Reagan intenta ganar a toda costa la batalla propagand¨ªstica sobre Nicaragua
La Administraci¨®n de Ronald Reagan ha calificado la ¨²ltima oferta de paz de Nicaragua como puro humo, y piensa que el hecho de haber sido formulada es el reco nocimiento de que la pol¨ªtica de dureza contra los sandinistas est¨¢ dando sus resultados. Sin embar go, el presidente y la Casa Blanca parecen estar perdiendo la batalla de la opini¨®n p¨²blica y del Congreso, que dan signos crecientes de que no apoyan una pol¨ªtica crecientemente intervencionista cuyo final l¨®gico no puede ser otro que el derrocamiento del Gobierno de Managua. Ronald Reagan est¨¢ apostando muy fuerte y no puede perder la batalla de la opini¨®n p¨²blica porque esto significar¨ªa un golpe muy grave para su pol¨ªtica hacia Centroam¨¦rica.En una acci¨®n concertada, los diferentes sectores de la Administraci¨®n han coincidido en rechazar la oferta del presidente nicarag¨¹ense, Daniel Ortega, que prometi¨® el jueves devolver a La Habana a 100 asesores cubanos y detener la compra de todo tipo de armas. La propuesta ha sido considerada insuficiente y definida como un truco de relaciones p¨²blicas para influir sobre el Congreso norteamericano, que en las pr¨®ximas semanas deber¨¢ votar sobre la reanudaci¨®n de la ayuda encubierta a los rebeldes que luchan contra la Junta sandinista desde Honduras, apoyados y armados por la CIA.
S¨®lo el Departamento de Estado parece dejar una m¨ªnima posibillidad de di¨¢logo que podr¨ªa concretarse en una entrevista de George Shultz y el presidente nicarag¨¹ense, Daniel Ortega, en Montevideo, donde ambos asisten a la toma de posesi¨®n del nuevo presidente democr¨¢tico tiruguayo, Julio Sanguinetti.
El vicepresidente George Bush fue el encargado de responder negativamente a Daniel Ortega. En un discurso pronunciadc, en Austin (Tejas), Bush llam¨® tiranos a los l¨ªderes de Managua e ironiz¨® que la oferta de retirada de asesores cubanos s¨®lo representa el 1% delos existentes (Washington afirma que hay entre 2.500 y 3.500 militares cubanos en Nicaragua). La propuesta de detener el rearme la consider¨® como una "paiasa en la compra de armas que no pueden digerir".
Bush insisti¨® en que es necesario que el Congreso apruebe los 14 millones de d¨®lares, porque en caso contrario habr¨ªa que realizar la ayuda de otra manera y podr¨ªa equivaler a "una declaraci¨®n de guerra". El vicepresidente mostr¨® ante las c¨¢maras una carta con sellos nicarag¨¹enses con la efigie de Karl Marx como prueba de la definitiva sovietizaci¨®n de los sandinistas.
Bush trat¨® de demostrar quee eell objetivo final de Managua es extender su revoluci¨®n por toda Centroam¨¦rica y acabar "como postre" con Costa Rica. Washington ver¨ªa con buenos ojos una paulatina disminuci¨®n de relaciones diplom¨¢ticas, que podr¨ªa llegar a la ruptura, con Nicaragua. La Prensa norteamericana ha informado que Costa Rica est¨¢ considerando seriamente dar este paso.
Reconocer a los 'contras'
Estados Unidos estudia tambi¨¦n la alternativa de un reconocimiento pol¨ªtico limitado de los contras no como Gobierno en el exilio, sino como fuerza pol¨ªtica, al igual que algunos pa¨ªses hacen con la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina o M¨¦xico y Francia hicieron con la guerrilla salvadoref¨ªa. Reagan necesita presentar ante el Congreso previamente la uni¨®n definitiva de todas las fuerzas que se oponen a los sandinis tas, y en este sentido se considera crucial una reuni¨®n prevista para este fin de semana en San Jos¨¦.Algo est¨¢ fallando, sin embargo, en la campa?a pedag¨®gica de la Administraci¨®n para lograr la ayuda a los contras, cuyo valor es sobre todo pol¨ªtico, ya que 14 millones de d¨®lares es una cantidad m¨ªnima que puede hacerse llegar a los rebeldes por cualquier medio indirecto. Cuatro de cada cinco norte americanos se oponen a una pol¨ªtica norteamericana que persiga el derrocamiento de los sandinistas. Cada d¨ªa que pasa es m¨¢s evidente que el Congreso no renovar¨¢ la ayuda encubierta. El presdente del Comit¨¦ de Relacioines Exteriores del Senado, Richard Lugar, advirti¨® ayer que Reagan no tiene ninguna posibilidad de conseguir un voto favorable de las dos Camaras.
El viceministro de Asuntos Exteriores nicarag¨¹ense, Jos¨¦ V¨ªctor Tinoco, lleva toda la semana en Washington tratando de persuadir a los congresistas para que no voten la ayuda a los contras. Ed¨¦n Pastora tambi¨¦n est¨¢ aqu¨ª, y con gran candidez ha declarado que sus rebeldes son s¨®lo un instrumento manipulado por la pol¨ªtica norteamericana a un precio de ganga. La Casa Blanca est¨¢ convencida de que Managua est¨¢ a punto de desencadenar una fuerte ofensiva contra los contras que puede acabar con ellos por un largo per¨ªodo de tiempo y estima vital una ayuda urgente. Nicaragua ha conseguido demostrar ante la opini¨®n p¨²blica de este pa¨ªs que los principales jefes de los rebeldes son antiguos oficiales de la guardia somocista, y esta informaci¨®n no ha sido contrarrestada eficazmente por Washington.
El general Paul Gorman, arquitecto de la pol¨ªtica militar intervencionista en el Caribe, que se retira como jefe del comando sur estadounidense, ha afirmado ante el Congreso que los contras no tienen posibilidad alguna de lograr una victoria militar contra la Junta de Managua ni ahora ni en muchos a?os. Sin embargo, ha recomendado que sigan siendo ayudados porque presionan a los sandinistas, que as¨ª no pueden ocuparse con la misma intensidad de la revoluci¨®n y de enviar armas a El Salvador. El influyente diario The Wall Street Journal, comentando sus declaraciones, dec¨ªa ayer en un editorial que Estados Unidos debe utilizar todo el dinero y ayuda necesarios para que los contras consigan acabar militarmente con el Gobierno de Managua.
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