Petici¨®n de 25 a?os para el ex futbolista que mat¨® a su mujer

ValenciaEl fiscal ha pedido 25 a?os de prisi¨®n mayor para el ex jugador de f¨²tbol del Espa?ol de Barcelona Juan Pedro Santos Bl¨¢zquez, acusado de dar muerte a su esposa el d¨ªa 21 de junio de 1983. Santos, que se hab¨ªa separado de su mujer a?os antes, a petici¨®n de ¨¦sta, tiene 53 a?os de edad y es padre de tres hijos. Ninguno de ellos ha comparecido a declarar, por lo que el juez decidi¨® suspender la sesi¨®n hasta el pr¨®ximo d¨ªa 3 de abril.

La primera vista oral del juicio, celebrado ayer en la Audiencia Provincial de Valencia, cont¨® con un numeroso p¨²blico, entre el que figuraba un buen n¨²mero de aficionados al f¨²tbol, viejos conocidos o seguidores del acusado, en otros tiempos portero del Real Club Deportivo Espa?ol y de la Uni¨®n Deportiva Las Palmas, entre otros clubes.

Seg¨²n las declaraciones del propio acusado, los hechos ocurrieron en Gand¨ªa (Valencia), en la puerta del establecimiento que su esposa regentaba en esa localidad. Santos Bl¨¢zquez se hab¨ªa dirigido hasta all¨ª con la intenci¨®n de amenazar a su esposa, a quien acusaba de no permitirle ver a sus tres hijos, que hab¨ªan quedado bajo la custodia de la madre por decisi¨®n del juez. Su intenci¨®n, seg¨²n el relato del propio acusado, fue disparar contra ella para provocarle lesiones y vengar de esta manera el da?o que con su actitud le hab¨ªa provocado durante a?os, al favorecer asimismo una actitud negativa de los hijos. Para ello, el acusado llevaba encima una escopeta con los ca?ones recortados con la que dispar¨® durante el forcejeo, lo que provoc¨® la muerte de su esposa tras dos d¨ªas de internamiento.

Los antecedentes de este hombre, prestigioso jugador de f¨²tbol en otra ¨¦poca, y su decadencia final tras los primeros conflictos conyugales han hecho que el caso levante voces de compasi¨®n entre la opini¨®n p¨²blica valenciana.

En el juicio, declararon en su favor el director general de la empresa donde trabaj¨® durante a?os, Cartonajes Uni¨®n, con sede en Gand¨ªa, y el m¨¦dico de la empresa que le atendi¨® durante las crisis depresivas que le sobrevinieron en per¨ªodos anteriores.

Los forenses han manifestado que el procesado sufr¨ªa s¨ªntomas paranoides que pod¨ªan disminuir su voluntad. Tambi¨¦n se ha sabido que en los ¨²ltimos a?os el acusado hab¨ªa intentado evadirse de sus problemas y que para ello se desplaz¨® hasta la isla de Guadalupe en el a?o 1982, y a su vuelta entr¨® a trabajar como voluntario en el sanatorio para leprosos de Fontilles, cerca de Gand¨ªa.