Identidad
Ya se sabe. El que busca la verdad corre el grave riesgo de encontrarla. Son muchos los incautos que todav¨ªa siguen la consigna de S¨®crates y tratan de conocerse a s¨ª mismos. Yo, en su lugar, no lo har¨ªa. ?Para qu¨¦? El m¨¢s pintado puede llevarse una desagradable sorpresa. Si se empieza a explorar el alma con cierto rigor, despu¨¦s de un examen no muy profundo uno siempre descubre que es idiota. El alma del hombre no hay que tocarla ni con una p¨¦rtiga.En el interior de cada sujeto tributable, en ese pozo ciego donde anidan las lombrices, se esconde un pecador, un mediocre honorable, un tierno criminal o, en el mejor de los casos, un elegante evasor de divisas. Pero el asunto ya no tiene remedio. Hoy se ha puesto de moda la verdad, y tanto los individuos como los pueblos andan persiguiendo de forma suicida un axioma que los defina. Sin ir m¨¢s lejos, los vascos se debaten ardientemente por alcanzar la identidad. Los catalanes, valencianos, gallegos, castellanos, murcianos, asturianos y andaluces est¨¢n dedicados tambi¨¦n a excavar por su cuenta en la cultura del propio solar con la ilusi¨®n de hallar un tesoro perdido. Algunos llegan incluso a usar dinamita en nombre de esta perogrullada. Y mientras cada tribu se postra masivamente ante su totem peculiar, muchos individuos un¨ªvocos acuden al psicoanalista para urgarse por dentro de las galer¨ªas intestinales hasta tropezar con la fe de vida.
Resulta un juego muy peligroso. Podr¨ªa suceder que despu¨¦s de tanta b¨²squeda hist¨®rica o de tantas bombas los propios vascos descubrieran por s¨ª mismos que son como los dem¨¢s, que los castellanos, catalanes, valencianos, gallegos y andaluces, al final de la investigaci¨®n ¨¦tnica y cultural, llegaran a la conclusi¨®n de que, adem¨¢s de ser peque?os y morenos, a todos les gusta Flamingo Road igual que a los chinos, o que ese caballero tan cristiano y distinguido se enteraba por el psiquiatra que en el fondo s¨®lo desea matar a su padre. La verdad est¨¢ en la apariencia o en la confusi¨®n. Por eso yo, que terno de m¨ª lo peor, no quiero remover las aguas. Pero cada cual puede hacer lo que guste. All¨¢ ¨¦l.
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