayan cometido errores derivados de haber pasado de la clandestinidad al poder en s¨®lo siete a?os. Dicho. esto, admito que puede haber problemas que hay que corregir: pudiera haber casos de corrupci¨®n, que hay que, cortar inmediatamente, o pudiera darse el hecho de que, desde algunos cargos p¨²blicos, se pierda la visi¨®n fundamental de lo que debe ser el ejercicio de la funci¨®n p¨²blica, pero existen como excepci¨®n, y hay que poner todos los medios para que eso no se convierta en algo m¨¢s amplio.
Un Bandr¨¦s para ETAm
"Hace dos a?os, la sensaci¨®n de impotencia ante el terrorismo era el Estado quien la sent¨ªa, y quienes hab¨ªan conseguido crear una sensaci¨®n de impotencia ante, el fen¨®meno de la violencia eran los terroristas. Hoy ocurre lo contrario: hemos conseguido demostrar que podemos estar, en la v¨ªa de acabar con el terrorismo, y los etarras saben que este Estado puede terminar con la violencia. Ahora, el paso fundamental tienen que darlo los partidos democr¨¢ticos vascos, que, si ya nos hemos puesto de acuerdo en una serie de principios, somos los que tenemos que se?alar cu¨¢les son las condiciones que debe aceptar ETA para que haya paz. Si ETA no acepta esos principios, al Estado democr¨¢tico no le queda m¨¢s remedio que utilizar todos sus recursos para lograr que los etarras acaben levantando la bandera blanca". "Ojal¨¢ surja pronto en ETA -porque no va a surgir en Herri Batasuna- el hombre que diga de una vez: 'Se han acabado los tiros'. Hace falta alguien que haga en ETAm el papel que hicieron Onaind¨ªa y Bandr¨¦s con respecto a ETApm".Txiki Benegas se muestra optim¨ªsta sobre las posibilidades de hallar una soluci¨®n para la violencia en Euskadi. Lo mismo que se muestra optimista sobre el futuro del pacto suscrito con el PNV, subrayando la seriedad con que el acuerdo socialistasnacionalistas parece haber sido abordado por el lendakari Ardanza: "Todo pacto pol¨ªtico nace de un acuerdo de principios que luego hay que mantener d¨ªa a d¨ªa. El pacto hay que mantenerlo vivo cada d¨ªa, pero nadie ha esperado que el propio documento, por s¨ª mismo, sea la panacea de todos los problemas".
Cuando se le pregunta si el PS de Euskadi constituye hoy la ¨²nica presencia del Estado en el Pa¨ªs Vasco, Benegas admite que "eso se aproxima a la realidad, pero puede convertirse en una exageraci¨®n. Quiz¨¢ la presencia del Estado m¨¢s combativa frente a determinadas actitudes violentas del nacionalismo vasco sea el Partido Socialista; pero no se puede olvidar que el Estado est¨¢ presente en el Pa¨ªs Vasco, que hay fuerzas de seguridad".
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