Los, enigmas de Mosc¨² revelados por un libertario
"Las cosas escondidas despu¨¦s de la fundaci¨®n del mundo" (San Mateo, 13,35). Dejando de lado toda pol¨¦mica pol¨ªtica o emocional, se puede analizar serena e inteligentemente el esc¨¢ndalo Karpov-Kasparov.Los grandes campeones del mundo reinaron en el ajedrez durante decenas de a?os. Steinitz, durante cerca de 40. Botvinik, Afikine, Lasker y el mismo Steinitz, hasta poco antes de los 60 a?os no toparon con sus herederos.
Fischer, como dijo Kasparov, "el jugador m¨¢s fuerte de todos los tiempos", estaba destinado, si imperara la justicia, a ser campe¨®n del mundo desde 1963 hasta el siglo XXI, a menos de ametrallarle.
La Federaci¨®n Sovi¨¦tica, constatando que no pod¨ªa enfrentarle ning¨²n jugador capaz, de ganarle, decidi¨® impedirle reinar sobre el tablero cueste lo que cueste. Porque Fischer da cita a la fantas¨ªa en el espacio de la perfecci¨®n.
Cuando Fischer ten¨ªa 18 a?os y ya era el mejor jugador del mundo disput¨® el Torneo de Candidatos de Cura?ao, que reun¨ªa ocho jugadores y entre ellos cinco rusos para designar al finalista. Los cinco rusos, con artima?as de fulleros, violaron el reglamento y jugaron en equipo contra Fischer solo, provocando as¨ª artificialmente la victoria del ruso Petrosian.
Fischer, irritado por la actitud de la Federaci¨®n Internacional, a la que acus¨® de estar manipulada por Mosc¨², abandon¨® las competiciones oficiales por primera vez en su vida.
Las reglas inicuas del Torneo de Candidatos fueron cambiadas. Fischer volvi¨® al ajedrez y comenz¨® de nuevo su peregrinaje hacia el campeonato del mundo. La primera etapa que se present¨® a ¨¦l fue el Torneo Interzonal de Sousse (T¨²nez) en octubre de 1967. Al cabo de 10 partidas, cuando caracoleaba en cabeza del torneo con una ventaja sobre sus perseguidores imposible de colmar..., la Federaci¨®n Internacional, bajo presi¨®n de la sovi¨¦tica, le expuls¨® del torneo. La raz¨®n evocada para semejante atropello fue que Fischer no jugaba los s¨¢bados dado que practicaba el sabbat. Por segunda vez, con trampas de tah¨²r, se le imped¨ªa ser campe¨®n del mundo. Qu¨¦ desaventado luce en la escuela de par¨¢sitos el que tan lleno de genio parece que aparece pleno de gracia.
Fischer de nuevo abandona el ajedrez oficial y no participa as¨ª en los torneos de candidatos de 1965 y 1968. En 1971, por tercera vez, vuelve al tablero e inicia su conquista del t¨ªtulo. Lo hace de la manera m¨¢s arrolladora de la historia del ajedrez, conquistando as¨ª el 1 de septiembre de 1972."el t¨ªtulo de campe¨®n del mundo.
Pero el 24 de abril (le 1975 la Federaci¨®n Internaciortal, presionada por la sovi¨¦tica, le usurp¨® su t¨ªtulo y se lo dio a Karriov. En el momento del atraco, la diferencia seg¨²n la clasificaci¨®n Elo entre Fischer y Kasparov era la misma que entre Karpov y el jugador vig¨¦simo. El pretexto fue que Fischer pidi¨® que el campe¨®n del mundo no ganara su t¨ªtulo haciendo tablas, como en (los ocasiones Botvinik, sino ganando partidas. Para mayor iron¨ªa, tres a?os despu¨¦s, el mal llamado campeonato del mundo entre Karpov y Korchnoi se celebr¨® siguiendo la norma pedida por el genial americano, pretexto para la estafa. Tras el saqueo, apu?alaron el honor de Fischer.
Hace 10 a?os que no responde a ninguna entrevista. No obstante, es, sin lugar a dudas, el maestro que hoy en d¨ªa juega m¨¢s partidas. Con grandes luchadores de la importancia de los campeones de Estados Unidos, Canad¨¢ o Argentina. Su juego, como era de suponer, ha mejorado, y sus resultados son tan extraordinarios que parecen de otro planeta.
Kasparov se autolfusila
El 28 de junio de 1984, 73 d¨ªas antes del comienzo del Campeonato del Mundo de la FIDE, Kasparov declar¨®: "Fischer es el mejor jugador de la historia". Esta declaraci¨®n traia consigo el espectro de la vuelta al ajedrez de Fischer; Kasparov no se contentar¨ªa, estim¨® cuerdamente la Federaci¨®n Sovi¨¦tica, con ser un rey sin corona, sino que desafiar¨ªa al m¨ªstico de California. La amenaza de ver al invencible americano reinando en el ajedrez hasta el a?o 2000 s¨¦ntenci¨® el encuentro de Mosc¨². Kasparov ten¨ªa que perder, costara lo que costara. ?Adelante los ca?ones! Con qu¨¦ conato se abalanzaron a ¨¦l.
El 10 de septiembre de 1984, al comienzo de la primera partida, supimos que en Mosc¨² se preparaba un timo de enga?amundos. A los especialistas de ajedrez ¨ªndependientes no se les permiti¨® viajar a la capital de la Uni¨®n Sovi¨¦tica. El encuentro de Mosc¨² se desarrollar¨ªa a puerta cerrada o con la presencia tan s¨®lo de hombres fieles a las tesis de la Federaci¨®n Sovi¨¦tica. Entre bobos (pero ¨²tiles) anda el juego.
El 18 de noviembre las autoridades de Mosc¨², m¨¢s adivinas que nunca, anunciaron al mundo asombrado que Karpov iba a ganar el encuentro. Le Monde calific¨® este or¨¢culo como una tentativa de desestabilizar a Kasparov y como "maniobra rastrera".
Lenin, para poder conducir su vida clandestina en Suiza, opt¨® por el seud¨®nimo de Karpov, Gari Weinstein, el genial jugador azerbajain¨¦s, a los 12 a?os, por orden de la Federaci¨®n Sovi¨¦tica, hubo de rusificar su apellido jud¨ªo y el de su madre armeniana (Kasparian) para ponerse el mote bien eslavo de Kasparov. Pero en Kasparov est¨¢ Karpov... dominado. A¨²n estando ambos muy lejos de Fischer, desde hace tres a?os Kasparov es superior a Karpov. Y esto lo muestra la clasificaci¨®n Elo de manera irrefutable; por ello Kasparov recibi¨® el Oscar del mejor jugador del mundo los dos ¨²ltimos a?os, y este a?o lo conseguir¨¢ de nuevo a menos de las mangancias y los banderillazos consabidos del conocido hombre de Mosc¨² J. Puig. Kasparov, desde diciembre de 1981 hasta el comienzo del encuentro de Mosc¨², s¨®lo hab¨ªa perdido tres partidas.
Primer acto
Un jugador tan seguro como Kasparov, que hab¨ªa derrotado en torneos del mismo tipo a Korchnoi, Smyslov o Beliavsky, s¨²bita y sorprendentemente en siete partidas perdi¨® cuatro y pronto cinco, frente a un jugador inferior a ¨¦l, Karpov. Se rumore¨® que su plan de aperturas le hab¨ªa sido robado, que su jefe de analistas, Timotchenko, hab¨ªa sido enviado a Afganist¨¢n. Shamkovteh coment¨®: "El KGB est¨¢ en el acto". "Los soviets han infiltrado", afirm¨® Anatoly Lein, "esp¨ªas en el clan Kasparov".
Durante tres meses Kasparov entumece, agarrota y paraliza en elencuentro, provocando a primera vista la m¨¢s absurda serie de tablas de la historia. Kasparov, asegura Korchricii, adopt¨® esta t¨¢ctica como mensaje para anunciar al mundo las condiciones inaceptables en que jugaba y, paralelamente, ?para preparar en el mayor secreto otras aperturas que sustituir¨ªan a las escamoteadas? Karpov es un brillant¨ªsimo jugador de contraataque, pero que no toma jam¨¢s una iniciativa. Si Kasparov no ataca, la serie de tablas hubiera podido durar mil a?os.
Tras tres meses de estudio sigiloso y de breves partidas sin interes, Kasparov se despert¨® y pas¨® a la ofensiva. Karpov perdi¨® pie, tembl¨®, y por fin call¨® herido por el rayo, derribado por dos derrotas seguidas. KO Karpov fue incapaz de hacer frente al asalto virulento de su rival. Y si bien es cierto que la diferencia entre ambos no justificar¨ªa pasar de 5-3 a 5-6, en estas circunstancias todos los especialistas aseguran que las partidas 49, 50 y 51 hubieran sido otras tantas derrotas de Karpov... y la p¨¦rdida pues de su -t¨ªtulo.
P¨¢nico de la federaci¨®n
La Federaci¨®n Sovi¨¦tica, sobresaltada por la situaci¨®n, decide socorrer a su protegido como sea... quiz¨¢s incluso contra el parecer del propio Karpov. A cada partida que Karpov pierde le dar¨¢n d¨ªas suplementarios de descanso, violando el reglamento. Pero el 8 de febrero, tras la tercera derrota de Karpov, no ser¨¢n suficientes los siete d¨ªas de reposo ilegal que sus mandos le conceden pisoteando el reglamento. Campomanes, el venal presidente de la FIDE, lee la sentencia ante el estupor del mundo: el encuentro ha terminado, Karpov sigue siendo campe¨®n.
Pre?ado de desesperanza y transfigurado en larva, Kasparov dar¨¢ existencia a la esencia de la rebeld¨ªa.
El 17 de febrero, a las 19.30, recib¨ª una llamada telef¨®nica de una persona con un ligero acento ruso que me dijo en franc¨¦s: "Le llamo desde Mosc¨², soy un amigo de Boris Gulko. Le ruego informe que Kasparov desea hacer con su madre, inmediatamente, un viaje a Londres, Nueva York y Par¨ªs...". La conversaci¨®n se corta antes de que pueda tener mayores precisiones. Recordemos que Karpov es el presidente del Fondo Mundial de la Paz, un pez gordo de la nomenclatura y premio Lenin; Kasparov es tan s¨®lo un muchachito superdotado y quijotesco. En septiembre pr¨®ximo, si hubiera otro encuentro entre ambos, ya sabemos cu¨¢l es el favorito de la Federaci¨®n Sovi¨¦tica y a qu¨¦ estar¨¢ dispuesta ¨¦sta para conseguir la victoria de su protegido.
Meses antes del encuentro, Botvinik, campe¨®n del mundo de 1948 a 1963, declar¨®: "Karpov tiene a su servicio a los jugadores m¨¢s creativos de la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Considero a Karpov como un explotador de las ideas ajenas. Es tan fecundo como una mujer est¨¦ril... pero Kasparov se encuentra solo frente a Karpov, ayudado por la elite rusa":
El ajedrez, dijo Lenin, tiene que ser un arma del comunismo. Pero hoy el campe¨®n por correspondencia es el americano Palciauskas; el campe¨®nj¨²nior europeo es el sueco Ferdinand Hellers; el campe¨®n del mundo juvenil el dan¨¦s Curt Hansen, e incluso la verdadera campeona del mundo femenino desde hace dos a?os es la sueca Pla Creamling o la h¨²ngara Zuzan Polgar. La Uni¨®n Sovi¨¦tica no puede permitir por culpa de un joven heterodoxo de Baku perder el ¨²ltimo t¨ªtulo que conserva, el de Karpov. El Fin justifica los medios.
Karpov parece que se da cuenta de que por culpa de su federaci¨®n su corona se ha trocado en un orinal desbordante de excrementos.
La soluci¨®n, creo que modestamente, la hemos propuesto lonesco, Ph. Sollers, A. Gluskman y un servidor en un comunicado oficial. Hemos pedido la disoluci¨®n inmediata de la Federaci¨®n Internacional, la creaci¨®n de un comit¨¦ de salud p¨²blica presidido por maestros independientes. Este comit¨¦ v¨ªgilar¨¢ para que cese el boic¨® de los jugadores disidentes en los torneos oficiales y preparar¨¢ el campeonato del mundo de ajedrez entre los dos jugadores vivos m¨¢s fuertes: Fischer y Kasparov.
?Qu¨¦ bien anda la pasi¨®n del ajedrez cuando vuela en volandas la inspiraci¨®n!.
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