Paula se cay¨® del cartel y no hubo romance
Plaza de Aranjuez. Festival a beneficio de Gallito. 13 de abril.
Toros de Jandilla, Montalvo, El Chaparral, hermanos N¨²?ez, Marcos N¨²?ez, Baltasar Ib¨¢n, Jes¨²s Trilla y El Madrigal, en general terciados y manejables.
Litri, vuelta. Jaime Ostos, vuelta. Diego Puerta, ovaci¨®n y saludos. Paco Camino, algunos pitos. Ni?o de Aranjuez, vuelta. Yiyo, dos orejas. Lucio Sand¨ªn, ovaci¨®n y saludos. S¨¢nchez Cubero, dos orejas.
Menuda desilusi¨®n, al llegar ayer a la plaza de Aranjuez: Paula no toreaba "por estar lesionado". Y si Paula no toreaba ?qui¨¦n iba a poner el romance?. Nadie iba a ponerlo. No hubo romance. Hubo una faena buena de un novillero, detalles de los espadas retirados y, sobre todo, hubo pases, pero la oferta de pegar pases no iluminaba la convocatoria del festival.En cambio la tarde era deliciosa y daba gusto estar en la plaza de Aranjuez, centenaria y monumental. Entornabas los ojos y el p¨²blico que abarrotaba el grader¨ªo lo ve¨ªas dieciochesco, dentro de aquella evocadora estampa de tarde de toros en los Reales Sitios. Era mejor entornar los ojos y ver evocadoras estampas, pues si mirabas al ruedo te encontrabas con la cruda realidad del toreo de nuestro tiempo, que est¨¢ de a¨²pa. Hecha abstracci¨®n de algunos pasajes espor¨¢dicos de la fiesta, lo que quedaba era el toreo de a¨²pa, derechazo va, natural viene. Una tarde enterita de pegapases y los pegapases potenciales eran ocho. ?Ocho pegapases, cielos!.
Sobraban pases y se echaba de menos el romance, que custodiaba Rafael de Paula, all¨¢ donde quedara aparcado con su lesi¨®n. Es una lesi¨®n extra?a. Al parecer, un fracaso en las puertas de Madrid le habr¨ªa lesionado su presunta contrataci¨®n para la feria de San Isidro, ya muy pr¨®xima.
Hu¨¦rfanos de romance hubo que recurrir a la tutor¨ªa de los veteranos, que por lo menos tienen personalidad. El torillo del Litri estaba inv¨¢lido y desluci¨® la faena que, de todas formas, fue de marca. Cit¨® el diestro como sol¨ªa, desde muy lejos, la muleta escondida detr¨¢s, mirando al tendido , y aguant¨® estoicamente la embestida, que le roz¨® peligrosamente los ri?ones. Aqu¨¦l fue un gran momento.
Otros momentos emotivos los protagoniz¨® Diego Puerta con las ver¨®nicas ligadas y las emocionantes chicuelinas. El toro le Reg¨® temperamental al ¨²ltimo tercio y lo mulete¨® con sobriedad, a cambio de un par de achuchones. Para S¨¢nchez Cubero hubo, al final, un novillo pastue?o al que instrument¨® una faena construida sobre las suertes fundamentales y amenizada con muletazos de repertorio, entre ellos un molinete bell¨ªsimo, para cerrar una tanda de naturales.
Yiyo, con otro toro de carril, hizo alarde de su t¨¦cnica. Todo correcto, casi nada para el recuerdo. Ni?o de Aranjuez, que tuvo uno de esos enemigos que se quedan en la suerte y rebrincan en los remates, puso a contribuci¨®n del espect¨¢culo valor y voluntad de agradar. A Lucio Sand¨ªn le correspondi¨® un animal incierto, que se colaba, y le dio r¨¦plica mediante una lidia inteligente y bien ejecutada.
Ostos muleteaba encorvado y con el pico. Su oponente ten¨ªa geniecillo y ped¨ªa guerra. Pero el diestro sufri¨® un desarme, se agach¨® para recoger el enga?o y el pantal¨®n protest¨® por la costura. Quedarse con las posaderas al aire es inquietante situaci¨®n, que empeora si delante hay un toro con genio y detr¨¢s un p¨²blico muerto de risa. V¨ªctima de su circunstancia, Ostos no pudo dominar al de delante ni convencer a los de detr¨¢s. Se le compens¨® el desaire con la vuelta al ruedo.
El toro de Camino era un manso pizquita bronco que brinc¨® al callej¨®n. Por manso y por pizquita bronco, el Sabio de Camas le tom¨® antipat¨ªa y se lo quit¨® de en medio. Todo muy prosaico, como se ve. Ning¨²n romance, que era la ilusi¨®n del festival, antes de que Paula se cayera del cartel. Menos mal que Aranjuez, su hist¨®rica plaza y la tarde primaveral merecieron la pena.
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