La 'globalizaci¨®n' facilitar¨¢ el di¨¢logo en Ginebra
ENVIADO ESPECIALLa consideraci¨®n global de los distintos tipos de armamentos como partes de una sola negociaci¨®n debe facilitar los tr¨¢mites y definiciones previas que las delegaciones sovi¨¦tica y, estadounidense abordar¨¢n hoy, con motivo de la primera sesi¨®n propiamente dicha de trabajo convocada en la Embajada de Estados Unidos en Ginebra (Suiza). La Iniciativa de Defensa Estrat¨¦gica (SDI) del presidente Ronald Reagan plantea, en cambio, un elemento de incertidumbre susceptible de monopolizar la atenci¨®n durante la actual ronda exploratoria.
Problemas como el de si los misiles de crucero deben ser tratados tanto en su vertiente de ar mas de alcance intermedio como estrat¨¦gicas o el de si los bombarderos sovi¨¦ticos Backfire o los FB- 111, F-111 y F-4 norteamericanos tienen que ser abordados en un contexto regional o como armas pesadas tender¨¢n a perder importancia bajo el nuevo enfoque global que han adoptado las conversaciones entre las dos superpotencias.
En este nuevo contexto incluso puede resultar m¨¢s f¨¢cil el di¨¢logo sobre la constante demanda sovi¨¦tica de que las armas nucleares brit¨¢nicas y francesas sean tenidas en cuenta para el c¨¢lculo del equilibrio entre fuerzas intermedias.
Subsiste la duda de si Washington acepta en la misma medida que Mosc¨² la interrelaci¨®n entre los tres asuntos: armas es paciales, estrat¨¦gicas y de alcan ce intermedio. Pero el jefe de la delegaci¨®n sovi¨¦tica en Ginebra Viktor Karpov, ha dejado claro que toma a su hom¨®logo estadounidense, Max Kampelman, como m¨¢ximo interlocutor en los tres cestos. Independientemente de que por razones pr¨¢cticas las negociaciones procedan a trav¨¦s de tres grupos de trabajo, no parece posible que se consigan resultados parciales en s¨®lo alguno de los temas.
As¨ª pues, Alexei Obujov y Maynard Glitman empezar¨¢n a intercambiarse propuestas sobre misiles de alcance intermedio. Las preferencias norteamericanas se orientar¨¢n presumiblemente hacia alguna variante de la hip¨®tesis de trabajo adoptada por Paul Nitze y Yuli Kvitsiriski durante su c¨¦lebre paseo por el bosque dejulio de 1982, en el contexto de las conversaciones so bre euromisiles.
Medios aliados europeos presionan para que Washington ofrezca una moratoria en el despliegue de nuevos euromisiles a condici¨®n de que Mosc¨² cumpla la oferta de destruir risicamente una parte de su arsenal de mis?les SS-20, hecha en 1983 por Yuri Andropov a trav¨¦s del diario Pravda.
John Tower y Viktor Karpov, como interlocutores principales en la: cuesti¨®n de las armas estrat¨¦gicas, heredan lenguajes asim¨¦tricos del anterior ciclo de negociaciones START sobre reducci¨®n de arimas estrat¨¦gicas. Las preferencias de la Administraci¨®n de EE UU se orientaron entonces a fijar el l¨ªmite global sobre el n¨²mero de cabezas nucleares, y fue de 5.000 la oferta del presidente Reagan, con subtotales parciales para los distintos tipos de vectores. La parte sovi¨¦tica se mantuvo, en cambio, en la tradici¨®n de las ¨²ltimas conversaciones SALT -negociadas por el propio Karpov- de limitar los vectores y disminuir el n¨²mero de cabezas.
El paquete m¨¢s conflictivo estar¨¢ sobre la mesa de Max Karnpelman y de Yuli Kvitsinski, antiguo negociador de armas intermedias, pasado ahora al inexplorado campo de las armas espaciales. Nadie sabe c¨®mo se va a negociar algo que por el momento no es m¨¢s que un proyecto de investigaci¨®n, conocido popularmente como la guerra de las galaxias.
La parte sovi¨¦tica ha rechazado, en cualquier caso, la iniciativa estadounidense y todo parece indicar que se orientar¨¢ a condicionar cualquier posible reducci¨®n de las armas ofensivas al logro de un tratado que prohiba el desarrollo de las armas espaciales. Washington considera, por el contrario, irrenunciable la primera fase de investigaci¨®n de la multimillonaria Iniciativa de Defensa Estrat¨¦gica.
La guerra de las galaxias ha sido, seg¨²n sus mentores, el principal argumento que ha movido a los sovi¨¦ticos a regresar a la mesa de negociaciones que abandonaron hace 15 meses. Washington no oculta, sin embargo, que una vez logrado ese objetivo el debate ser¨¢ dif¨ªcil y que la SDI monopolizar¨¢ la atenci¨®n durante toda la primera ronda de estas conversaciones de Ginebra.
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