La novedad de Rodrigo
Miguel ?ngel G¨®mez-Mart¨ªnez, titular de la Sinf¨®nica de RTVE, dirigi¨® la Orquesta Nacional que ofreci¨® un programa en el que destacaba la primera audici¨®n en Espa?a del Concierto como un divertimento, de Joaqu¨ªn Rodrigo, con el destinatario de la obra, Julian Lloyd Webber, corno violonchelo solista. Digamos, para empezar, que el ¨¦xito fue enorme y si los int¨¦rpretes recibieron muchos aplausos, el compositor del Concierto de Aranjuez se vio envuelto en un clima de entusiasmo, admiraci¨®n y cari?o: el que nuestro p¨²blico mantiene desde hace casi medio siglo.El Concierto como un divertimento mantiene las caracter¨ªsticas de estilo, tanto en las ideas como en los procedimientos, propias de Rodrigo. No deja de ser admirable comprobar c¨®mo a los 80 a?os, los pentagramas del maestro Rodrigo mantienen el quiebro de su gracia y el frescor de su juventud. En el primero y tercer tiempo se impone lo pimpante, por utilizar un t¨¦rmino muy querido por Rodrigo, hasta el punto de haberlo utilizado en la denominaci¨®n de una de sus obras, la Sonata para viol¨ªn. Un primer tiempo, a modo de bolero, transfigura la Espa?a de Bocherini; la voz cant¨¢bile de violonchelo interrumpe -o culmina- su continuidad en pasaje de arduas dificultades que Lloyd Webber vence con entera naturalidad.
Obras de Mendelssohn, Rodrigo y Franck
Orquesta Nacional de Espa?a. Director: Miguel ?ngel G¨®mez-Mart¨ªnez. Solista: Julian Lloyd Webber, violonchelo. Teatro Real. Madrid. 22, 23 y 24 de febrero.
En el allegro, scherzando final, el tema sencillo, como de rueda popular, cede en ocasiones a un neocasticismo tan conectado con el goyismo de Granados como con la melancol¨ªa l¨ªrica de la mejor zarzuela: La Revoltosa. En el centro, esa cautivadora melod¨ªa a trav¨¦s de la cual Rodrigo parece rendir, -una vez m¨¢s, homenaje a la Galic¨ªa de Rosal¨ªa, pues el tema evoca Negra sombra, de Montes, derivado a su vez de un alaffi f¨¢cilmente identificiable en el cancionero de Sampedro-Filgueira. En el desarrollo -meditativo, est¨¢tico, paisajista, geogr¨¢fico y sentimental-, Rodrigo hace gala de su inventiva peculiar, su sustancialid ad l¨ªrica y, su gusto por las espec¨ªas orquestales.
Calvacidad del vaso
"Mi vaso ser¨¢ peque?o", gusta de afirmar Rodrigo, "pero yo bebe, en mi vaso". Ciert¨ªsimo, y no ser¨¦ yo quien vaya a medir el tama?o y la capacidad de un "vaso", que obtiene el aplauso multitudinario de los p¨²blicos m¨¢s diversos. G¨®mez-Mart¨ªnez y la ONE colaboraron con el estuperido violoneffielista Webber, cuya capacidad musical se recrea tanto en el cultivo del gran repertorio, corno en la atenci¨®n hac¨ªa. los nuevos pentagramas.
G¨®mez-Mart¨ªnez ofreci¨® una sererta y bien equilibrada versi¨®n ?de la bell¨ªsima obertura de Mendelssohn Mar en calma y viaje fieliz, y otra, limpia de cualquier ret¨®rica a?adida, de la Sinfon¨ªa en re menor, de C¨¦sar Franck. Los profesores de la Nacional rindieron con calidad y pronta respuesta. Con lo que el ¨¦xito fue general para todos.
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