Fracaso escolar o fracaso social

Una carta firmada por Miguel A. Ortega sobre El fracaso escolar subrayaba datos con los que estoy de acuerdo: la ense?anza no funciona, los suicidios aumentan y no toda la responsabilidad es del alumnado. Pero creo que nos podemos limitar a un an¨¢lisis simplista de este fracaso, presentando al profesor/a como el enemigo social n¨²mero uno. A los actuales ense?antes nos han educado a base del examen, la nota y el texto irreversible y dif¨ªcil de poner en duda.Los padres y las madres actuales parece como si s¨®lo entendieran el lenguaje del n¨²mero (notas), mientras la Administraci¨®n s¨®lo parece preocupada por el presupuesto (y encima para seg¨²n qui¨¦n), dej¨¢ndose de lado la calidad, la cientificidad, la libertad de c¨¢tedra...

Ante este panorama nada halagador, el alumnado ha evolucionado ante un est¨ªmulo no real y sabe que si logra acabar sus estudios se ver¨¢ inmerso en una sociedad que no satisface sus intereses profesionales o personales.

Todos somos los herededors de este fracaso social, que nunca he cre¨ªdo que sea estrictamente escolar. Pero la soluci¨®n no es buscar culpas en unos o en otros, sino intentar, y los maestros por delante, con unos nuevos presupuestos (tambi¨¦n econ¨®micos) encaminar la ense?anza hacia una motivaci¨®n social, hacia una verdadera investigaci¨®n, hacia una verdadera educaci¨®n y aprendizaje para la vida.

Lo otro, para los maestros ser¨ªa un suicidio profesional, y necesitamos una comprensi¨®n social sobre el problema para poder alcanzar

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