Rui Machete, la ¨²ltima sorpresa en Portugal

L. MATIAS L?PEZ El reciente relevo en la direcci¨®n del Partido Socialdem¨®crata portugu¨¦s (PSD), coligado en el Gobierno con el Partido Socialista de Portugal (PSP), ha sido el ¨²ltimo eslab¨®n de una cadena de sorpresas que no sorprenden a nadie porque si algo est¨¢ claro es que: existe una sola constante de la vida pol¨ªtica lusa: la inestabilidad.

Con Rui Machete llega a la presidencia del segundo partido portugu¨¦s (primero seg¨²n las ¨²ltimas encuestas) un hist¨®rico que se ha mantenido a cubierto de las luchas intestinas que han azotado al PSD en los ¨²ltimos a?os. En el congreso nacional de Braga, el pasado mes de marzo, Machete fue elegido, vicepresidente primero en la lista de Carlos Mota Pinto, ahora defenestrado. Sin embargo, no rompi¨® sus buenas relaciones con las dos facciones derrotadas y que ahora han recuperado el poder: la encabezada por Marcelo Rebelo de Sousa y la que tiene como primeros espadas a Jo¨¢o Salgueiro, Jo¨¢o Mota Amaral y Francisco Pinto Balisemao.Nadie entiende al PSID. Ni sus propios dirigentes. A mediados de enero, Rui Machete aseguraba a un enviado especial de EL PAIS en su despacho del Ministerio de Justicia que, el PSD "no es ni socialista ni conservador, tiene una fuerte implantaci¨®n en las clases medias y es profundamente popular, con una capacidad de movilizaci¨®n comparable a la del partido comunista". Y llegaba a reconocer que las diferencias no son ideol¨®gicas, sino de dirigentes. "Cuando no hay un liderazgo indiscutible", asegur¨®, Ios conflictos internos se agudizan".

Machete no cre¨ªa entonces, como casi nadie, que su partido estuviera en v¨ªsperas de sufrir otra crisis. Lo que se discut¨ªa era el futuro de la coalici¨®n de gobierno con los socialistas, amenazada por la discusi¨®n de los presupuestos y por el calendario electoral, con unos comicios presidenciales a los que el PSID y el partido socialista concurrir¨¢n con candidatos propios y enfrentados. Todo ello en el caldo de cultivo de una crisis econ¨®mica sin precedentes y de la guerrilla institucional entre el presidente de la Rep¨²blica y el Gobierno que encabeza Mario Soares.

Machete, de 44 a?os, era la reserva del PSD, un hombre sin enemigos, negociador nato y capaz de articular toda clase de compromisos. Fue fundador del SEDES, club ideol¨®gico del que surgi¨® el PSD, dirigi¨® el semanario del partido y abandon¨® ¨¦ste por oponerse a los gobiernos de la Alianza Democr¨¢tica (coalici¨®n con el democristiano CDS), para volver tras la muerte del l¨ªder carism¨¢tico Sa Carneiro.

En menos de un mes han cambiado muchas cosas en el PSD. No s¨®lo en su direcci¨®n -provisional hasta que el 10 de mayo se celebre el congreso nacional-, sino en cuestiones esenciales como la candidatura a la presidencia de la Rep¨²blica y la composici¨®n del Gobierno. Machete aseguraba a mediados de enero: "El candidato del PSD ser¨¢ probablemente un militar, pero un militar que se relacione con los partidos pol¨ªticos y no con el partido (le los militares, una especie de rey constitucional". Ahora, sin embargo, esta hip¨®tesis (que ten¨ªa incluso un nombre: el general Firmino Miguel) queda condicionada a un refer¨¦ndum en las bases y, aunque no est¨¦ descartada, parece poco viable. El nombre que suena es el de un militante del partido, el presidente del Gobierno aut¨®nomo de Madeira, Alberto Jo¨¢o Jardim, un populista que no pertenece a ninguno de los grupos y que podr¨ªa ser candidato de consenso, con la bandera del cambio constitucional.

La ca¨ªda de Mota Pinto obliga a una remodelaci¨®n del Gobierno que puede ser algo m¨¢s que un simple ajuste t¨¦cnico. Rui Machete quiere un aut¨¦ntico cambio de estilo y pedir¨¢ que caigan algunas cabezas socialistas. Del nuevo l¨ªder del PSD se ha dicho que carece de la garra imprescindible para ser un n¨²mero uno. Ahora tiene la ocasi¨®n de demostrar lo contrario.