Un vecino de Baracaldo, obligado a dejar una reclusi¨®n voluntaria de 20 a?os
Un vecino de la localidad vizca¨ªna de Baracaldo, Ricardo Hurtado Fern¨¢ndez, ha sido obligado a desistir del encierro voluntario que manten¨ªa desde hace 20 a?os, seg¨²n informa Efe. Ricardo Hurtado no sali¨® de su casa en todo ese tiempo y permaneci¨® casi siempre en una habitaci¨®n de apenas 12 metros cuadrados de superficie, de la que fue sacado a la fuerza por la Polic¨ªa Municipal, el pasado martes, para ser trasladado al hospital psiqui¨¢trico de Santa ?gueda, en Mondrag¨®n (Guip¨²zcoa), donde permanece internado.
Ayer, Ricardo Hurtado -del que se desconoce su edad- fue trasladado a Bilbao, en compa?¨ªa de dos enfermeros, para asistir al funeral de su madre Gregoria Fern¨¢ndez, quien muri¨® hace unos d¨ªas, seg¨²n informa desde Mondrag¨®n Jos¨¦ Luis Barber¨ªa. El ¨²nico acompa?ante de Ricardo en tan largo en cierro fue su madre, quien hace poco tuvo que ir a vivir a casa de una de sus hermanas al ver que la situaci¨®n era cada vez peor. La mujer fue ingresada poco despu¨¦s en un hospital de Baracaldo.Los m¨¦dicos que le atienden se muestran sorprendidos y afirman que Ricardo Hurtado "demuestra ser inteligente y tener cierta cultura". Incluso, f¨ªsicamente se en cuentra bien, hasta el punto de que el jueves "subi¨® por s¨ª s¨®lo las escaleras hasta su dormitorio". Ricardo Hurtado, que es trasladado normalmente en un carrito de ruedas, se ha familiarizado con los in ternos, seg¨²n los m¨¦dicos, y ha sido integrado en un grupo especial del centro.
Seg¨²n parece, el citado vecino estaba en situaci¨®n de invalidez a causa de un problema ¨®seo, y decidi¨® encerrarse en la habitaci¨®n y no dejar que nadie le viera. Sus vecinos comentaron que viv¨ªa desnudo y con poca higiene, dorm¨ªa encima de un mont¨®n de papeles y no sal¨ªa ni para comer, "aunque no se met¨ªa con nadie". Los miembros de la Polic¨ªa Municipal tuvieron que entrar en el piso provistos de mascarillas.
Cuando era trasladado a una ambulancia, Ricardo Hurtado forceje¨® y profiri¨® gritos e improperios. Testigos de la escena han narrado que "daba un poco de miedo, con las barbas muy largas" y que "casi desnudo y gritando, no parec¨ªa una persona". En otra ocasi¨®n, hace m¨¢s de ocho a?os, seg¨²n relataron los vecinos, quisieron llevar a Ricardo a un centro asistencial, sin conseguirlo.
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