M¨¢s sobre Mart¨ªnez Torres
Por desgracia, Jes¨²s Mart¨ªnez Torres gan¨® su apuesta: sigue siendo funcionario de polic¨ªa y ha conseguido la confianza del ministro. Sus palabras, amenazas, chuler¨ªas y su pu?etazo en el ri?¨®n derecho con que me despidi¨® en la Jefatura Superior de Polic¨ªa de Zaragoza, en marzo de 1974, vuelven a m¨ª estos d¨ªas a la vista de su fotograf¨ªa; su cara la he tenido m¨¢s presente, pues lo segu¨ª viendo por las calles de Zaragoza y tambi¨¦n de nuevo en la jefatura un a?o m¨¢s tarde -noviembre de 1975-, donde segu¨ªa amenazando, me recordaba los golpes anteriores y se las promet¨ªa felices en los a?os siguientes. Entend¨ª que los Gobiernos de la transici¨®n no apartaran agentes como ¨¦l de la polic¨ªa y temo entender que el Gobierno del cambio los siga manteniendo. Jes¨²s Mart¨ªnez quiz¨¢ conociera la pol¨ªtica de quienes entonces financiaban al PSOE.La respuesta del ministro del Interior, amenazando con denunciar a Mikel Azkue por atentar contra la honorabilidad de su jefe antiterrorista, deber¨ªa activar todas las alarmas democr¨¢ticas m¨¢s a¨²n que los disparos de Tejero en el Congreso. El asalto al Estado por los "duros" es casi un hecho consumado; ?habremos de ver aqu¨ª -y padecer- una ley "contra los radicales"?, ?ser¨¢n considerados enemigos de la democracia espa?ola quienes fueron perseguidos por pretenderla y no han cambiado de ideas?, ?qui¨¦n garantiza que no se sigue utilizando la tortura?
La casualidad ha querido que hayamos podido reconocer y saber el nombre y apellidos de un torturador al servicio de la dictadura; temo que el Ministerio del Interior. no facilitar¨¢ m¨¢s fotos de sus funcionarios responsables. Ante la amenaza del se?or ministro, quiz¨¢ valga la pena que todos cuantos sufrieron los golpes de sus honorables funcionarios hablemos de estas cosas a nuestros conciudadanos sin m¨¢s ¨¢nimo que alertarles para defender la democracia.
Mi peque?a historia la escribo como un testimonio m¨¢s -?no ser¨¢ suficiente con uno tan s¨®lo?- que quiz¨¢ contribuya a lograr unas fuerzas de seguridad al servicio de la Constituci¨®n, es decir, al servicio de los espa?oles.
El 7 de marzo de 1974 fui detenido por el polic¨ªa de la foto en el portal de mi domicilio; tras esperar la orden judicial oportuna, ¨¦l, junto con otros, procedi¨® al registro y saqueo: no s¨®lo libros -en cantidad- y publicaciones "prohibidas"; tambi¨¦n se llevaron fotograf¨ªas, cartas personales y otros papeles. Todo lo que hab¨ªa en los armarios de la casa qued¨® desparramado por el suelo, incluida la basura.
A continuaci¨®n, en la Jefatura Superior de Polic¨ªa empezaron los golpes (rueda, quir¨®fano, etc¨¦tera). Por mi declaraci¨®n reconociendo haber intervenido en asambleas universitarias reclamando la libertad de expresi¨®n -caso A?overos- y la supresi¨®n de la pena de muerte -juicio de Salvador Puig Antich-, fui acusado de propaganda ilegal ante el TOP y multado por el gobernador civil con 100.000 pesetas, que pagu¨¦ en la c¨¢rcel. El m¨¦dico de la c¨¢rcel de Torrero, anot¨® las magulladuras. Dos meses despu¨¦s todav¨ªa ten¨ªa hamatomas en el pecho.
?Qu¨¦ papel tuvo el polic¨ªa de la foto en todo esto? ?l, junto a otro compa?ero que no ha salido en los peri¨®dicos, estuvo continuamente presente, dirigiendo en ocasiones a los otros e interviniendo de continuo con palabras, manos y pies. ?l fue tambi¨¦n quien con todo tipo de groser¨ªas pretendi¨® que denunciara a otros compa?eros antes de que hiciera unas cuantas burradas con una amiga m¨ªa, a la que retuvieron all¨ª una ma?ana entera para que yo la viese y proponerme semejante chantaje. Si alguien capaz de un trabajo as¨ª es hoy responsable de la lucha antiterroristas, me temo, como Mikel Azkue, que los terroristas van a tener buenas bazas frente a quienes pretendemos la convivencia pac¨ªfica y la democracia.
Conf¨ªrmaci¨®n de esta peque?a historia podr¨¢ encontrarla en la documentaci¨®n de Amnist¨ªa Internacional y en la Prensa de aquellos d¨ªas (Informaciones, de Madrid, y Arag¨®n Expr¨¦s, de Zaragoza, se ocuparon del caso, ya que coincidi¨® con un momento de fuerte movilizaci¨®n en la universidad de Zaragoza). Tambi¨¦n entre los responsables de Zaragoza del PCE de aquel momento, partido en el que militaba.
En la actualidad, desvinculado del partido, estoy destinado como profesor agregado de lat¨ªn en el instituto de bachillerato Tom¨¢s Iriarte de Santa Cruz de Tenerife.-
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