Tragicomedia urbana
Si se admitieran s¨ªntesis r¨¢pidas se podr¨ªa definir este primer largometraje de Julio S¨¢nchez Vald¨¦s como sencilla tragicomedia madrile?a. Los personajes de su pel¨ªcula pueden parecernos cotidianos, bien entendido que en la realidad no existe espec¨ªfico madrile?o alguno m¨¢s all¨¢ de ciertos vocablos peculiares.Estos personajes son un aboga do que tiene problemas personales; su novia, una mujer con contradictorias expectativas ante la vida, y un joven delincuente con moral propia, sin recelos ante la dificultad de relacionarse, componen el panorama.
Combinaciones de un tr¨ªo
De tripas coraz¨®n
Director: Julio S¨¢nchez Vald¨¦s. Gui¨®n: S¨¢nchez Vald¨¦s, Fernando Trueba y Manolo Marinero. Fotograf¨ªa: Juan Amor¨®s. M¨²sica: Diego Cort¨¦s, Joan Albert Amargos y Josep Romaguera. Int¨¦rpretes: Juan Diego, Patricia Adriani, Jos¨¦ Luis Fern¨¢ndez Pirri, Sancho Gracia, Alicia S¨¢nchez. Javier Loyola. Comedia. Espa?ola, 1985. Estreno: cines Roxy B y Narv¨¢ez. Madrid
Pueden no ser nuevos tales personajes, y en su calidad de viejos conocidos de la literatura nos los presenta De tripas coraz¨®n, t¨ªtulo m¨¢s ingenioso que acertado.Los tres personajes se relacionan desde sus obvias premisas, a partir, sobre todo, del desencadenante de ese joven con problemas judiciales (un espl¨¦ndido trabajo de Jos¨¦ Luis Fern¨¢ndez, Pirri que apabulla a su abogado con imprevista amistad y encandila a la mujer que le acompa?a.
Las combinaciones del tr¨ªo protagonista son previsibles desde que el filme plantea sus coordenadas, y, por tanto, el espectador debe aguardar a que adquieran un cuerpo diverso al que marcan los c¨¢nones. Es, pues, m¨¢s tarde cuando la pel¨ªcula De tripas coraz¨®n toma vida propia, especialmente en la ¨²ltima media hora, donde los conflictos son m¨¢s inesperados, adquiriendo una fuerza dram¨¢tica determinante y en cierto modo original.
El acierto de S¨¢nchez Vald¨¦s en la composici¨®n de su filme se remite a la forma en que esas relaciones toman cuerpo, a medio camino entre la comedia y la cr¨®nica de sucesos. De su parte, hay una cierta sensibilidad para dirigir actores, dado que en ellos reside lo mejor de la pel¨ªcula. La verosimilitud de sus talantes conecta al espectador sin ansias de sorpresas.
Quienes deseen una avanzada cr¨®nica urbana sobre nuestro presente no encontrar¨¢n en De tripas coraz¨®n el filme nuevo que ans¨ªan, pero s¨ª una historia narrada con correcci¨®n que, tras su evidencia, contiene agudas observaciones sobre el comportamiento urbano.
El Madrid veraniego, con sus noches vac¨ªas, las terrazas y cervezas, el ambiente un tanto ins¨®lito de su despoblamiento, tienen un peso espec¨ªfico en la pel¨ªcula. No s¨®lo para justificar la conexi¨®n que se establece entre los protagonistas, que podr¨ªa resultar m¨¢s ficticia en el hormigueo urbano del invierno, sino en la composici¨®n pl¨¢stica del filme. S¨¢nchez Vald¨¦s se apoya en esa diferenciaci¨®n de la ciudad, quiz¨¢s no tanto como para convertirla en eje esencial, pero s¨ª en numerosos aspectos ilustrativos. Tal apunte est¨¦tico queda s¨®lo se?alado, pero de apuntes trata el filme en su conjunto, creando una irregularidad evidente que s¨®lo se decanta hacia una mayor solidez en el ¨²ltimo p¨¢rrafo del filme por mucho que ¨¦ste nazca de cierto rebuscamiento.
Queda dicho que los actores conforman el inter¨¦s b¨¢sico del filme. Patricia Adriani y Juan Diego, en sus complejos personajes, aportan matices enriquecedores, mientras Sancho Gracia vive con entusiasmo su breve cometido, especialmente en la segunda intervenci¨®n, m¨¢s forzada de lo que el espectador precisa para comprender la reacci¨®n del joven delincuente. Otros filmes han informado sobre tal desesperanza, que aqu¨ª queda expuesta en t¨¦rminos abstractos.
Pel¨ªcula de g¨¦nero, aunque ¨¦ste no se haya expuesto en todos sus t¨¦rminos, ofrece la primera oferta de un joven realizador a tener en cuenta: sabe c¨®mo plantear las situaciones que tiene entre manos aunque el gui¨®n no le ofrezca retos importantes.
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