Carrillo amenaza con la "sublevaci¨®n de una parte importante del PCE"
Los ataques de "derechistas" y "dogm¨¢ticos", as¨ª como un¨¢nimes inculpaciones al PSOE y a la Embajada de la URSS, "que mucho tienen que ver en nuestra crisis", jalonaron ayer el inicio de la reuni¨®n del Comit¨¦ Central del PCE, ante el que Gerardo Iglesias, secretario general, present¨® su dec¨¢logo para la pacificaci¨®n del partido, criticado por la minor¨ªa carrillista. El propio Carrillo amenaz¨® ayer con la posibilidad de que se produzca "una sublevaci¨®n de una parte importante del PCE", y achac¨® a la actual direcci¨®n el prop¨®sito de ir hacia un partido diferente por creer que el comunismo ya "no vende".
El ex secretario general Santiago Carrillo admiti¨® que hoy conviven ya "dos partidos distintos dentro del PCE". Las tensiones y discusiones entre los m¨¢s de 90 miembros del comit¨¦ central alcanzaron tal calibre que la reuni¨®n, que inicialmente deb¨ªa haber concluido ayer, ha tenido que prolongarse hasta hoy, cuando la propuesta de Gerardo Iglesias sea votada y, presumiblemente, aprobada, con la oposici¨®n del sector minoritario, al que iba dirigida la oferta de "pacificaci¨®n en 10 puntos".La pol¨ªtica de convergencia electoral con otros sectores de izquierda, no incluida en el dec¨¢logo presentado por Iglesias en su informe, por entender que "est¨¢ fuera de toda discusi¨®n", acapar¨® ayer la mayor parte de la veintena de intervenciones, realizadas a puerta cerrada por decisi¨®n de la mayor¨ªa que apoya a la direcci¨®n. Carrillo se mostr¨® despectivo sobre la idea de convergencia, que incluir¨ªa la formaci¨®n de coaliciones electorales con otras fuerzas "all¨ª donde sea posible" y la apertura de las listas electorales a personas que no militan en el PCE.
El ex secretario general amenaz¨® con una posici¨®n de rebeld¨ªa total frente a los acuerdos que hoy adopte la mayor¨ªa en el comit¨¦ central.
Carrillo rechaz¨®, uno a uno, todos los puntos del dec¨¢logo de Iglesias, en el curso de un almuerzo clandestino con los medios informativos, que provoc¨® una gran irritaci¨®n entre los miembros de la direcci¨®n. El veterano dirigente comunista desestim¨® las ofertas de incluir a sus seguidores Adolfo Pi?edo y Juli¨¢n Ariza en el secretariado y el comit¨¦ ejecutivo del partido, respectivamente, as¨ª como la de que ¨¦l mismo forme parte de la comisi¨®n redactora del manifiesto-programa. Los propios Pi?edo, secretario regional de Madrid, y Juan Villalba, secretario de Valencia, cuyos comit¨¦s regionales tienen fuerte mayor¨ªa carrillista, dieron a entender que no acatar¨¢n el punto siete del dec¨¢logo, que exige la celebraci¨®n de congresos extraordinarios en ambas regiones, para permitir "una mayor integraci¨®n" en los respectivos comit¨¦s.
Posibles sanciones
Por su parte, Carrillo tambi¨¦n anunci¨® que no acatar¨¢ el punto nueve, donde se pide el cierre de la revista Ahora dirigida por ¨¦l. Cuando le preguntaron si estaba dispuesto a afrontar posibles sanciones ante tales incumplimientos, dijo: "Nos pasar¨ªamos por la entrepierna la sanci¨®n". Tambi¨¦n rebati¨®, por otro lado, acusaciones veladamente lanzadas por miembros de la mayor¨ªa, asegurando que "de ninguna manera" piensa pasar a engrosar las filas del disidente Partido Comunista pro sovi¨¦tico de Ignacio Gallego, del que ambos sectores del PCE aseguran que est¨¢ financiado por Mosc¨².
Frente a las cr¨ªticas lanzadas ayer por Iglesias, quien dijo que ,,aqu¨ª se est¨¢n saltando todas las normas", Carrillo manifest¨® que "la direcci¨®n actual del PCE est¨¢ volviendo a los tiempos de Stalin, imponiendo la dictadura del secretariado", cuyos 12 miembros pertenecen al sector gerardista. Los carrillistas tambi¨¦n sugirieron que la direcci¨®n pretende expulsar del partido a 14.000 miembros de la minor¨ªa para as¨ª llevar a cabo c¨®modamente sus planes de formar un nuevo partido. Sin embargo, los responsables de la direcci¨®n del PCE calificaron de "infundios los temores del sector minoritario", reiterando que no piensan adoptar sanciones.
La reuni¨®n del comit¨¦ central se inici¨® con un largo informe -una hora de duraci¨®n- de Gerardo Iglesias, en el que ¨¦ste hizo un dram¨¢tico llamamiento a la unidad, advirtiendo que, "de aqu¨ª a finales de 1986 hay que afrontar tareas inaplazables en las que el partido se juega sus posibilidades de recuperaci¨®n". "Hay que preguntarse", dijo el secretario general, "si este partido aguantar¨ªa otra derrota electoral como la del 28 de octubre de 1982 sin serios riesgos de disgregaci¨®n".
Iglesias pidi¨® que la conferencia nacional, que se celebrar¨¢ en los tres ¨²ltimos d¨ªas de este mes, sirva para iniciar el proceso de convergencia con otras fuerzas, form¨¢ndose, una comisi¨®n que estudie las posibilidades de coalici¨®n provincia por provincia.
Sin embargo, parecen escasas las posibilidades de que el PCE pueda pacificarse en las tres semanas que restan hasta la conferencia, m¨¢xime cuando algunas organizaciones regionales han anunciado ya que no asistir¨¢n a la misma.
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