'Amadeus' acapar¨® los galardones m¨¢s importantes de Hollywood
No hubo sorpresas en la elecci¨®n hecha por La Academia de las Artes .
La pel¨ªcula de Milos Forman Amadeus se llev¨® ocho oscars en la 57? ceremonia de entrega de los premios de la Academia de las Artes de Hollywood, celebrada en la noche del lunes en Los ?ngeles. Amadeus consigui¨® acaparar, adem¨¢s, los galardones m¨¢s importantes, como los de mejor pel¨ªcula, mejor director y mejor actor -Murray Abraham-. El Oscar a la mejor pel¨ªcula extranjera se lo llev¨® la suiza Dangerous moves, de Richard Dembo, mientras que la estatuilla-de la mejor actriz fue para Sally Field, por su trabajo en Places in the heart (En un lugar del coraz¨®n). Uno de los triunfadores de la noche fue el actor James Stewart, galardonado por sus "50 a?os de actividad cinematogr¨¢fica".
Los oscars se han vuelto demasiado predecibles. Poco a poco, a lo largo de sus 57 a?os de existencia, la Academia de Hollywood ha ido perdiendo el amor al riesgo y temiendo m¨¢s la novedad. En consecuencia, sus decisiones se ven venir cada a?o con mayor nitidez. Tradicionalmente la ilustre casa se resiste a premiar algunos g¨¦neros que considera- poco respetables, como el cine c¨®mico, las aventuras e incluso la ficci¨®n cient¨ªfica. Sumado a todo ello la desconfianza por los temas de adolescentes escolares -sear porkys o menos porkys-, tan en boga hoy (y ocupando un alt¨ªsimo porcentaje dentro de la producci¨®n hollywoodense).Todo ello limita much¨ªsimo el muestrario donde elegir. S¨®lo las pel¨ªculas serias, o aquellas que lo parecen, y los productos culturales dignos -que ayudan a olvidar d¨®nde y c¨®mo Hollywood gana realmente su dinero- pueden aspirar al reconocimiento oficial.
Todo ello sin contar con que la producci¨®n independiente norteamericana -al margen de los grandes estudios- queda descartada por definici¨®n.
En tales circunstancias, el triunfo de Amadeus, la pel¨ªcula de Milos Forman, era inevitable. Se sab¨ªa de antemano que iba a copar los premios importantes (mejor pel¨ªcula, director, gui¨®n adaptado, actor) y que se llevar¨ªa tambi¨¦n buena parte de los menores (o t¨¦cnicos, como se les llama aqu¨ª con cierto despego).
Amadeus parece portada al gusto de los acad¨¦micos de Beverly Hills, que van en busca de fineza y de pel¨ªculas que se puedan ofrecer a los invitados despu¨¦s de la comida, como un buen brandy, sin correr el riesgo de cortes de digesti¨®n o un mal comentario social.
Los gritos del silencio ha debido suponer para los votantes la gran tentaci¨®n del a?o. Aunque el filme, visto con ojos europeos, ofrezca una cierta ambig¨¹edad pol¨ªtica, desde un ¨¢ngulo hollywoodense y acad¨¦mico supone un riesgo considerable. Por fortuna, el buen trabajo del doctor Haing S. Ngor, convertido en actor de la noche a la ma?ana, ha permitido -tranquilizar las conciencias de todos. Premi¨¢ndole no se dejaba al filme fuera de juego y de paso se recompensaba a un personaje que supone una entrega total al punto de vista americano sobre el drama de Camboya.
David Puttman, el oscarizado productor de Carros defuego -ganador tres a?os atr¨¢s-, esperaba seguramente m¨¢s, aunque el n¨²mero de galardones recibidos -contando los t¨¦cnicos- coloque -a su filme en un honroso segundo lugar.
Ritmo de elefante
Pasaje a la India contaba con 11 nominaciones; a pesar de ello, pronto ha dejado de.ver su debilidad interna. Ni el prestigio de David Lean ni el buen hacer de Peggy Ashcroft -justo premio a la mejor actriz secundaria- pudieron aliviar el peso de un filme anticuado, simpl¨®n, sin nervio, llevado a un ritmo tan cansino como el de los elefantes que pasean por ¨¦l.
Tampoco ha habido sorpresas en el cap¨ªtulo de los filmes extranjeros. Dangerous moves, la pel¨ªcula suiza, era una clara favorita. Especialmente porque su productor, el francotirador Arthur Cohn, no suele fallar el blanco. En tres ocasiones hab¨ªa ya conseguido el triunfo, y cada vez bajo un pabell¨®n nacional distinto (la ¨²ltima, con Blanco y negro en color, nada menos que bajo la bandera de Costa de Marfil). Ayer volvi¨® a repetir la haza?a por cuarta vez.
Dangerous moves compet¨ªa con .otras dos pel¨ªculas extranjeras, ambas en castellano, la argentina Camila, de la directora Mar¨ªa Lui sa Bemberg, y la espa?ola de Jos¨¦ Luis Garci Sesi¨®n continua, ade m¨¢s de la israel¨ª Beyond the walls y de la sovi¨¦tica EVar-times romance
Cambiar el sistema
Que la pel¨ªcula espa?ola Sesi¨®n continua haya quedado desplazada era algo con lo que se contaba igualmente. Ni el mismo Jos¨¦ Luis Garci, seg¨²n declar¨®, esperaba el milagro de ser recompensado por segurida vez, aunque tanto ¨¦l como la Direcci¨®n General de Cinematograf¨ªa, a trav¨¦s de Gloria B¨¢rcenas, trabajaran infatigablemente, como debe hacerse -en cual quier caso, por el triunfo.
De cualquier manera, parece ser que va a cambiarse el sistema de selecci¨®n de las pel¨ªculas extranjeras, tan protestado, sobre todo a partir del art¨ªculo publicado en elrevista Time. Entre las soluciones propuestas figura la de que sea la misma academia quien elija los filmes que han de representar a la cinematografia de cada pa¨ªs, en lugar de los comit¨¦s nacionales que lo han venido haciendo hasta hoy.
Las ovaciones a Cary Grant, a James Stewart y Laurence Olivier eran previsibles y, por supuesto, eternamente justas. Los dos primeros, en particular, encarnan la gran historia de Hollywood, la aportaci¨®n m¨¢s apreciada a la historia del cine universal: la comedia, el reino donde los americanos dominaron sin rival posible durante a?os y a?os. La menci¨®n de Cary Grant al primer d¨ªa de rodaje con Stewart (cuando la perfecci¨®n del trabajo de ¨¦ste llegaba a distraerle del suyo propio) y el saludo a Capra fueron subrayados con los aplausos y la emoci¨®n que era de rigor. Pocos oscars a la labor de toda una vida han sido tan merecidos como ¨¦ste del buen americano medio que siempre fue Stewart.
Por ¨²ltimo, hasta en sus olvidos -hab¨ªa ayer quien dec¨ªa que hasta en su rencor- la academia ha vuelto a ser fiel a s¨ª misma. Hollywood no perdona -o le cuesta mucho hacerlo- a sus h¨¦roes cuando ¨¦stos deciden volverle la espalda. Los casos de Chaplin y de Ingrid Berginan son ejemplos tradicionales. Hoy, ni Ford Coppola -que intent¨® sustituir Hollywood por San Francisco- ni Woody Allen -que ignora cuanto pueda hacerse o decirse fuera de Manhattan- han recibido aplausos ni reconocimiento.
The Cotton Club -la pel¨ªcula m¨¢s cara de la historia del cine, con sus 57 millones de d¨®lares (unos 10.260 millones de pesetas)- ha sido ignorada totalmente. Y Broadway Danny Rose, de Woody Allen, a pesar del entusiasmo de los cr¨ªticos, tampoco ha conseguido un premio.
La ¨²nica cosa viva que estos oscars.tuvieron fue la dedicaci¨®n que Stevie Worider hizo de su premio a la mejor canci¨®n original, I just called to say I love you, al dirigente de la lucha racial, encarcelado en Sur¨¢frica, Nelson Mandela.
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