El acceso directo y las oposiciones de los maestros
Soy una diplomada en Magisterio. Termin¨¦ mi carrera en junio. Le escribo para contarle que me siento estafada. He dedicado tres largos a?os de mi vida a devorar farragosos manuales, ampliar y elaborar las explicaciones de mis profesores, copiadas a duras penas en caligraf¨ªa casi jerogl¨ªfica, y a estudiar, claro, a estudiar..Qu¨¦ contarle de los ex¨¢menes: he derrochado caf¨¦ y adrenalina en docenas de ellos. Cu¨¢ntos fines de semana, cu¨¢ntas tardes haciendo guardia al pie del flexo... Cu¨¢nta abstinencia de bares y paseos.
Al iniciar mi carrera me hicieron saber que un m¨¢ximo (siempre respetado) del 10% de la promoci¨®n acced¨ªa a una plaza escolar a condici¨®n de que su expediente acad¨¦mico sobrepasara los ocho puntos de promedio. Han sido estas expectativas las que me han hecho trabajar m¨¢s de lo que es razonable.
La lucha no ha sido f¨¢cil, pero al final he logrado (a pulso) arrancar los puntos precisos para la obtenci¨®n de la recompensa tantas veces anunciada: un puesto de trabajo en tiempos de crisis. Cre¨ª haber alejado de m¨ª definitivamente el suplicio de las oposiciones y me sent¨¦ a esperar la aparici¨®n de mi nombre en el Bolet¨ªn Oficial del Estado.
Hoy se me comunica que (por oscuros reajustes de los que mejor no hablar) las plazas escolares se conceder¨¢n tan s¨®lo a un 2% de la promoci¨®n, y esta v¨ªa del acceso directo ser¨¢ eliminada en breve.
Una pu?alada a traici¨®n. Ten¨ªa que ser mi promoci¨®n. Si esto nos lo hubiesen contado a m¨ª y a mis compa?eros hace tres a?os, otro gallo nos habr¨ªa cantado. A ver, ?qui¨¦n me devolver¨¢ ahora el tiempo invertido, qui¨¦n me compensar¨¢ por tanto sacrificie, in¨²til? ?Tengo que ponerme a preparar oposiciones a estas alturas?
Es para echarse a llorar. Debieran haber aprendido ya nuestros administradores (tiempo han tenido) que las ilusiones de la gente no son materia de juego. Y mucho menos de burla.
Pero qu¨¦ m¨¢s da. Haremos el indio en unos cuantos encierros y manifestaciones, contrataremos a un abogado que posiblemente lo ¨²nico que consiga resolver sea su propia econom¨ªa. Y pronto se habr¨¢n olvidado de nosotros. A las v¨ªctimas no se les suele hacer caso. Hasta ah¨ª podr¨ªamos llegar...-
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