Cr¨ªmenes que dejan huella
TVE comienza a emitir el 12 de abril una serie de seis episodios sobre sucesos famosos
MadridSeis cr¨ªmenes que repugnan y a la vez atraen, que hicieron ¨¦poca desde finales del siglo XIX hasta los ¨²ltimos a?os del anterior r¨¦gimen, son el argumento de la serie espa?ola La huella del crimen, dirigida por conocidos directores de cine, que se estrenar¨¢ el pr¨®ximo 12 de abril. Seis historias s¨®rdidas, nacidas de la miseria y marginaci¨®n, pasionales en muchos casos y en otros propiciadas por la corrupci¨®n pol¨ªtica, para esta miniserie que saldr¨¢ al aire despu¨¦s de Un, dos, tres... y poco antes de que se apaguen los televisores en el hogar. As¨ª vender¨¢ TVE estos episodios de La huella del crimen, porque, seg¨²n las palabras que dice Sancho Gracia en los r¨®tulos de cr¨¦dito, "la historia de un pa¨ªs es tambi¨¦n la historia de sus cr¨ªmenes, de aquellos cr¨ªmenes que dejan huella".
En los seis episodios de La huella del crimen, a diferencia de los telefilmes convencionales norteamericanos, subyace un intento de redimir al criminal o, al menos, de comprenderle, por m¨¢s que el delito haya sido probado la mayor¨ªa de las veces y castigado.
Al director de cine Vicente Aranda, por ejemplo, le parece que la envenenadora de Valencia Pilar Prades (interpretada por Terele P¨¢vez) "es tan inocente como Frankenstein". Este episodio, El caso de las envenenadas de Valencia, est¨¢ dirigido por Pedro Olea. Prades fue acusada, y lo reconoci¨® bajo tortura, de utilizar un matahormigas para envenenar a la propietaria de una tociner¨ªa, a la esposa de un m¨¦dico y a una joven que trabajaba don ella como criada.
Pedro Olea siembra de inquietud y misterio la personalidad de Pilar Prades, la ¨²ltima mujer ejecutada en Espa?a a garrote vil, el 19 de mayo de 1959, mientras el fraile que la asiste, al tiempo que le pide que deje todas sus pertenencias a la orden, parece ser el ¨²nico que cree en su culpabilidad.
Vicente Aranda es el director de la historia m¨¢s s¨®rdida y fuerte de la serie y quiz¨¢ la m¨¢s perfecta: El crimen del capit¨¢n S¨¢nchez. Este capit¨¢n, condecorado por sus 79 acciones de combate, cuyo valor en Cuba elogi¨® el general Mart¨ªnez Campos, "con una hoja brillant¨ªsima de servicios", tuvo dos pasiones: el juego y la primera de sus seis hijos, Mar¨ªa Luisa, quien desde los 10 a?os tiene relaciones sexuales con ¨¦l y de quien engendra dos hijos, muertos a los pocos meses. Padre e hija son interpretados espl¨¦ndidamente por Fernando Guill¨¦n y Victoria Abril, la actriz m¨¢s cara de todo el reparto de la serie.
El capit¨¢n de la escala de reserva de Infanter¨ªa vive, a pesar del rango y rancho, en la miseria; sirve rata estofada a sus hijos y extorsiona a quienes gozan del cuerpo de su hija. No soporta que un viudo cincuent¨®n, Rodrigo Garc¨ªa Jal¨®n, a quien conoce en el casino de Bellas Artes de Madrid, pueda casarse con Mar¨ªa Luisa y se la quite para siempre. Le mata de un hachazo en su vivienda, en el cuartel de la Escuela Superior de Guerra, lo descuartiza y lo empareda.
Aranda le da vuelta a la historia y sublima con crudeza el crimen en una pasi¨®n "irracional" para el Derecho. Dice Pedro Costa, el productor, que Victoria Abril ech¨® l¨¢grimas ante la moviola mientras contemplaba el dram¨¢tico desenlace del juicio y el rezo, en el ¨²ltimo plano, de un padrenuestro por su padre. Un gui¨®n duro y vigoroso de ?lvaro del Amo, que pone en boca del cura sentencias muy distintas a las del fraile de Valencia. "Son los hombres quienes te han condenado; Dios no lo ha hecho. ( ... ) ?Qu¨¦ vana presunci¨®n la de adelantar una falsa muerte a la que todos estamos condenados?".
Contra la pena de muerte
Hay en todos los episodios un alegato contra la pena de muerte. "Lo hacemos tarde", comenta Aranda, "porque no se nos ha permitido hacerlo antes". Victoria Abril trabaja con Aranda desde los 16 a?os y ha intervenido en casi todas sus pel¨ªculas. "El cine quiere vampiresas, mujeres rubias y altas, pero yo siempre cre¨ª que en Victoria Abril hab¨ªa una gran actriz, aunque ha costado tiempo demostrarlo".Sancho Gracia interpreta al criminal m¨¢s chulo del telefilme, a Jos¨¦ Manuel Pablo de la Cruz Jarabo P¨¦rez Morris, en el episodio Jarabo, dirigido tambi¨¦n espl¨¦ndidamente por Juan Antonio Bardem, a pesar de algunos insertos y flashes subliminales poco convincentes.
Jarabo, familiar del que fuera ministro de Franco y magistrado del Supremo, silba una habanera como preparativo de los cuatro cr¨ªmenes en la noche del s¨¢bado 19 de junio de 1958. Cerca, en el Retiro, estallan fuegos artificiales. Bardem hab¨ªa sido compa?ero de Jarabo en el colegio del Pilar, al igual que otros conocidos apellidos, un Mart¨ªnez Bordi¨² y un Luca de Tena entre ellos.
Los cad¨¢veres son descubiertos el lunes d¨ªa 21 y Jarabo es detenido el d¨ªa 22. Su ¨²ltima noche en libertad la pasa con unas putas que recoge en el bar Chicote. Cuenta el productor que, durante el rodaje en Chicote, uno de los encargados se enfad¨® porque en un plano aparecen las se?oritas sentadas contra la pared, en vez de ocupar el centro del local; se enfad¨® tambi¨¦n porque nunca un taxista entr¨® en Chicote en misi¨®n laboral. Y a?aden Costa y el director de producci¨®n, Jaime Fern¨¢ndez-Cid, que apareci¨® una se?orita mayor que dijo haberse acostado una vez con Jarabo.
No hab¨ªa dejado huellas, pero cometi¨® la estupidez de mandar a la tintorer¨ªa el traje ensangrentado, a pesar, dice Costa, de tener 22 trajes. La polic¨ªa rastre¨® las 267 tintorer¨ªas que entonces hab¨ªa en Madrid.
El p¨²blico del Festival de Cine de Huelva, prosigue el productor, se acalor¨® con una de las ¨²ltimas chuler¨ªas de Jarabo, a quien da vida con entrega y pasi¨®n Sancho Gracia: los funcionarios que le interrogan en la antigua sede de la Direcci¨®n General de Seguridad, la DGS, acceden a suministrarle una inyecci¨®n de morfina porque necesita pincharse y a ser invitados, mientras le interrogan, a una cena que el detenido encarga a un conocido restaurante de Madrid. Bardem subraya entre tanto c¨®mo dos rojos ensangrentados son conducidos a los siniestros calabozos.
La ¨²ltima chuler¨ªa de Jarabo ser¨¢ estrenar un traje blanco para recibir el garrote. Parece que el verdugo necesit¨® cuatro intentos y que transcurrieron 20 minutos desde el primero hasta que se le par¨® el coraz¨®n. Bardem no alude a ello, y minutos antes pone en boca de Jarabo una declaraci¨®n que parafrasea una sentencia Joseantoniana: "Soy un hombre y espa?ol, y ser espa?ol es una de las pocas cosas serias que se puede ser en este mundo".
Angelino Fons dirige El crimen de la calle de Fuencarral, el m¨¢s antiguo de la serie, ocurrido en 1888 en Madrid, en el que Nicol¨¢s Salmer¨®n, el ex presidente de la I Rep¨²blica, asumi¨® la defensa de la principal inculpada. Ricardo Franco recrea en El caso del cad¨¢ver descuartizado el suceso descubierto en la estaci¨®n de Atocha el 1 de mayo de 1929: un cad¨¢ver facturado desde Barcelona, v¨ªctima de celos homosexuales.
El productor de la serie, Pedro Costa, es autor del episodio m¨¢s reciente, El caso del procurador enamorado, lejanamente inspirado en el caso de Velate (Navarra). El trasfondo es aqu¨ª la corrupci¨®n pol¨ªtica de un procurador en Cortes por el tercio familiar en 1974.
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