Las diferencias entre los 'diez' dificultan que la CEE presente ma?ana un plan aceptable para Espa?a

De "toma de conciencia, como m¨¢ximo", definieron fuentes comunitarias la reuni¨®n del lunes y el martes (con posibilidad de ir hasta el mi¨¦rcoles) en Bruselas de los ministros de Asuntos Exteriores de los diez, que han de recibir a la parte espa?ola en sesi¨®n de negociaci¨®n con tres temas fundamentales sobre la mesa: agricultura, pesca y asuntos sociales. Reina el pesimismo, pues, a pesar de la "gran incertidumbre", las fuentes de la CEE consultadas est¨¢n de acuerdo en una cosa: hay que terminar antes del verano para que Espa?a ingrese, no ya el 1 de enero de 1986, sino incluso despu¨¦s de esta fecha.

Las propuestas globales de compromiso de la Comisi¨®n Europea -¨®rgano ejecutivo y burocr¨¢tico de la CEE- en las tres materias citadas y en forma de paquete no han satisfecho a nadie. Tampoco a Espa?a. Y eso que lo que pueda salir del Consejo de Ministros de la CEE ser¨¢, sin duda, una oferta endurecida.Todo el mundo pone objeciones a las propuestas de la Comisi¨®n, aunque en agricultura se acepta el enfoque general. Pero en pesca, la banda de los cinco -Reino Unido, Irlanda, Dinamarca, RFA y Francia- rechaza la mayor parte de las sugerencias de la Comisi¨®n. Y parece jugar una dif¨ªcilmente lograda solidaridad comunitaria frente a Espa?a: si un pa¨ªs abandona a otro en un punto importante, ¨¦ste replicar¨¢ en otro tema.

Entre otras cosas, las propuestas llegaron el pasado lunes, por lo que no ha habido t¨¦cnicamente tiempo, dada la lentitud comunitaria, de hacer nada m¨¢s que un primer cambio de impresiones.

Salir del atolladero

Ni siquiera parece haber una estrategia sobre c¨®mo enfocar las reuniones del lunes y el martes. ?Recibir a Espa?a y Portugal con posturas elaboradas hasta el ¨²ltimo detalle -lo que es dif¨ªcil- o recibirles con posturas abiertas? La cuesti¨®n sigue abierta. Otras fuentes indican que la ¨²nica forma de salir del atolladero ser¨ªa negociar primero a diez y luego con Espa?a y Portugal, del mismo modo en que se negocian al final los precios agr¨ªcolas en la CEE: una marat¨®n en la que nadie sale de la sala mientras no haya acuerdo.

Otro elemento fundamental no resuelto de la estrategia comunitaria ser¨ªa el de romper o no el paquete, dados los problemas que hay para la pesca, frente a la agricultura, que est¨¢ m¨¢s madura. Pero la presidencia italiana parece contraria a separar los temas, entre otras razones, porque Italia pretende as¨ª lograr ventajas para sus caladeros.

En agricultura, los mecanismos a aplicar est¨¢n claros para los diez, pero, ante las nuevas propuestas, a¨²n lejanas de las posiciones espa?olas, reaparecen las mismas reticencias y objeciones que antes entre los diez. As¨ª, Dinamarca y Holanda no quieren contar a los quesos entre los productos sensibles para Espa?a a los que se aplicar¨ªan mecanismos especiales de protecci¨®n. Lo mismo dice Francia para el trigo panificable. La RFA rechaza la m¨ªnima aproximaci¨®n de los precios de intervenci¨®n del aceite de oliva espa?ol al comunitario mientras no se reforme el acervo de la CEE en el sector para evitar la formaci¨®n de excedentes.

En materia vin¨ªcola, las reticencias francesas se deben a que Par¨ªs quiere una m¨¢s clara definici¨®n en Espa?a de la diferencia entre vino de mesa y vino de calidad o con denominaci¨®n de origen. No est¨¢ satisfecha con los montantes correctores que se aplicar¨ªan a las exportaciones espa?olas de vino, pues prefiere el sistema m¨¢s duro de los montantes compensatorios. Y tampoco gusta del desarme arancelario en siete en vez de 10 a?os para algunas de nuestras frutas y hortalizas a su entrada en la CEE. Pero en este terreno las propuestas de la Comisi¨®n son una base v¨¢lida de discusi¨®n.

No ocurre lo mismo con la pesca. La banda de los cinco ha presentado una contrapropuesta volviendo a la postura de la CEE del pasado mes de diciembre con algunos puntos no negociables: la duraci¨®n del per¨ªodo transitorio (10 a?os, ampliables a 15 o reducibles a ocho, seg¨²n el comportamiento espa?ol; la exclusi¨®n a la pesca espa?ola del rico box irland¨¦s, y el no acceso espa?ol a las zonas costeras, salvo el mantenimiento de las actuales condiciones en el golfo de Vizacaya. Estos pa¨ªses est¨¢n, sin embargo, dispuestos a aumentar ligeramente la cuota y el n¨²mero de especies a atribuir a Espa?a. Otro problema en pesca es la participaci¨®n de los fondos de la CEE a la reestructuraci¨®n de la flota espa?ola. La Comisi¨®n propone un 75%, que Bonn y Londres rechazan.

Apertura m¨ªnima

En cuanto a los asuntos sociales, la apertura de la Comisi¨®n Europea es m¨ªnima, y, en todo caso, el pa¨ªs principal en este asunto, la RFA, ha declarado que no har¨¢ concesiones si no es dentro de un paquete global con la agricultura.

Los diez discutir¨¢n probablemente hoy el tema de Canarias, sin esperar una soluci¨®n, pero para obligar a Francia a definirse. Se podr¨ªan cerrar algunos flecos que quedan de otros cap¨ªtulos concluidos en lo esencial. Pero Francia subordina el acuerdo sobre flecos a la aceptaci¨®n espa?ola de su contribuci¨®n a la ayuda al Tercer Mundo (Convenci¨®n de Lom¨¦), 65.000 millones de pesetas, que la CEE ya se ha comprometido a dar a estos pa¨ªses. Y queda el peque?o problema, reabierto tras las declaraciones del presidente del Gobierno, del Tratado de No Proliferaci¨®n de Armas Nucleares, que Espa?a no quiere firmar.

En cuanto al cap¨ªtulo de las relaciones comerciales -y pesqueras- Espa?a-Portugal, si Madrid y Lisboa quieren derogaciones especiales, la CEE no quieren dejarlas para despu¨¦s de firmado el tratado de adhesi¨®n. Y, seg¨²n indic¨® el titular de Exteriores, Fernando Mor¨¢n, en Roma, las cosas no van muy bien en este terreno.