Estados Unidos exige el compromiso ¨¢rabe de negociar con Israel para lanzar una nueva iniciativa de paz
Estados Unidos no quiere volver a pillarse los dedos en Oriente Pr¨®ximo y no adoptar¨¢ ninguna iniciativa importante en la regi¨®n hasta que los ¨¢rabes acuerden una posici¨®n com¨²n y est¨¦n listos para negociar directamente con Israel. ?ste es el mensaje transmitido ayer por el presidente norteamericano, Ronald Reagan, al rey de Arabia Saud¨ª, Fahd ben Ahdelaziz, que se encuentra en Washington en visita oficial -la primera de un monarca saud¨ª desde 1971 -, con el objetivo de lograr que EE UU tome de nuevo la iniciativa y desbloquee el proceso de paz. Reagan se limit¨® a aconsejar la aplicaci¨®n de la vieja f¨®rmula contenida. en la resoluci¨®n 242 de la ONU, que habla de la devoluci¨®n de los territorios ocupados por Israel en 1967.
Fahd inicia una serie de visitas a Washington de l¨ªderes ¨¢rabes moderados, que continuar¨¢ con el viaje del presidente egipcio, Hosni Mubarak, el mes pr¨®ximo, y del monarca jord¨¢no, Hussein, en primavera. Todos estos dirigentes coinciden en que Reagan tiene una oportunidad hist¨®rica para protagonizar una nueva iniciativa de paz en la regi¨®n antes de que las fuerzas extremistas bloqueen cualquier salida. Este optimismo se basa fundamentalmente en el di¨¢logo iniciado por el l¨ªder palestino, Yasir Arafat, con el rey Hussein; en el restablecimiento de relaciones diplom¨¢ticas entre Irak y EE UU y entre Egipto y Jordania, y en el inicio de la retirada israel¨ª de L¨ªbano.Sobre todo, los ¨¢rabes creen que, en su segundo mandato, y sin necesidad de tener que ir a la reelecci¨®n, Reagan tendr¨¢ las manos libres para presionar a Israel, que atraviesa una aguda crisis econ¨®mica de la que s¨®lo puede salir con la ayuda norteamericana. Sin embargo, ¨¦ste es el tipo de argumentaci¨®n que Washington se niega a escuchar. "Lo que quieren los ¨¢rabes es negociar con nosotros y que luego Esta dos Unidos imponga la soluci¨®n a Israel, y esto es lo que no vamos a hacer", dijo un funcionario de la Administraci¨®n. La res puesta norteamericana es la siguiente: "Primero convenzan ustedes a Arafat de que negocie con Hussein y acepte que ¨¦ste hable en nombre de los palestinos y cuando el monarca hache mita est¨¦ dispuesto a hablar con Israel, con el pleno apoyo de los ¨¢rabes, nosotros apoyaremos la negociaci¨®n y s¨®lo entonces asumiremos un papel activo".
Fahd llega a Washington como portavoz de los pa¨ªses ¨¢rabes moderados. En las ¨²ltimas semanas, sus enviados han viajado por todos los pa¨ªses de Oriente Pr¨®ximo y el propio rey recibi¨® hace una semana en su palacio a Arafat durante dos horas y media. Nada m¨¢s abandonar ayer la Casa Blanca, Fahd afirm¨® que la cuesti¨®n palestina y la falta de soluciones a la misma es el ¨²nico problema y la causa de inestabilidad de la regi¨®n. El monarca, que pidi¨® a Reagan que "apoye la justa causa palestina", insisti¨® que Estados Unidos "dialogue" al menos con la OLP, con lo que repet¨ªa la solicitud hecha la semana pasada por el ministro egipcio de Asuntos Exteriores, pero el presidente reiter¨® su conocida posici¨®n de que no dar¨¢ este paso sin que Arafat reconozca previamente el derecho a la existencia del Estado de Israel.
Cambio de prioridades
Oriente Pr¨®ximo no aparece entre las prioridades del segundo mandato de Reagan, lo que se explica, en parte, por el fin de la crisis del petr¨®leo, con la consiguiente p¨¦rdida de valor estrat¨¦gico de esta regi¨®n, pero sobre todo por los fracasos cosechados por Washington en el ¨¢rea en los ¨²ltimos a?os. Los marines tuvieron que abandonar humillantemente L¨ªbano empujados por el terrorismo radical isl¨¢mico y las presiones sirias y Arafat no acept¨® la iniciativa de paz de Reagan para que Hussein negociara con Israel en nombre de los palestinos.
Washington ha asumido que los l¨ªmites de su capacidad mediadora en Oriente Pr¨®ximo son limitados y quiere que sean las partes directamente implicadas las que ofrezcan una soluci¨®n.
La ¨²nica novedad en la actitud de Washington es la apertura de conversaciones con la Uni¨®n Sovi¨¦tica sobre Oriente Pr¨®ximo, en el marco de un di¨¢logo m¨¢s amplio que se extiende a otras regiones conflictivas y que es una consecuencia del deshielo en las relaciones entre Mosc¨² y Washington provocado por las nuevas negociaciones sobre control de armas nucleares. No se trata en ning¨²n caso de acceder a la presencia sovi¨¦tica en una conferencia internacional sobre Oriente Pr¨®ximo, sino simplemente de mantener abiertos los canales de di¨¢logo en una zona donde las dos superpotencias tienen, y se reconocen, intereses estrat¨¦gicos.Equilibrar las ayudas
De momento, la pol¨ªtica estadounidense para Oriente Pr¨®ximo se limita a tratar de equilibrar las ayudas militares y econ¨®micas que presta a Israel y Egipto, que se llevan una tercera parte de toda la ayuda exterior norteamericana. Israel, el aliado estrat¨¦gico de Washington en la regi¨®n, recibi¨® el pasado a?o 1.200 millones de d¨®lares en ayuda econ¨®mica y 1.400 millones en ayuda militar. Para el pr¨®ximo a?o ya ha conseguido la promesa de 400 millones m¨¢s en ayuda militar y Sim¨®n Peres solicita otros 1.500 millones en ayuda econ¨®mica. Los acuerdos de Camp David obligan a EE UU a garantizar una ayuda comparable a la de Israel y Mubarak ya ha solicitado 3.200 millones de d¨®lares, 1.200 millones m¨¢s que el pasado a?o.
El Gobierno norteamericano ha decidido suspender todas las ventas de armas a los pa¨ªses de Oriente Pr¨®ximo hasta que se reeval¨²e la pol¨ªtica del segundo mandato para la regi¨®n. Se trata sobre todo de no introducir un elemento pol¨¦mico en el Congreso en un momento en que la m¨¢xima prioridad es la discusi¨®n del presupuesto, que prev¨¦ un fuerte rearme y dr¨¢sticas reducciones en el gasto que afectar¨¢n a todos los programas civiles. Sin embargo, aunque no se anuncie inmediatamente, Reagan ha asegurado a Fahd que le vender¨¢ los 40 cazabombarderos F-15 que ¨¦ste ha solicitado.
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