Albania, uno contra todos
Algo tendr¨¢ que cambiar en el pa¨ªs m¨¢s herm¨¦tico de Europa tras la muerte de Enver Hoxha
Ramiz Alia fue nombrado ayer primer secretario del Partido del Trabajo Alban¨¦s (comunista), sustituyendo a Enver Hoxha, el l¨ªder fallecido esta semana, que ser¨¢ enterrado ma?ana. Radio Tirana abr¨ªa su noticiario de mediod¨ªa del jueves con la noticia de que, a las 14.15 horas, "se cerraron para siempre los ojos del arquitecto de la nueva Albania". Hoxha muri¨® a los 77 a?os, v¨ªctima de una serie de trastornos cardiovasculares. Los 21 ca?onazos y el ulular de todas las sirenas del pa¨ªs marcar¨¢n, al caer la losa, el comienzo de una nueva era para el pa¨ªs m¨¢s pobre, asc¨¦tico e igualitario de Europa.
Los 40 a?os de Hoxha han sido duros, y su reino, revolucionario y desp¨®tico. Contados miembros del bur¨® pol¨ªtico hist¨®rico han sobrevivido a sus purgas. Todo el c¨¢liz de amargura que otros pueblos europeos bebieron diluido en agua de siglos se lo hizo apurar Hoxha a Albania en 40 a?os de desarrollismo a Ultranza, tras haber nacido como Estado independiente en 1912.Cuando Hoxha ingresa, en los a?os veinte, en el elitista Liceo Franc¨¦s de Korca, en toda Albania no hab¨ªa m¨¢s que 100 bachilleres. En 1931 part¨ªa a estudiar a la universidad francesa de Montpellier con una beca del rey Zog. Seg¨²n sus bi¨®grafos, perder¨ªa la beca por haber descubierto el monarca que su s¨²bdito le atacaba en el diario comunista L'Humanit¨¦, bajo el seud¨®nimo de Lulo Malsori.
Hoxha salta al estalinismo desde el radicalismo revolucionario galo. A su m¨¦dico franc¨¦s le confes¨® el a?o pasado que admiraba a De Gaulle, la Revoluci¨®n y los cl¨¢sicos franceses.
De Robespierre pas¨® Hoxha a Stalin. Nunca renegar¨ªa de su ¨¦mulo georgiano y, tras la ruptura con la Uni¨®n Sovi¨¦tica en 1960, ser¨ªa calificado de perro vagabundo por Nikita Jruschov. El poco tacto sovi¨¦tico en su trato con Hoxha le costar¨ªa a la URSS la p¨¦rdida de su base de submarinos en Albania Diez Cubas no habr¨ªan supuesto militarmente tanto para Mosc¨².
El idilio con China
Empezaba el a?o 1961 y con ¨¦l un idilio con China. Albania emprendi¨® en las Naciones Unidas la batalla de la admisi¨®n de la Rep¨²blica Popular a trav¨¦s de su representante, Sokrates Plaka.
Hoy viceministro alban¨¦s de Exteriores, Plaka inici¨® tras la muerte de Franco los primeros contactos para el establecimiento de relaciones con Madrid a trav¨¦s de la Embajada de Espa?a en Yugoslavia. Todav¨ªa esperan la respuesta definitiva en Tirana, respuesta que podr¨ªa llegar tras la muerte de Hoxha.
En 1968, Albania se sal¨ªa del Pacto de Varsovia, a ra¨ªz de la intervenci¨®n de los ej¨¦rcitos del Este en Checoslovaquia. "Si los revisionistas sovi¨¦ticos y sus lacayos creen que pueden atacarnos ahora, sepan que tenemos 700 millones de aliados en el pueblo chino", declaraba Mehmet, Shehu, sombra fiel de Hoxha hasta 1981.
Zhou Enlai llegar¨ªa a hacerle a Albania proposiciones como la de formar un tri¨¢ngulo del descontento comunista europeo, con los volubles rumanos y los revisionistas yugoslavos como aliados. El ministro de Defensa, Beqir Balluku, que se prest¨® a o¨ªrlas, desapareci¨® en 1974.
En 1978 Albania romp¨ªa con China, sin cortar por ello formal mente sus relaciones diplom¨¢ticas, pero qued¨¢ndose m¨¢s sola en el mundo. Tres millones de habitantes perd¨ªan 700 millones de aliados, que se dedicaron con ah¨ªnco a boicotear la econom¨ªa de la peque?a Albania y sus f¨¢bricas equipadas con tecnolog¨ªa china.
En 1981 ca¨ªa v¨ªctima de un dudos¨ªsimo suicidio el pretoriano de Enver Hoxha, Mehmet Shehu, ex combatiente de las Brigadas Internacionales en Espa?a y oficial del Ej¨¦rcito republicano. Cuando Hoxha le acus¨® de ser triple esp¨ªa, al servicio del KGB, la CIA y la UDB yugoslava, muchos se pellizcaron en Albania para ver si so?aban.
Se plantea ahora la cuesti¨®n de si Ramiz Alia, jefe nominal del Estado ya en vida de Hoxha y sucesor suyo al frente del Partido del Trabajo, participa del genio cruel de su protector. En Albania que dan muchas facciones enquistadas que han visto caer segados por las iras de Hoxha a sus jefes de fila. En el norte del pa¨ªs y en el Kosovo yugoslavo, de etnia mayoritaria albanesa, subsiste la instituci¨®n de la vendetta siciliana.
La inc¨®gnita Alia
La salud pol¨ªtica de Ramiz Alia est¨¢ amenazada, pero tiene a su favor la sorpresa y el efecto traum¨¢tico de la desaparici¨®n de un jefe que se anunciaba eterno. Incluso quienes no lo adoren podr¨ªan aceptarlo como mal menor.
Estados Unidos ha venido haciendo tanteos con Albania a trav¨¦s de notables de la colonia de emigrantes albano-estadounidenses. "Nada con el imperialismo norteamericano ni con el socialimperialismo sovi¨¦tico", es la respuesta p¨²blica.
El Pacto de Varsovia parece resignado a perder Albania. Tampoco a la OTAN le convendr¨ªa intentar abrir en Europa la caja de Pandora albanesa. Ramiz Alia es hombre prudente. Podr¨ªa moderar la pol¨ªtica de "palo a la burra blanca y palo a la burra negra", que Hoxha sigui¨® contra Washington y Mosc¨², sin por ello dejar de sentirse leninista y neutral.
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