La politizaci¨®n de la justicia
Quisiera expresar mi opini¨®n a trav¨¦s de ese diario. En esta ocasi¨®n sobre tema tan actual y pol¨¦mico como la futura ley org¨¢nica del Poder Judicial y la politizaci¨®n, presunta, de la justicia.Creo que en estos casos el primer paso debe ser acudir a la Constituci¨®n, que, y precisamente, por haber sido del consenso es, o deber¨ªa ser, expresi¨®n de la voluntad de la mayor¨ªa. En ella, en su art¨ªculo 117, podemos leer: "La justicia emana del pueblo...", frase que por otra parte, no es nueva. No parece, pues, l¨®gico que merezca tantos reproches la pretensi¨®n de que los representantes leg¨ªtimos de ese pueblo elijan a los miembros del Consejo General del Poder Judicial, ¨®rgano que, seg¨²n el art¨ªculo 122.2, lo es "de gobierno del mismo" y, por tanto, no encargado directo de la administraci¨®n de la justicia.
Tampoco es bueno olvidar que la ley es la expresi¨®n de la voluntad popular (ya Rousseau habl¨® de voluntad general que fijaba las pautas morales v¨¢lidas y del Gobierno como mero agente de esa voluntad), y los jueces y magistrados que la interpretan y aplican a cada caso concreto no deben ser ajenos a esa voluntad.
Por otra parte, derecho y justicia no son conceptos inamovibles, y puedo dar algunos ejemplos para reforzar esta afirmaci¨®n. El derecho sobre la vida y hacienda de sus vasallos, de los se?ores feudales, no podr¨ªa ser hoy defendido por nadie sin sonrojo. El derecho divino sobre el que se asentaron las monarqu¨ªas absolutas est¨¢ muy lejos de los principios inspiradores de las parlamentarias. Las condiciones de trabajo de los obreros de las primeras industrias del siglo XVIII deb¨ªan distar a?os luz de las que garantiza nuestro actual Estatuto de los Trabajadores (Ley 8/80, de 10 de marzo). Me parecen innecesarios m¨¢s ejemplos; y alguien que quisiera politizar el tema podr¨ªa insinuar que la ley no ha estado, precisamente, siempre de parte de las mayor¨ªas.
En cuanto al acceso a los cargos por oposici¨®n, nadie puede demostrar que sea el id¨®neo, ni siquiera el universalmente aplicado. Se me dir¨¢ que no tenemos otro; pero es que a base de decir siempre lo mismo no salimos de la situaci¨®n actual; por ello, no ser¨ªa mal comienzo permitir que juristas de reconocida solvencia pudieran acceder a esos puestos sin tener que memorizar, para demostrar una val¨ªa que ya se les reconoce, una serie m¨¢s o menos amplia de temas.
Para finalizar, no veo motivos para que las cr¨ªticas al actual proyecto de ley deban ser valoradas m¨¢s positivamente que las de los que a¨²n lo consideran insuficiente. Si alguien cae en la trampa de achacar a los segundos una tendencia pol¨ªtica determinada, estar¨¢ reconociendo a los primeros la contraria. ?Es que s¨®lo se politiza la justicia hacia la izquierda?-
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