Bucolismo por decreto
A 40 kil¨®metros del puerto de Durazo se api?an los 300.000 habitantes de Tirana. Cuando Mussolini invadi¨® Albania, en 1939, mand¨® construir un monumental centro urbano, que sigue siendo la parte m¨¢s presentable de la ciudad. Para marcar a fuego al potro rebelde alban¨¦s, los due?os de la nueva Roma le dieron a esta urbanizaci¨®n la forma de la segur, el hacha, rodeada del haz de varas fascista, s¨®lo visible desde un avi¨®n. El estadio deportivo es el filo, y la universidad, la punta. El bulevar de los M¨¢rtires es el haz de varas.Nadie tiene en Tirana coche particular, excepto los ministros y los miembros del Bur¨® Pol¨ªtico. Bandadas de ciclistas recorren de d¨ªa una de las ciudades menos contaminadas del mundo. De noche, toda Tirana se echa a dar los mil pasos por el bulevar de los M¨¢rtires, entre la plaza de Skenderbeg y la universidad. Ellos y ellas pasean dicharacheros y mediterr¨¢neos.
Albania da la natalidad m¨¢s elevada de Europa (3,1%), y el divorcio es legal, pero sumamente restringido por la sociedad patriarcal y el puritanismo revolucionario.
Las tiendas del centro de Tirana podr¨ªan estar en cualquier aldea del mediterr¨¢neo europeo. Poca imaginaci¨®n tiene el combinado textil Stalin, que viste a los tres millones de albaneses con decencia y, adem¨¢s, exporta. Pero la costura casera debe estar muy desarrollada, porque la ropa femenina gana en presencia una vez puesta sobre las ciudadanas. Un traje cuesta una paga y hasta m¨¢s si es de esas fibras sint¨¦ticas que vuelven locos a los albaneses. El salario medio son unas 12.500 pesetas al mes, con alquileres baj¨ªsimos.
Un televisor en blanco y negro sale en 10 pagas; ser¨ªa curioso preguntarle a un padre alban¨¦s qu¨¦ opina del sexo-exhibicionismo de la televisi¨®n griega, visible desde la costa. Argumentando en contra del turismo industrial, se preguntaba Hoxha hace unos a?os si Albania ten¨ªa que abrirse, por un pu?ado de d¨®lares, a esas manadas de "cerdos y de cerdas". Pero ya la variante m¨¢s t¨ªmida del, biquini se moja en las aguas del Adri¨¢tico y el J¨®nico.
Enver Hoxha, el hombre que cerr¨® las mezquitas y los templos cristianos ortodoxos en 1967, se muri¨® en el Jueves Santo del calendario ortodoxo, desfasado unos d¨ªas del cat¨®lico. La catedral Descutari es hoy Palacio de Deportes, y donde estaba el altar hace ahora pesas la juventud.
Muchas mezquitas han sido transformadas en almacenes o sirven para que los campesinos jueguen en ellas a cargas y beban vino. En algunas, hasta los antiguos imanes hacen de camareros. Uno de los bares m¨¢s rom¨¢nticos de Tirana, junto al lago, fue en su tiempo iglesia cristiana. Se supone que el 80% de los albaneses desciende de antiguos conversos al islam. Pero "la ¨²nica religi¨®n de los albaneses es Albania", seg¨²n Hoxha.
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