La guerrilla salvad¨®re?a lanza una campana contra el transporte en v¨ªsperas electorales
La guerrilla salvadore?a ha lanzado una campa?a contra el transporte terrestre en v¨ªsperas de las elecciones, coincidiendo con el hecho de que, por primera vez, los votantes a quienes la guerra ha hecho huir de sus casas (m¨¢s de 300.000) han sido obligados a acudir a las urnas de sus municipios de origen. IA emisora rebelde Radio Venceremos ha justificado este plan como un boicoteo contra la econom¨ªa de guerra, pero sus efectos se dejar¨¢n sentir en los comicios del pr¨®ximo domingo, que para la izquierda no pasan de ser otra farsa.
La actividad insurgente, poco significativa en la ¨²ltima semana, se ha centrado m¨¢s en objetivos electorales que en los estrictamente militares. La quema de cinco ayuntamientos y la destrucci¨®n de varias oficinas de telecomunicaciones no tienen otro prop¨®sito que dificultar la instalaci¨®n de urnas en las zonas de conflicto.La ¨²nica excepci¨®n ha sido el ataque realizado con dos lanzacohetes RPG, hacia las ocho de la noche del mi¨¦rcoles (hora local), contra el cuartel general de la Polic¨ªa Nacional, situado en el centro de San Salvador. Uno de los proyectiles cay¨® dentro de la instalaci¨®n militar sin causar v¨ªctimas. El otro hizo explosi¨®n en las cercan¨ªas, hiriendo a cuatro polic¨ªas y tres civiles.
Este ataque parece confirmar una tendencia apuntada por los asesores norteamericanos. Seg¨²n sus fuentes de Inteligencia, la guerrilla est¨¢ tratando de introducir combatientes en la capital ante la fuerte presi¨®n que aplica el Ej¨¦rcito en zonas que hace m¨¢s de dos a?os fueron virtualmente entregadas a los rebeldes.
El empleo masivo de bombardeos a¨¦reos y la constante movilidad del Ej¨¦rcito han obligado de hecho a la guerrilla a dispersar sus fuerzas en peque?as unidades. La segunda parte de esta nueva t¨¢ctica, que el FMLN (Frente Farabundo Mart¨ªn para la Liberaci¨®n Nacional) viene ejecutando desde hace m¨¢s de un a?o, ser¨ªa intentar el regreso a la ciudad.
La ofensiva general iniciada en enero de 1981 y la fort¨ªsima represi¨®n que desat¨® el r¨¦gimen oblig¨® a los cuadros guerrilleros a refugiarse en la monta?a, desmantelando incluso unas poderosas organizaciones de masas. La izquierda trata ahora de recuperar el terreno perdido, volviendo a la capital.
Los asesores norteamericanos creen saber que las distintas organizaciones del FMLN pueden tener actualmente en San Salvador hasta 800 combatientes. La polic¨ªa salvadore?a teme que a partir de esa presencia desarrolle una campa?a de sabotajes similar a las que ya se produjeron en el pasado. Unos pocos hombres decididos bastan, seg¨²n los oficiales estadounidenses, para desatar el caos en una ciudad como San Salvador, que junto con los suburbios tiene cerca de 800.000 habitantes.
La b¨²squeda de guerrilleros camuflados en la capital ha servido de pretexto para que la polic¨ªa aplique con nuevos br¨ªos la t¨¦cnica del cateo, que consiste en cercar varias calles y registrar una a una sus viviendas sin que nadie pueda entrar en la zona o abandonarla.
El regreso de la guerrilla a la capital puede reportar a la izquierda algunas ventajas, tales como introducir de nuevo a su gente en las organizaciones obreras y gremiales, que empiezan a reaparecer t¨ªmidamente con reivindicaciones salariales y algunas huelgas. Pero entra?a tambi¨¦n el riesgo de que todo el peso de la represi¨®n caiga sobre un movimiento sindical que para la polic¨ªa es siempre sospechoso de afinidades con el FMLN. En todo caso, hay s¨ªntomas de que la guerra puede reaparecer en la capital sin abandonar la monta?a.
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