La oportunidad de una pol¨ªtica de equilibrio
La visita de Felipe Gonz¨¢lez a Argel, que culmina una larga negociaci¨®n con Argelia sobre el contencioso del gas entre Madrid y Argel, abre la posibilidad, por primera vez desde el inicio del mandato socialista, hace tres a?os, de que el Gobierno espa?ol lleve a cabo la pol¨ªtica global con que prometi¨® orientar su acci¨®n hacia los pa¨ªses del Magreb.Las posibilidades de cooperaci¨®n hispano-argelina que ahora se abren permitir¨¢n corregir un desequilibrio involuntario que ha existido en los dos ¨²ltimos a?os en las relaciones econ¨®micas y pol¨ªticas de Espa?a con los pa¨ªses magreb¨ªes. En lo que se refiere al conflicto del S¨¢hara occidental, que impedir¨¢ por bastante tiempo a¨²n los proyectos unitarios de los pa¨ªses del Magreb, la posici¨®n espa?ola de respaldo a las decisiones de la Organizaci¨®n para la Unidad Africana (OUA) y las Naciones Unidas, es mejor comprendida ahora fundamentalmente por los dos pa¨ªses comprometidos en esta pugna, Marruecos y Argelia.
Ello no quiere decir que no perduren los intentos por parte de ambos contendientes de atraer a Espa?a hacia las posiciones respectivas. Sin embargo, la continuidad de los planteamientos del Gobierno socialista espa?ol a ese respecto tiende a convertir en una especie de cl¨¢usula de estilo las presiones de uno y otro lado por, inclinar a Espa?a.
En el caso concreto de Argelia, el pretendido apoyo a ETA y al movimiento independentista canario de Antonio Cubillo, que dio origen a tantos roces en el pasado, parece estar reducido en el presente a un simple problema consular entre el propio Cubillo y el Gobierno espa?ol. Espa?a ha ofrecido a Cubillo un pasaporte v¨¢lido para regresar, que le permita hacer frente a su situaci¨®n, acogi¨¦ndose a los criterios exonerantes de responsabilidad criminal a quienes se reintegren.
Las actuales posibilidades de Espa?a de llevar a cabo una pol¨ªtica global en el Magreb le permitir¨¢n incluso poner en pr¨¢ctica sus proyectos, todav¨ªa en suspenso, de cooperaci¨®n militar con los pa¨ªses de la regi¨®n, una f¨®rmula hacia la que ya se han orientado otros Gobiernos occidentales, especialmente con los pa¨ªses exportadores de energ¨ªa, para colmar los casi siempre grandes d¨¦ficit de las balanzas comerciales de los importadores.
Nueva etapa
La nueva etapa abierta con Argelia, y dada la estrecha relaci¨®n que todos los gobiernos de los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo establecen entre cooperaci¨®n econ¨®mica y pol¨ªtica, debe permitir asimismo que las empresas espa?olas que ten¨ªan una actividad importante en Argelia la recuperen. El da?o ya causado a este aspecto de las relaciones puede ser irreparable en algunos casos, pero no en la mayor¨ªa de ellos. La empresa Dragados y Construcciones, que opera en Argelia con gran cr¨¦dito desde 1969, lleg¨® a tener 2.100 obreros calificados en Argelia. Actualmente son s¨®lo 600, y para fines de a?o su presencia ser¨¢ meramente simb¨®lica. Esta empresa facturaba, sin embargo, unos 30.000 millones de pesetas anuales. El grupo ACEH (Agrom¨¢n, Cubiertas, Entrecanales y Huarte), que construy¨®, entre otras cosas, molinos de s¨¦mola, facturaron por valor de 5.000 millones anuales.
Las dificultades de recuperaci¨®n del mercado argelino en el futuro no depender¨¢n s¨®lo del tiempo perdido con el contencioso del gas, sino de las circunstancias internas de Argelia, que se orienta hacia una mayor argelinizaci¨®n y utilizaci¨®n de sus capacidades, y hacia una desinversi¨®n relativa en la industria y proyectos, como parece confirmar una menor participaci¨®n este a?o en la 21? Feria de Argel.
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