Violencia forzada

Siguiendo parcialmente la estructura de un filme de terror, Puente de invierno quiere adem¨¢s servir de testigo de la incomunicaci¨®n entre hombres de distinta edad y de distintas clases sociales. Las intenciones son muy claras; su desarrollo, no tanto.Cuando Jaime D'Ors enfrenta a esos muchachos que viven un alegre fin de semana con el car¨¢cter taciturno de un campesino y deduce de sus diferencias que es inevitable que aparezca la muerte, antepone los resultados a los planteamientos, reduciendo al absurdo lo que de ser tratado escalonadamente podr¨ªa haberse incluido, con igual m¨¦rito, en la larga fila de pel¨ªculas que han partido de similares situaciones.

Generalmente son forzadas las historias en las que intervienen j¨®venes con marcado car¨¢cter festivo. Sus alegr¨ªas, no se sabe bien por qu¨¦, resultan incomprensibles.

Quiz¨¢ porque no hay nunca tanto motivo para la risa o porque los actores no parecen entender de qu¨¦ se r¨ªen. Pero lo cierto es que logran mantener una dura distancia con el espectador, dif¨ªcil c¨®mplice de sus griter¨ªos.

Puente de invierno no escapa a esta generalizaci¨®n. A partir de ah¨ª, el horror que deb¨ªa producir la violencia desencadenada contra ellos por el noble hombre del campo, de quien injustamente tanto se han re¨ªdo, no provoca en el espectador la angustia que ser¨ªa necesaria.

Trucos sin habilidad

?lvaro de Luna, en su encarnaci¨®n del relajado campesino, es quien mantiene algo m¨¢s vivo el hilo del inter¨¦s del filme, aunque su conducta venga tambi¨¦n forzada por el poco h¨¢bil gui¨®n. Buen actor de car¨¢cter, aunque no de registros sutiles, da vida a su personaje con sinceridad y experiencia.Los muchachos, casi todos nuevos en el cine, se entregan con entusiasmo a la causa. De no perderlo, encontrar¨¢n oportunidades mejores.

Coinciden en ello con el balance general de la pel¨ªcula. Un noble intento de combinar espect¨¢culo con ciertas denuncias (aunque ¨¦stas no tengan suficiente rigor) al que falla el necesario dominio de la narrativa. Puente de invierno se remite a una tradici¨®n de cine truculento, pero son precisamente sus trucos los que carecen de habilidad, de vida.