Un saber polif¨®nico

Programas como el ofrecido por el Coro Nacional, justifican la existencia de una agrupaci¨®n costosa por su naturaleza. Junto a dos motetes de Bach (Jes¨²s, mi alegr¨ªa y Alabad al Se?or, BWV 227/230), escuchamos una parte entera de polifon¨ªa espa?ola contempor¨¢nea.Valent¨ªn Ruiz Aznar, granadino de adopci¨®n e ¨ªntimo amigo de Falla, ha dejado una obra muy valiosa porque responde a una sensibilidad musical de gran refinamiento y a un profundo saber. As¨ª lo evidencian en el madrigal Ojos claros, serenos, sobre Cetina, y Spes vitae, sobre Juan Ram¨®n, de tan pura y honda emoci¨®n.

En torno al magisterio de Ruiz Aznar surgi¨® la escuela o, si se prefiere, familia musical granadina, dos de cuyos nombres principales figuraron en el programa del martes: el propio Juan Alfonso Garc¨ªa, nacido en 1935, y su disc¨ªpulo o hermano menor, Jos¨¦ Garc¨ªa Rom¨¢n (1945). Los madrigales de Juan Alfonso obedecen a una idolog¨ªa y practican un lenguaje que podr¨ªa situarse entre el de nuestros polifonistas del XVI y la Atl¨¢ntida de Falla. En el salmo 28, el inconformismo sustancial de Jos¨¦ Garc¨ªa Rom¨¢n (el m¨¢s lorque?o de los compositores granadinos, por cuanto somete a unidad de concepto y expresi¨®n el orden, lo superrealista y el sentimiento jondo) da unos resultados extraordinariamente hermosos.

Espa?ol¨ªa, de Claudio Prieto, era estreno absoluto. El m¨²sico palentino revitaliza las tradiciones populares, a las que servir¨¢ en un futuro cielo denominado Juglar¨ªa castellana. Un bell¨ªsimo fondo sonoro antecede y ambienta el recitado de un fragmento del Cancionero de Palacio (Entra mayo y sale abril), antes de que las voces se animen en las sucesivas variantes sonoras de la melod¨ªa burgalesa Oh, qu¨¦ buen amor saber joglar. La naturalidad del discurso y de las soluciones arm¨®nicas, t¨ªmbricas y de todo orden nos proponen, sin extorsi¨®n, una nueva versi¨®n del folclorismo que practicaran los Mart¨ªnez Torner, los Benedito o Garc¨ªa Lorca.

Al mes de mayo (1968), sobre texto de Mar¨ªa No?l, y A Claudio D¨¦bussy, que musicaliza versos de Gerardo Diego, nos trajeron los acentos refinados, la buena y expresiva conducci¨®n de las voces dentro de una t¨®nica filoimpresionista, propias del tolosano Joaqu¨ªn Pildain (1927). Sabas Calvillo y el Coro Nacional cosecharon largos aplausos, que Prieto y Pildain recogieron personalmente. Excelente la colaboraci¨®n de Miguel ?ngel Callante al ¨®rgano y Angel Luis Quintana al violonchelo.