Triunfo moral de la oposici¨®n surcoreana
Los resultados de las elecciones legislativas celebradas en Corea del Sur el pasado martes marcan una radicalizaci¨®n de la oposici¨®n en torno al Partido Dem¨®crata de la Nueva Corea (NKDP). Este, aut¨¦ntico vencedor moral de los comicios, se ha convertido en la segunda fuerza pol¨ªtica del pa¨ªs al lograr, un mes despu¨¦s de su creaci¨®n, 67 esca?os de los 276 de la Asamblea Nacional frente a los 151 diputados obtenidos por el gubernamental Partido de la Justicia Dem¨®crata (DJP).
El opositor NKDP -cuyo l¨ªder, Kim Dae Jung, permanece bajo arresto domiciliario desde su regreso de EE UU el pasado d¨ªa 8- se anot¨® el triunfo en las grandes ¨¢reas urbanas e industriales del pa¨ªs, Se¨²l y Pusan. El triunfador, el partido gubernamental de la Justicia Dem¨®crata (DJP) del presidente: Chun Doo Hwan, conserva la mayor¨ªa en la Asamblea consultiva, al mantener su alto porcentaje de partidarios en las zonas rurales del pa¨ªs.Los surcoreanos acudieron masivamente a las urnas. Vot¨® el 84,6% del censo electoral frente al 78,4% de las ¨²ltimas elecciones celebradas en 1981, para marcar sus deseos de cambio, lo que permiti¨® al NKDP conseguir 67 esca?os, un ascenso que se debe m¨¢s a los votos arrancados al partido de la oposici¨®n moderada, el Partido Dem¨®crata de Corea (DKP), que perdi¨® 47 diputados, que a los sustra¨ªdos al partido del Gobierno.
La erosi¨®n del DJP fue s¨®lo de tres esca?os, al pasar de los 151 que ten¨ªa en la anterior Asamblea a 148 en la actual, al ser el principal beneficiario del sistema proporcional, que concede una sustanciosa ventaja al partido mayoritario.
Balance de los partidos
Cada bando se atribuye la victoria. El Gobierno alega que los surcoreanos han refrendado o legitimado la pol¨ªtica del presidente Chun, que lleg¨® al poder tras un golpe militar, en diciembre de 1979.La oposici¨®n considera que es la triunfadora moral al demostrar que, a pesar de su breve existencia (el NKPD fue creado el pasado 18 de enero) y con s¨®lo 12 d¨ªas de campa?a han sido capaces de capitalizar el importante descontento de amplias zonas de la poblaci¨®n urbana hacia el presidente Chun y su pol¨ªtica de restricciones de las libertades democr¨¢ticas.
El voto para el NKDP ha sido un voto para Kim Dae Jung y sus seguidores, a pesar de que el l¨ªder de la oposici¨®n al r¨¦gimen dictatorial del presidente Chun est¨¢ privado de sus derechos pol¨ªticos y carece de libertad de movimientos.
"La victoria del NKDP es un triunfo del pueblo de Corea, que lucha por la democracia", dijo el presidente del partido, Lee Min Woo quien denunci¨® m¨¢s de 1.000 irregularidades en el proceso electoral, una campa?a de intimidaci¨®n de la polic¨ªa, compra de votos y presi¨®n sobre la poblaci¨®n rural, todo lo cual ha creado, en su opini¨®n, "una atm¨®sfera de terror". Lee no acepta la terminolog¨ªa de elecciones libres que emplea el partido del Gobierno.
Kim Dae Jung celebr¨® la victoria en su residencia, que se halla bajo custodia de la Polic¨ªa y el Ej¨¦rcito, con comentarios a la Prensa extranjera, mientras los diarios y la televisi¨®n locales -controlados por el Gobierno o sometidos a la censura- ignoran pr¨¢cticamente la existencia del l¨ªder opositor.
Uni¨®n de la oposici¨®n
El trasvase de votos desde la oposici¨®n moderada del DKP a la oposici¨®n radical del NKDP, que tambi¨¦n gana votos al Partido Nacional Coreano (KNP) y a los independientes, podr¨ªa favorecer una reunificaci¨®n pol¨ªtica de todas las fuerzas de la oposici¨®n surcoreana frente al r¨¦gimen del presidente Chun.La oposici¨®n radical pide en sus programas una transici¨®n pol¨ªtica pac¨ªfica, hacia la democracia y la investigaci¨®n de esc¨¢ndalos financieros y de la matanza ocurrida en Kwangju en 1980, cuando el presidente Chun Doo Hwan envi¨® el Ej¨¦rcito para poner fin a las manifestaciones de estudiantes, con un balance oficial de muertos de 144 civiles, 22 militares y cuatro polic¨ªas.
El espectacular aumento de votantes -que en Se¨²l, con m¨¢s de nueve millones de habitantes, alcanz¨® el 80,8%, frente al 71,1% en las elecciones de 1981- es explicado por los analistas como un deseo real de los electores de la clase media de recuperar a los l¨ªderes que hasta noviembre de 1984 estaban privados de libertades y derechos pol¨ªticos.
Ante las presiones moderadas de Estados Unidos -que contribuy¨® a garantizar el regreso de Kim a Se¨²l, y evitar la repetici¨®n del asesinato ocurrido en Manila en agosto de 1983, del l¨ªder de la oposici¨®n filipina, Benigno Aquino- y con citas internacionales, como la organizaci¨®n de los Juegos Ol¨ªmpicos de 1988, el r¨¦gimen del presidente Chun Doo Hwan deber¨¢ tener en cuenta las opiniones de una oposici¨®n que, tras las elecciones del martes, aparece considerablemente fortalecida.
El presidente Chun Doo Hwan tambi¨¦n tendr¨¢ que hacer frente a la cita electoral del a?o 1988 para la elecci¨®n del colegio electoral que se encargar¨¢ de elegir al nuevo presidente de Corea del Sur
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