Sanidad, un fracaso del cambio
LA CONFUSI?N y el desconcierto han sido notas dominantes en la pol¨ªtica sanitaria del cambio. Las diferencias pol¨ªticas en el seno del equipo que dirige Ernest Lluch han cristalizado en una serie de dimisiones y ceses, el ¨²ltimo, el del subsecretario Pedro Sabando. El esp¨¦ctaculo del ment¨ªs del subsecretario a las afirmacio nes del ministro sobre las razones de su cese es un ejemplo del grado de divergencia alcanzado en el equipo en cargado de pilotar la reforma sanitaria. Producto de estas divisiones es el retraso, repecto al calendario legislativo socialista, de la ley de Sanidad, uno de los pilares de la reforma prometida por el Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez.Pero si la divisi¨®n ha sido uno de los rasgos del equipo de Sanidad, la opini¨®n p¨²blica ha podido tambi¨¦n contemplar el enfrentamiento entre los sindicatos m¨¦dicos de car¨¢cter corporativo y el presidente de la Organizaci¨®n M¨¦dica Colegial, Ramiro Rivera. La diferente estrategia de estos dos bastiones del corporativismo, que responden a la defensa de intereses distintos, aunque no contrapuestos, ha hecho que mientras Rivera, presidente de los colegios m¨¦dicos, consegu¨ªa ¨¦xitos parciales en sus negociaciones con Lluch sobre el trato que dispensar¨¢ la futura ley de Sanidad a la medicina privada, los sindicatos no alcanzasen el mismo nivel de entendimiento con el ministro sobre la ley de Incompatibilidades y la reforma hospitalaria que puede afectar a la econornia dom¨¦stica de muchos facultativos. As¨ª las cosas, la huelga de m¨¦dicos que comienza hoy contra la reforma sanitaria, la ley de Incompatibilidades y los decretos de reforma hospitalaria cuenta con la hostilidad de los sindicatos de clase -UGT y CC OO-, de las organizaciones progresistas de la Sanidad, como la Asociaci¨®n para la Defensa de la Sanidad P¨²blica, la indiferencia de los colegios m¨¦dicos, que decidieron no tomar postura al respecto, y la oposici¨®n personal de Ramiro Rivera.
Todo esto ha provocado desconcierto no s¨®lo entre el equ? Ipo de Gobierno y las organizaciones m¨¦dicas, sino en la opini¨®n p¨²blica, que padece las consecuencias de esta batalla, cruzada por mil intereses, y que no ve concretarse la reforma de uno de los servicios p¨²blicos m¨¢s b¨¢sicos de una sociedad desarrollada como es la asistencia sanitaria. La complejidad del problema -la s.anidad p¨²blica mueve cientos de miles de millones y afecta, en poblaci¨®n empleada, a cientos de miles de personas-, no permite diagn¨®sticos simplistas. Las diversas redes sanitarias p¨²blicas, tendidas en este pa¨ªs en las ¨²ltimas d¨¦cadas sin un criterio de aprovechamiento racional de los recursos, han creado una serie de situaciones de hecho en que han florecido posiciones de privilegio que hoy se quieren mantener, pero tambi¨¦n ha empujado a muchos m¨¦dicos a un pluriempleo que combinaba, en casos, varios puestos p¨²blicos con la pr¨¢ctica privada. La obligaci¨®n del Gobierno socialista es poner orden es ese caos, donde m¨¢s de un negociante hizo ping¨¹es; beneficios con generosos y descontrolados conciertos con el Estado, y ordenar la asistencia p¨²blica sanitaria. Salarios dignos que permitan la dedicaci¨®n exclusiva del m¨¦dico a un puesto de trabajo es unareivindicaci¨®n justa y necesaria para el buen funcionamiento de cualquier instituci¨®n, sea p¨²blica o privada.
El Gabinete socialista no ha hecho sino vacilar y enervar las dudas a la hora de emprender una reforma que nadie discute que haya de hacerse, aunque r?uchos discrepen c¨®mo ha de hacerse. Algunos abusos denunciados en los ¨²ltimos a?os han sido o est¨¢n siendo corregidos, y en este sentido hay que mencionar positivamente la labor que ha desarrollado la Junta de Andaluc¨ªa, que tiene transferidos los servicios de Sanidad. Pero queda por delante la mayor parte del camino y, sobre todo, la ley que ha de enmarcar el desarrollo de la Sanidad en Espa?a. El ministerio tiene que explicar con claridad a la opini¨®n p¨²blica cu¨¢l es el dise?o final por el que ha optado y qu¨¦ precio va a costar a los contribuyentes ese proyecto de ley que ha provocado ceses, dimisiones, huelgas y s¨²bitas adhesiones de los ayer adversarios, sin que la mayor¨ªa sepa a ciencia cierta en qu¨¦ consiste. Porque, m¨ªrese por donde se mire, uno de los mayores fracasos de este Gobierno se centra en su incapacidad para hacer frente a unasituaci¨®n sanitaria tal que permite combinar los altos costes del servicio con la baja calidad.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Centros salud
- II Legislatura Espa?a
- MSyC
- CESM
- Ambulatorios
- Opini¨®n
- Huelgas sectoriales
- Atenci¨®n primaria
- Cl¨ªnicas
- Gobierno de Espa?a
- PSOE
- Sindicatos
- Ministerios
- Huelgas
- Sindicalismo
- Legislaturas pol¨ªticas
- Personal sanitario
- Hospitales
- Conflictos laborales
- Partidos pol¨ªticos
- Pol¨ªtica econ¨®mica
- Pol¨ªtica sanitaria
- Asistencia sanitaria
- Relaciones laborales
- Gobierno