Flotats, el regreso del histri¨®n mediterr¨¢neo
Histri¨®n es una antigua y noble palabra del teatro que se ha desprestigiado, junto con el concepto de teatralidad, por un par de razones: una, la presi¨®n de un naturalismo de expresiones tenues (fruto del cine y, dentro de ¨¦l, de la contenci¨®n ante los primeros planos, y por un contagio a trav¨¦s de ese cine de la imperturbabilidad sajona); la otra es el efecto de una especie de revoluci¨®n social, paralela en el teatro a la de la vida, que ha tendido a la desaparici¨®n de las grandes figuras sustituidas por la masa: al divo sumido en el reparto.Josep Maria Flotats, con su ya inolvidable Cyrano -que se represent¨® durante el pasado fin de semana como obra inaugural en el actual Festival Internacional de Teatro de Madrid-, nos devuelve a la noci¨®n meliorativa del histri¨®n mediterr¨¢neo; y devolver tiene una idea de regreso que es inexacta. Hay en toda su interpretaci¨®n un sentido de progreso: de incorporaci¨®n de t¨¦cnicas, de utilizaci¨®n de la voz y del cuerpo, de introducci¨®n de un sentido de la iron¨ªa en el personaje. No es indiferente probablemente que sea un italiano, Scaparro, el que haya dirigido esta interpretaci¨®n. Es el pa¨ªs donde a¨²n se conservan estos monstruos sagrados, como Fo o Gassman; y en la reciente y gran exhibici¨®n de Giorgio Strehler con Temporale, de Strindberg, hab¨ªa escenas de alto histrionismo.
Talento
Pero el talento de Flotats est¨¢ en cada uno de sus movimientos y de sus frases. La modernidad: no es un Cyrano a la usanza cl¨¢sica y la del texto de Rostand, mezcla de hombr¨ªa y fanfarroner¨ªa con ternura y lirismo. Es una nueva manera de verlo: m¨¢s travieso, m¨¢s desvirilizado, infantil, m¨¢s sentimental. L¨ªneas de nuestro tiempo.
Canta, s¨ª, los versos; pero no como en la antigua escuela, sino como en un camino de vuelta. La larga y emotiva escena final, la de la muerte, muestra c¨®mo se puede llegar a una cima del histrionismo sin perder la credibilidad: mezcla habil¨ªsima de teatralidad y de realidad.
Hay otras lecciones en este Cyrano de Bergerac que se sit¨²an en la modernidad. Una es la nueva afici¨®n por el texto; otra, la simplificaci¨®n de la escenograf¨ªa. Una vez m¨¢s hay que utilizar la palabra regreso con todo cuidado para evitar la confusi¨®n con antiguo que suele estar mal vista. El texto es el mismo, convenientemente vertido al catal¨¢n, y las emociones primarias transitan por ¨¦l sin cortes ni a?adidos y sin traiciones; pero las inflexiones actuales, la manera de hoy de entender ese juego de amor y sacrificio, est¨¢n siempre presentes. Se entiende claramente el mundo barroco y florido de Cyrano, pero se percibe con los ojos y los o¨ªdos de hoy. La escenograf¨ªa de Svoboda y Francia es de una enorme sencillez: es decir, renuncia al protagonismo y a la movilidad de los escenarios monumentales y mec¨¢nicos, pero de ninguna manera al dise?o actual y a la necesidad de fantas¨ªa y de imaginaci¨®n: un tablado en rampa, unos cuantos elementos para la sugesti¨®n y una c¨¢mara negra, sobre el que se recorta el vestuario de Pierre Albert, elegante y real, pero sin perder la entonaci¨®n, el sentido de cuadro. Hay continuamente una exhibici¨®n de visualidad, un predominio pict¨®rico: pero no deja nunca de ser teatro.
Flotats es un histri¨®n, un monstruo sagrado; pero su compa?¨ªa no es de comparsas o de friso para realzar su figura, sino un excelente conjunto. Scaparro da inflexiones de modernidad, entendidos actuales al texto: pero el texto est¨¢ entero y vivo, sin perder las emociones. El escenario es tan limpio y austero como las l¨ªneas del dise?o industrial; pero envuelve esas emociones, esas palabras; con amor. Un camino del teatro. Una rotura de t¨®picos o de tendencias que, partidas de algunos supuestos revolucionarios, se estaban anquilosando. Una forma de ser teatro intelectual, reflexivo y profundo sin dejar de ser popular, directo, comunicativo. Es una noci¨®n que va avanzando r¨¢pidamente en Europa y que tiene, hasta nueva orden, un sentido positivo.
Hay ahora una necesidad urgente de ver a Flotats en otros papeles, en otro tipo de teatro. Lo ha hecho en Francia, como gran figura de la Comedie Fran?aise: ha elegido volver a Catalu?a, de donde fue rebotado en otros tiempos; pero Catalu?a es hoy el lugar donde se produce el mejor teatro de Espa?a en un conjunto tan numeroso como variado. Habr¨¢ que retenerlo, habr¨¢ que darle la libertad y el vuelo que necesita.
La cr¨ªtica del estreno de Cyrano en Barcelona fue publicada en EL PAIS el 4 de febrero de 1985.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.